Ecos

Parte 10: Final

La psíquica miró profundamente a nuestros ojos y continuó, su voz temblando por la importancia de sus palabras. "Lo que experimentaron en ese pueblo", comenzó, "fue un viaje entre dimensiones. Estuvieron en un limbo, atrapados entre la vida y la muerte, el cielo y el infierno. Eso explicaría los gritos que escucharon, los ecos del infierno más allá de su comprensión. Las heridas que sufrieron allí fueron reales porque, en ese momento, existieron en dos realidades simultáneamente".

La psíquica se volvió hacia mí con una expresión seria y me habló directamente, revelando una verdad aún más aterradora. "Lo que viste en el espejo, era una figura demoníaca que intentó aterrorizarte, para alimentarse de tu miedo, era una manifestación de la oscuridad que existe en las fronteras entre dimensiones. No era un simple reflejo ni una ilusión. Estabas experimentando una realidad distorsionada en ese momento".

Nuestras mentes luchaban por comprender esta revelación, pero la psíquica no se detuvo ahí. Con una solemnidad que nos heló la sangre, continuó: "El accidente que experimentaron en el límite de ese pueblo, fue provocado por los mismos seres demoníacos que intentaron asustarlos. Su objetivo era llevarlos con ellos, atrapar sus almas en el oscuro abismo que habitan. El pueblo al que viajaron es un punto de unión entre mundos. A veces, a través de circunstancias inexplicables, se pueden abrir portales temporales a lugares como ese, y ustedes, sin saberlo, cruzaron uno de esos umbrales. Pero veo que algo extraordinario ocurrió ese día. Ángeles intervinieron en el último momento y los salvaron, devolviéndolos a su propia realidad. Ahora, lo importante es que han regresado a su propia realidad, y no deben intentar volver a ese lugar. Lo que descubrieron allí es solo una fracción de la verdad sobre las dimensiones que coexisten con la nuestra".

Nos quedamos sin palabras, aturdidos por la magnitud de la revelación. El pueblo siniestro, los gritos, las heridas, todo era parte de una historia mucho más grande y aterradora de lo que jamás habíamos imaginado. La psíquica nos había arrojado al abismo de lo desconocido, y ahora sabíamos que debíamos mantenernos alejados de ese lugar, dejando atrás la pesadilla y regresando a nuestra propia realidad, donde buscábamos la paz y la seguridad que habíamos anhelado desde nuestra partida.

Las palabras de la psíquica resonaron en nuestros oídos mientras abandonábamos su casa. Ahora al menos entendíamos que habíamos estado en un lugar que desafiaba las leyes de nuestra realidad. El misterio del pueblo siniestro seguía siendo un enigma sin resolver, una experiencia que desafiaba la explicación lógica.

Mientras regresábamos al mundo conocido, llevábamos con nosotros el peso de una experiencia que había desafiado nuestra comprensión de la realidad. El pueblo oscuro y sus secretos insondables continuarían atormentándonos en los momentos de silencio y soledad.

Y así, nuestra historia llega a su fin, un relato de un viaje a través de las dimensiones, un encuentro con lo desconocido y una lucha por encontrar respuestas en un mundo que trasciende nuestra comprensión. En el silencio de la noche, cuando los recuerdos de ese pueblo siniestro acechan en las sombras, sabemos que la verdad puede ser más aterradora de lo que podemos imaginar, pero también más reveladora de lo que jamás habríamos soñado. Estábamos todos agradecidos por haber sobrevivido, y agradecidos con los ángeles que nos salvaron, pero atemorizados por la inquietante revelación del más allá; ahora sabíamos que no deseábamos regresar al limbo jamás, sino encontrar la paz en el paraíso.