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Ya llevaba dos meses en este lugar y creo que estaba empezando a acostumbrarme, el toque de queda que habían puesto era algo molesto, pero había tenido que hacer mucho trabajo teórico últimamente así que tampoco no era tan inconveniente.

También había tenido que ir a ver a la reina, Susan me suplicó que por lo que más quisiera no fuera maleducado, al llegar tuve que explicarles a unos invocadores del palacio un montón de inventos de mi mundo, gran pérdida de tiempo, de todo lo que les dije solo se quedaron con el holograma (creo que porque fue lo único que comprendieron), y hablando de Susan, antes de todo eso había venido a verme con una idea.

Resulta que sí tenía los ingredientes necesarios para crear el portal, el problema era que le faltaban los que le permitían mantenerlo abierto, había sido incapaz de encontrar algo que pudiera reemplazar lo que necesitaba para eso, pues si no encajaba exactamente con lo que buscaba podría provocar una fisura espacio-temporal.

Pero ella pensó que quizás yo podría hacer que mi máquina pudiera mantenerla abierta en su lugar, así que me dio una lista de las reacciones que tendría que recrear.

Pensé que sería complicado entender los conceptos mágicos, pero resulto que la mayoría era biología y eso era básicamente química aplicada de lo cual si entendía y menos mal, porque después de eso no vi a Susan en un par de semanas, al parecer la reina le había encargado algo que la había tenido muy ocupada, yo también había estado muy liado con los cálculos y las modificaciones de la máquina, tuve que ir a una tienda especializada de invocadores para que me trajeran los materiales necesarios porque Ramstro se había esfumado, en la tienda me pidieron que les firmara un documento que les eximía de pagar los materiales que les había encargado, Ramstro nunca me había pedido firmar uno de esos (posiblemente porque no sabría que existían), la próxima vez que le viera se lo mencionaría, que sinceramente, esperaba que fuera pronto, hay demasiada gente en la tienda para mi gusto (y puede que me gustara hablar con él más de que pensaba).

A pesar de algunos inconvenientes fui capaz de terminar mi nueva máquina, y justo a tiempo pues Susan acaba de terminar con lo suyo y vino para encargarse de los asuntos mágico.

—Aquí es donde tienes que verter el líquido.— le indiqué abriendo un compartimento del aro (exacto, aro, había tenido que hacerlo exactamente igual que el anterior, al parecer los círculos ayudaban al flujo de magia).

—Es impresionante que hayas podido terminarla en tan poco tiempo, a tenido que ser muy difícil.—mencionó mientras buscaba la poción de su bolsa.

—Tal vez para otra persona, pero no para mí.—mentí descaradamente.

—Sin embargo... ¿estas seguro de que saldrá bien? Sé que fue idea mía, pero si no funciona... no quiero ni pensarlo.

—No te preocupes, he comprado los cálculos un millón de veces, funcionará.

No era ninguna exageración, el riesgo de matarnos a todos si la cagaba en esto era muy real, por eso había puesto extra de esfuerzo en asegurarme de que la máquina fuera tan preciosa como numéricamente fuera posible.

Posiblemente había maneras más seguras de hacer esto, pero aunque me costará reconocerlo no estaba haciendo ningún progreso por mi cuenta, daba igual cuantas veces lo intentara no lograba abrir otro portal, esta podría ser mi única oportunidad de poder hacer avances, era arriesgado, pero tenía plena confianza en mis cálculos, iba a salir bien.

Susan sacó la poción y la vertió en la máquina.

—¿La otra vez no usaste una especie de círculo mágico?

—Sí, pero ya no es necesario, como la máquina mantiene el portal abierto por mi ya no lo necesito para potenciarme.

—Está bien, entonces empecemos la prueba.

El faro de las sombras: Los NueveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora