La Segunda Oportunidad Del Beta

Adúltero

Iris aparcó el coche al llegar a la puerta de su complejo de apartamentos. Temía que llegara su ahora ex prometido, pero esperaba que no llegara a eso. Iris caminó hacia la puerta de entrada, donde Jessica sostenía cajas dobladas. "Jessica".

Jessica vio a Iris; dejó caer las cajas dobladas, corrió hacia su mejor amiga y la abrazó. "¡Iris, siento mucho que haya pasado esto! Estaba muy preocupada por ti". Las dos se separaron del abrazo. "Vamos, empecemos a empaquetar". Las amigas entraron en el apartamento; todo estaba en su sitio. Empezaron por la habitación de Iris y empaquetaron su ropa, sábanas y otros objetos. Una hora más tarde, fueron a la cocina y empaquetaron los utensilios de cocina, ollas y sartenes. "Voy a tener que llamar a una empresa de almacenamiento para que me ayude a trasladar mis muebles más grandes al almacén".

"¡No digas más, chica! Tengo un primo que acaba de conseguir trabajo en una empresa de almacenamiento. Puedo llamarle y mañana podría ayudarnos con los muebles".

"Te lo agradecería". Las amigas siguieron empaquetando hasta que oyeron que llamaban a la puerta; se callaron. Volvieron a llamar. "Iris, por favor, abre la puerta. Sé que estás ahí".

Iris sintió como si el corazón se le fuera a hundir. Jessica se dio cuenta de la mirada horrorizada de su amiga; marchó furiosa hacia la puerta y la abrió. Un hombre de un metro setenta y cinco de estatura, de piel oliva claro y barba bien afeitada. Llevaba el pelo alborotado, los ojos color avellana y una leve cicatriz bajo el ojo izquierdo. Era ligeramente musculoso y llevaba ropa ceñida al cuerpo; tenía un aura de vanidad que se enorgullecía de su aspecto. "¡Derek, tienes mucho valor para mostrar tu cara aquí!"

Ignoró a Jessica al ver a Iris en la cocina. Intentó entrar, pero Jessica se lo impidió mientras le ponía bruscamente las manos en el pecho. "Iris, te llamé numerosas veces. Me preocupaba que..."

"¡Y una mierda estabas preocupado! No estabas preocupado cuando metiste tu palo en el ojo de la cerradura de su hermana!" Jessica entonces caminó hacia atrás para evitar que mirara a Iris. "¡Si ella no ha contestado a tus llamadas, eso debería ser una señal de que no quiere hablar contigo!"

Iris no contestó ni miró a Derek. Sólo oír su voz era demasiado doloroso para ella. La imagen de verlo a él y a su hermana juntos nublaba su mente. "¡Iris, por favor, déjame explicarte! Fue un gran error. Tu hermana se me echó encima e intenté decirle que se alejara de mí".

"¡Eres patético! Siempre supe que eras una mala noticia. ¡Podrías haberle dicho a Iris que su hermana iba a por ti! ¡No lo hiciste, egoísta de mierda!" Derek fue entonces empujado lejos de la puerta. "¡Tienes cinco segundos para irte, o llamaré a la policía para que saquen tu culo!"

"¡Iris, por favor, que sepas que tu hermana no significaba nada para mí! ¡No era más que una puta drogadicta! ¡Por favor, que sepas que haré lo que sea para tenerte de vuelta!" Como seguía sin obtener respuesta, se burló y decidió marcharse.

Jessica se quedó fuera para asegurarse de que se había marchado. Volvió a entrar y cerró la puerta. "¡Ese imbécil! Tuvo el descaro de dar la cara". Jessica se dio cuenta de que Iris estaba quieta; fue hacia ella y la abrazó. "Siento que hayas tenido que verle tan pronto. Tardarás en curarte, niña, pero sé que lo superarás. Me tienes a mí para ayudarte".

A Iris se le llenaron los ojos de lágrimas, pero se las secó y sonrió a Jessica. "Gracias por defenderme".

Jessica la soltó y sonrió. "Oye, somos más como hermanas. No dejaré que ese clink clank ding dong se te acerque".

De repente, el teléfono de Iris vibró; ella miró su teléfono.

"¿Quién es? No me digas..."

"Es un chico que conocí en un parque".

Esto sorprendió a Jessica. "Woah, ¿ya conociste a otro chico? Eres más astuta que Speedy González. Explícate."

La joven suspiró. "Fui a un parque a procesar lo que vi entre Derek y mi hermana. Vi a un tipo en el parque, y estaba intentando suicidarse".

Jessica jadeó mientras sentía que un escalofrío le recorría la espina dorsal. "¡De ninguna manera! ¿¡Entonces qué!?"

"Le detuve antes de que apretara el gatillo; se derrumbó. Me dijo que había perdido a su mujer y a su hijo nonato. Nunca había conocido a un hombre tan destrozado. Sin embargo, su amigo vino y se lo llevó, pero no antes de que intercambiáramos números de teléfono".

"Vaya, le has salvado la vida a un hombre. ¿Cómo se llama?"

"Maverick".

Los dos leyeron el mensaje.

"Buenos días, Iris. Gracias por el mensaje y por tu preocupación; te lo agradezco mucho. Hoy estoy mejor. Mi amigo me convenció para que buscara ayuda y decidí aceptarla. Me preguntaba si podríamos quedar para tomar un café".

Iris sintió alivio al saber que Maverick estaba mejor. Sin embargo, no sabía si sería buena idea salir a tomar un café con un hombre que había intentado suicidarse. "¿Qué te parece?" preguntó mirando a Jessica.

Jessica parecía intrigada y tenía una sonrisa divertida en los labios. "Salir con él. Quiero decir, vosotros dos pasasteis por desamores. Estaría bien tener más sistemas de apoyo. Este tipo parece genuino".

"Pero, poco a poco estoy tratando de cooperar yo misma después de haber sido engañada. Y-"

"Chica, eventualmente tendrás que seguir adelante. Pasarás por muchos acontecimientos dolorosos en la vida, pero la vida es una lección. Además, a este chico también le rompieron el corazón". Jessica entonces movió las cejas. "Quién sabe, quizá vosotros dos podáis curar los corazones de los demás". Iris se sonrojó al ver el mensaje. Suspiró y pulsó el botón de llamada. "Woah, le estás llamando. ¡Vamos, chica!"

Mientras tanto, Maverick seguía quedándose con Alpha Matthias y su familia por insistencia de ellos. Maverick estaba en el gimnasio de Matthias. Matthias estaba levantando pesas mientras Maverick estaba en la máquina de correr. Maverick estaba a punto de cambiar la música de su teléfono cuando vio sonar su teléfono. Apagó la máquina de correr y luego su música. Matthias dejó de levantar pesas y se acercó a Maverick.

Maverick contestó su teléfono. "H-Hola."

"H-Hola Maverick, soy Iris. E-Estoy feliz de que hayas respondido a mi mensaje y estés bien".

Maverick respiraba agitadamente y trató de calmarse. "S-Sí. L-Lamento que hayas tenido que ver ese lado de mí. N-no estaba en mi estado mental adecuado".

"No pasa nada. Si tuviera que ser honesto, yo tampoco estaba en el estado mental adecuado ese día. De todas formas, he visto tu mensaje y me encantaría quedar contigo para tomar un café".

El Beta sonrió y se alegró de que Iris aceptara su invitación. "Me alegro. ¿Te gustaría salir esta noche? Puedo recogerte". Iris se quedó en silencio al otro lado. Maverick quería darse un coscorrón, pensando que iba demasiado rápido.

"Estaría bien, pero podemos vernos en la cafetería. ¿Has probado alguna vez el café Tierra Mía?"

"No, nunca lo he oído ni lo he probado".

"Bueno, tienen un delicioso café al estilo mexicano y bebidas que creo que te podrían gustar".

Matías miró con expectación y le hizo un gesto a su Beta para que aceptara. "Me parece bien. Podemos quedar a las siete de la tarde. ¿Tienes la dirección?"

"Sí, la tengo. Te la enviaré ahora mismo. Hasta luego".

Los dos colgaron; Maverick notó que Matthias sonreía. "Bueno, ha ido bien. Esa mujer parece que tiene buen corazón".

Maverick miró su teléfono y recibió el texto con la dirección. "Parece que sí. Siento que todo va muy rápido".

"Lo sé, amigo mío. Sin embargo, has estado viviendo con dolor durante demasiado tiempo. Me alegro de que estés dando el primer paso. Es lo que quería Ofelia. De todos modos, tienes que planear lo que te vas a poner". Maverick no pudo evitar una risita.