Capítulo I: la carta

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Mi nombre es David. Vivo en un país de Latinoamérica, en la capital para ser exacto. Asistía a la universidad hace apenas un par de meses, y de hecho, muy pronto comenzarían las vacaciones cuando suceden los hechos que te relataré. Siempre he sido una persona solitaria, no tengo muchos amigos, y solo he tenido dos novias. La última descubrió mi historial de contenido para adultos de temática BDSM y se enojó, me llamó pervertido y me dejó. Lo típico, ¿no?

Bueno, el caso es que todas las mujeres con las que he salido piensan que la sumisión es mala. Así que pensé que jamás conocería a una chica que compartiera mi gusto por el BDSM. Ver cómo dominaban y humillaban a las mujeres en esos videos me excitaba. La sola idea del dominante y que el cuerpo de la sumisa era suyo me ponía completamente cachondo. Debido a esto, me alejé de las citas.

Hasta que un día, en el comedor de la universidad, estando con mis amigos, una linda chica se acercó a nuestra mesa para saludar y preguntó por mí.

—Hola, ¿tu nombre es David, verdad? —preguntó la linda chica, de cabello castaño, ojos color ámbar y un buen cuerpo, exactamente mi tipo, con todo en su sitio y la correcta proporción entre unos buenos pechos y un trasero firme.

—Sí, ese soy yo —dije mientras señalaba mi propia cara.

—Bueno, verás, mi amiga Lucía quería saber si tú querías ser su novio —dijo, mirándome con sus grandes y hermosos ojos.

Recordé inmediatamente a Lucía, habíamos asistido a la misma escuela. Bueno, en realidad también estábamos en la misma clase, pero yo era el chico tímido y ella era la chica rara y callada, así que nunca le había hablado en toda mi vida. Además, recuerdo que acosó a un chico para que fuera su novio, el pobre chico se fue de la escuela cuando comenzaron a circular rumores de que era gay. Nadie sabe si fue Lucía quien los empezó o si fueron los otros niños de la escuela, pero desde entonces, todo el mundo sabía que estaba loca y evitaban relacionarse con ella.

—Bueno, verás, han pasado solo 5 meses desde que terminé con mi novia, así que ahora no estoy interesado —me excusé.

—Entiendo. Lástima, hubieran hecho una bonita pareja —dijo ella, dándose la vuelta sin despedirse ni decirme su nombre. Al menos pude admirar su trasero mientras se iba.

En fin, pensé estúpidamente que todo acabaría ahí. Fui al baño y me dirigí a mis clases. Estaba a punto de entrar en clase cuando recordé que dejé el maletín en el comedor. Al volver, noté que estaba un poco abierto, pero no faltaba nada, así que volví a mis clases. Fue un día bastante difícil en la universidad, por lo que no salí con mis amigos. En su lugar, fui a mi departamento, me relajé con videojuegos, Netflix y esas cosas. Recuerdo que tenía botanas en mi maletín, y al rebuscar entre mis cosas, encontré una carta. La abrí y dentro ponía: "Veamos en la biblioteca, tu novia secreta, Lucía."

Realmente me asustó un poco, pero decidí ir a la biblioteca a la mañana siguiente para dejarle a Lucia en claro que no estaba interesado y, según creía yo en ese momento, ingenuamente, todo esto se acabaría.

Llegué a la universidad, y en mi tiempo libre fui a la biblioteca, que era un lugar tranquilo. Lucia no estaba por ninguna parte, así que tomé uno de los libros de la estantería más cercana y me dispuse a leer.

—Hola —dijo una voz muy tímidamente desde mi espalda.

Me sobresalté un poco y me di la vuelta para encontrarme cara a cara con Lucia. Había cambiado en todos estos años, ya no era esa chica rara del salón, o al menos ya no lo aparentaba. Era hermosa, con cabello negro hasta los hombros, ojos verdes, delgada y tenía la proporción correcta entre unos bonitos pechos y un trasero firme, ni demasiado grandes ni demasiado pequeños. Los lentes y el suéter color crema le quedaban increíbles de alguna manera, pero lo cierto era que, a pesar de su apariencia, seguía siendo una acosadora loca. Recordé por qué estaba allí.

mi acosadora se convirtió en mi Esclava sexual.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora