CAPITULO 5: LA ASISTENTE

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Después de varios días de trabajo para el forense, al fin Dar y su hermano pudieron volver a su mansión.

Podrían haberla dejado más ordenada. Se sintió indignado, de hecho; parecía que nadie había si quiera tratado de hacerlo. Estaba todo lleno de papeles, cintas y las cosas revueltas como si de un saqueo se tratara. 

-Vamos a la cocina Cody, ten cuidado y no toques nada, iremos a preparar la cena, luego acomodaré esto-

No había nada de comer, la mayoría de las cosas de su heladera se habían echado a perder, por lo cual decidieron pedir una pizza.

-Estoy aburrido y tengo hambre- pronuncio el pequeño agachando la cabeza.

-Lo sé, también yo. Iré a ordenar tu quédate aquí-

-Pero estoy aburrido- se quejó Cody nuevamente

-Toma- dijo extendiéndole su teléfono- puedes jugar, pero no quiero que abras mis mensajes, y avísame si llama a alguien-

-Sii ¿tienes el juego del gusanito?-

-¿Gusanito?-

-El que come la comidita y se hace largo-

-Ahh Si, lo tengo, fíjate en la galería de juegos; por cierto, es una serpiente no un gusano-

La sonrisa del pequeño, le hacía sentir una gran tranquilidad a Dar. De vuelta en el living, comenzó a levantar uno por uno los montones de papeles regados en la alfombra. Cada vez que recogía uno, una fugaz imagen de aquella noche se le venía a la cabeza; hasta que el sonido del timbre lo trajo de vuelta a la realidad.

-¡Llegó la pizza!, tráeme las llaves que están en mi chaqueta- 

Cody apareció corriendo por la sala, con el teléfono en una mano y las llaves en la otra- ¡Pizza, pizza!-.

 Pero al abrir la puerta, el repartidor de pizza no era justo la persona que estaba parada allí.

-Hola, ¿eres Darikson Arthur Hamilton?- dijo la joven mujer parada en el porche. Era alta, estaba vestida de traje, tenía lentes, una cartera, una libreta y un pequeño cartel con, aparentemente, su nombre; Clare. Daik, había comenzado a fijarse hasta en los más pequeños detalles, por si algo malo volvía a pasar.

-Sí, ¿y usted es...?- dijo en tono desconfiado Darik.

-Ay perdón, soy Clare Wolcott, asistente social ¿puedo pasar?- dijo estrechando su mano para saludarlo. 

-Em...si, si, pasa- dijo abriendo más la puerta para dejarla entrar a la casa- Siéntate aquí, yo volveré en un segundo-

Se fue hasta la cocina donde Cody estaba jugando y le dijo:

-Escúchame, quiero que subas a tu habitación y cierres la puerta con llave hasta que yo te lo diga, si escuchas algún ruido extraño, te ocultas en el armario y llamas al 911, ¿entendiste?-

-Si- dijo el pequeño asustado.

-Buen chico, tranquilo, todo va a estar bien, puedes quedarte con mi teléfono, solo trata de no hacer mucho ruido-

El niño subió sigilosamente las escaleras de la cocina que daban al segundo piso, y Darikson se dirigió nuevamente al living para hablar con Clare.

-¿Te ofrezco algo?-

-Agua por favor- dijo ella mientras sacaba papeles y los acomodaba en la pequeña mesita que estaba en la sala. -Lamento haber venido tan tarde, fue un viaje largo desde Oklahoma, encima mi auto se averió y tuve que hacer varias paradas...- parecía que nunca dejaba de hablar.

CARTA ROJADonde viven las historias. Descúbrelo ahora