Fue un largo viaje pero finalmente aterrizamos en New York luego de trece horas de viaje.
Fue agotador el viaje, estar sentado en un avión durante todo ese tiempo te hace aburrir de mil maneras aunque me pareció tierno ver como Ryoba estaba recostada en mi hombro durmiendo tranquilamente como si en su pequeña cabecita no pasara la imagen de ese periodista muriendo de mil maneras diferentes aunque no le preste mucha atención a eso.
En cuanto llegamos nos instalamos en una buena habitación del hotel Hampton Inn Times Square Central la reservación fue por diez semanas por que no estaba seguro de que tanto nos tomaría encontrarlo.
Me preocupaba Ayano por lo que le escribía cada que podía y la llame en un par de ocasiones, fue extraño parecía más animada de lo normal como si fuera una persona normal con sentimientos, cosa que francamente más que alegrarme me preocupo pues eso significaba que había encontrado a su persona especial.
Ya no podía dar marcha atrás por lo que en cuanto pudimos comenzamos nuestra investigación ayudados por un misterioso contacto que tenía mi esposa en su teléfono "Info-Chan".
Nos tomo cuatro semanas encontrarlo y otras dos conocer cada movimiento que hacia en la ciudad, no fue difícil es alguien con una rutina monótona y aburrida como un anciano, por suerte yo era experto buscando y investigando personas por mi trabajo de detective y bueno Ryoba ya tenía mucha experiencia en eso por lo que en poco tiempo planeamos la forma ideal para atraparlo y acabar con él.
Fue el viernes de la sexta semana, mientras estábamos en la ciudad cuando planeamos el golpe, lo íbamos a encerrar en un callejón cerca de un café que frecuentaba, en una calle poco concurrida y cerca de la costa, el lugar perfecto para tomar un barco y arrojar el cadáver a donde nadie lo pueda encontrar.
Fue extraño ver como Ryoba me decía todas esas cosas con naturalidad mientras yo le daba mis propias ideas y así planeamos juntos el asesinato, literalmente el momento en pareja más bizarro de la historia.
El día esperado llego, lo seguimos en silencio por la mañana desde su hogar en un hotel de mala muerte hasta el Café, allí se sentó a leer el periódico y comer una dona en silencio con total tranquilidad como si no supiera que sería lo siguiente en pasar.
En cuanto salió esperamos un poco y salimos tras él, siempre cuatro pasos detrás para que no notara nuestra presencia hasta que en un punto exacto la calle quedo desierta y Ryoba rápidamente lo tomo y lo empujo al callejón dejándose ver por él.
Habían pasado treinta años desde la última vez que lo vi y ciertamente los años no fueron amables con él, su cabello era casi completamente blanco mientras que su rostro se veía cansado y demacrado por años de problemas y sufrimiento.
En cuanto vio a Ryoba su mirada quedo en blanco al igual que su cara.
-Como me encontraste maldita asesina -Grito con la poca fuerza que le quedaba.
-Tengo mis métodos -Respondio ella con una sonrisa.
En anciano me miro y me suplicó piedad hasta que logro reconocerme.
-Eres tu aquel chico, el que ella acosaba el causante de esos asesinatos, como es posible que terminaras con este monstruo, esas chicas no te importan, su muerte no te pesa, acaso fuiste tan tonto como para enamorarte de ella -Repetia el anciano sin cesar mientras me daba una mirada acusatoria y trataba de soltarse del agarre de Ryoba.
-No me importan, la amo y eso es lo que importa a diferencia de ti yo podre morir con la conciencia tranquila -Me acerque y bese a Ryoba con pasión para luego sacar un cuchillo y acercarme a él para terminar con el trabajo.
Sin embargo antes de terminar con él comenzaron a sonar sirenas de policía y allí lo entendí, él no estaba luchando estaba ganando tiempo, cuando le quite el abrigo tenía un rastreador que por mi trabajo sabía que solo era utilizado por las autoridades.
-Aún tengo amigos en América puede que en Japón todos te crean pero aquí las cosas son diferentes aquí yo gano -Comenzo a reírse victorioso mientras podía escuchar las sirenas cada vez más cerca.
En ese momento Ryoba lo soltó y me tomo del brazo para tratar de huir, corrimos con fuerza pero al final nos alcanzaron, creía que era el final pero antes de que nos alcanzaran Ryoba me dio un beso y me empujó, caí al mar mientras podía oír como las sirenas se posaban y los oficiales detenían a mi esposa.
Quería salir y ayudarla pero la razón tomo el control y no pude hacer nada para ayudarla, cuando finalmente salí ya no estaba.
Corrí al hotel con todas mis fuerzas y luego de cambiarme por ropa seca me dirigí a la estación en la que la tenían retenida para tratar de sacarla, pagando su fianza o testificado en contra del periodista.
Por suerte cuando la encontré no estaba el periodista cerca por lo que me acerque al comandante para hablar y tratar de sacarla.
-Disculpe señor pero eso sera imposible, esa mujer está acusada de intento de homicidio y ira a juicio en dos semanas.
-Eso es estúpido ella es inocente ustedes recibieron una falsa denuncia y exijo que la liberen.
-Eso lo determinara el juez, sugiero que se tranquilice y busque un abogado, gracias a la llamada anónima de un habitante pudimos evitar ese asesinato.
-Se equivoca, pero se lo demostraré en la corte, exijo verla. -Dije enfadado
-Quien es usted para exigir verla. -Me cuestiono mientras alzaba una ceja
-Es mi esposa -Le conteste seguro y enojado
-Esta bien siga me por aquí -Dijo irritado.
En cuanto llegue al pequeño cuarto la pude ver tranquila con un overol anaranjado que la hacía parecer extraña, después de todo ella siempre trataba de vestir de morado ya que era mi color favorito, al verla tras el cristal me sentí furioso mientras ella me daba una tierna sonrisa del otro lado.
-Cariño viniste a verme -Me dijo ilusionada con una bella sonrisa en sus labios.
-Te sacaré de aquí lo prometo ya estoy trabajando en eso, pero tendrás que esperar un poco hasta el juicio -Le dije ajetreado mientras la veía, me dolía verla así.
-Por favor date prisa no podría soportar mucho lejos de ti, además este color es horrible solo me gusta vestirme de morado, tu color favorito -Esas palabras me resultaron tan tiernas aunque al mismo tiempo me partía el corazón nunca me había separado tanto tiempo de mi esposa.
-Descuida haré lo posible para sacarte de aquí lo más rápido posible y luego seguiremos con lo nuestro -Le dije más calmado esperando que ella se tranquilizará también.
-Esta bien, pero promete me que no te enamorarás de nadie más mientras estoy aquí encerrada -Nunca lo haría la amo demasiado como para hacerle eso, además que conozco las consecuencias de intentarlo.
-Como podría hacerlo te amo y te sacaré de aquí -Era cierto treinta años de relación eran suficientes para decir con certeza que la amo y no la abandonaré por nada del mundo.
Juntamos nuestras manos a través del cristal y luego tuve que irme al darme cuenta que el periodista había llegado -Eso me destrozó el corazón estar tras un vidrio blindado mientras la veía ahí sola y lejos de mí.
No me detendré ya lo verán, él no sabe con quién se metió, nunca debió hacerle esto a mi linda esposa, pagará las consecuencias de haberse metido con Jokichi Aishi.
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ESPERO QUE LES GUSTE EL CAPÍTULO DE HOY Y LA HISTORIA SI ES ASÍ VOTEN, COMENTEN Y COMPARTAN LA PARA QUE MÁS PERSONAS LA CONOZCAN POR AHORA ME DESPIDO PERO VOLVERÉ TENGAN UN LINDO DÍA ADIÓS.E.S.G. FUERA
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EL AMOR EN LA LOCURA
FanfictionSoy Jokichi Aishi cuando alguien escuche esto lo más probable es que sea un hombre diferente es chistoso como la vida da vueltas hasta quebrantarnos y a mi definitivamente me toco la peor parte, el año fue 1989 el año en el que mi vida cambió para...