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Lucius pasó varios años en Azkaban escuchando gritos desesperados de otros prisioneros, escuchó a algunos amigos volverse locos, vió cosas horrorosas e inimaginables que prefería olvidar pero aún así, nada lo preparó para la monstruosidad que estaba frente a sus ojos.

Su pequeño, su dragón, su perfecto hijo ahora llevaba el cabello completamente despeinado, unos lentes negros y una chaqueta negra de cuero, lo peor, montado sobre una motocicleta, no, eso no era lo peor, lo peor era que la motocicleta estaba sobre uno de los árboles de la mansión, los lentes negros estaban mal puestos, la chaqueta estaba desgarrada y su pequeño colgaba del manubrio.

-¡Sirius!- escuchó el grito de Remus detrás de él- Draco, amor, no te sueltes

-Ya me duele, papá-las mejillas del niño estaban rosadas por el esfuerzo de mantenerse sujeto

-Lucius, has algo- le reprochó Lupin y solo así salió de su trance, buscó su varita.

-¡Accio Draco!

-¡No!

El pequeño rubio se rió como nunca al ser jalado hasta los brazos de Lucius

-¡Eres un bárbaro!, pudiste haberle hecho daño- reclamó Remus dándole un golpe en la cabeza y quitándole a Draco-¿estás bien, dragón?

-No lo sé, creo que algo se rompió cuando la moto se estrelló, pero no estoy seguro si dentro de mi, una de las ramas del árbol o Harry.

-¿Harry iba contigo?

-Si

-¿Y dónde está?- Draco miró hacia el árbol tratando de ver en donde había quedado su amigo, finalmente se dió por vencido y se encogió de hombros- ¿cómo rayos se subieron a esa cosa?

-Tio Sirius dijo que iríamos a dar un paseo pero entonces mi padrino llegó a gritarle y se fueron a besar por allá

Lucius rodó los ojos, Sirius era un idiota irresponsable, hizo otro accio para traer al niño que siempre parecía ser la sombra de su hijo.

Tardó un poco más y varias ramas se rompieron cuando el niño llegó a los brazos de Lucius, durante el camino, Harry saludó a sus dos papás que iban llegando.

-¡Harry!- gritó Regulus totalmente asustado, James se estaba riendo-¿qué carajos está pasando?

-Sirius- respondió Lucius y esa era toda la explicación que necesitaba Regulus antes de ir a buscar a su hermano y maldecirlo- toma, esta bola es tuya- entregó a Harry a James mientras el extendía los brazos a Daco quien se dejaba llenar de besos por parte de Remus

-¿Qué crees que estabas haciendo Harry?- preguntó James tratando de quitar las ramas del cabello de su hijo

-Sirius subió a Draco a la moto, no podía dejarlo ir solo, ¿qué tal que desaparecía otra vez?

-Creo que estos niños merecen algo de chocolate caliente- sugirió Remus y Draco como Harry estuvieron de acuerdo- sostén a tu hijo, iré a maldecir a Sirius y preparar chocolate.

Lucius abrazó con fuerza a Draco, había visto que su hijo era bastante distante del contacto físico a excepción de Remus y Harry, incluso con Severus parecía solo tolerar el contacto, pero entre sus brazos, Draco parecía tranquilo, no con esa mueca desesperada de querer escapar.

-¿Está bien si te abrazo?- prefirió preguntar

-Por ahora si- Lucius asintió pero no estuvo muy seguro de la respuesta, ningún niño se negaba a los abrazos.

-A Draco no le gusta que los desconocidos lo toquen sin preguntar- dijo Harry y se sintió ofendido, ¡él no era ningún desconocido!- el señor del callejón Diagon tuvo la culpa

-¡Harry!- regañó Draco y el de ojos verdes bajó la cabeza pidiendo disculpas.

James optó por dejarlos volver dentro de la mansión mientras miraba con algo de duda e incomodidad a Lucius

-No sé si debería decirte esto, un día, cuando Draco tenía cinco, lo llevamos a Diagon, el quiso ver la nueva escoba y se soltó de la mano de Lily, habían muchas personas y...un tipo quería llevarse a Draco, solo sus gritos nos alertaron- Potter notó como el líder Malfoy tensaba la quijada- al final logramos salvarlo y el tipo está en Azkaban, pero...desde entonces es un poco temeroso con el contacto físico, se acostumbró a nosotros o algo así, yo, Lily, Rabastan y Sirius debemos preguntar antes de tocarlo, Regulus y Severus pueden hacerlo cuando sea pero él solo soporta el contacto por cierto tiempo, así que tratamos de darle su espacio, solo Remus y mi Harry hacen que se sienta cómodo.

-¿Algo más de lo que me haya perdido?

-Una Auror está enamorado de Remus y dijo que no descansará hasta casarse con él- James se echó a reír al ver cómo el blanco rostro de Lucius cambiaba a un rojo intenso debido a los celos o ira, no estaba seguro pero era un espectáculo.

Lo vió dirigirse de nuevo al interior del inmueble, trató de darle alcance y al llegar abrió los ojos con impresión, el gran Lucius Malfoy sangre pura bastardo presumido con un ego del tamaño del mundo, estaba hincado frente a Remus y Draco prometiéndoles nunca volver a dejarlos y hacer lo que estuviera a su alcance para protegerlos de lo que sea.

Sonrió tranquilo al saber que su amigo y su futuro yerno al fin completaban su familia.

Mi luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora