𝔦𝔦. el video

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— Y eso ha sido todo por hoy, se pueden retirar.

Solté un gran suspiro de cansancio para comenzar a ordenar mis cosas rápidamente, lo único que quería en este momento era largarme de aquí de una vez por todas, pues me encontraba en clase de filosofía y ya no daba más.

El día había transcurrido tranquilamente, presté atención en todas las asignaturas para poder ponerme al día, pues nos encontrábamos a mitad de año y acá estaban un poco adelantados en la materia, por lo que debía estudiar algunas cosas que no comprendía muy bien.

Nadie me habló, ni siquiera el tal Sunoo, con quien al final nunca me pude presentar correctamente. Era algo que esperaba producto a la primera impresión que les di, sin embargo, aún tenía ciertas esperanzas de por lo menos hacer un amigo, pero no iba a dejar que esto me afectara, ya no.

En los recreos recorrí algunas partes que me faltaban por ver de la escuela, la cual abarcaba toda una manzana, así que agradecí mi buena memoria, lo que logró que no me perdiera ni una sola vez.

En la hora del almuerzo había decidido almorzar en el patio, en un espacio estrecho que había descubierto junto a unos árboles, así que ahí pude comer tranquilamente, además de fumarme un cigarrillo, lo necesitaba demasiado.

En este momento ya me encontraba cruzando la puerta del salón dispuesta a salir rápidamente, hasta que se escuchó como a cada alumno les llegaba una notificación en su celular, incluyéndome, fruncí el ceño desconcertada. Me detuve un momento para abrir ese extraño mensaje, hasta que mis ojos se abrieron de par en par al ver que se trataba ni más ni menos de un video, video sobre mí, claro está.

En el video me veía golpeando en las costillas a Haewon y dándole un puñetazo en la cara a Jiyu.

— Mierda — susurré, sin saber que debía hacer ahora.

Al parecer a las dulces hermanitas no se les había ocurrido ninguna idea mejor que no fuera fastidiarme en mi nueva escuela, enviándoles ese video sacado de contexto a cada uno de mis compañeros. No tenía idea de cómo lo habían hecho, pero lo único que sabía es que ese par siempre se salía con la suya. Ahora sí que estaba jodida.

Empecé a escuchar las exclamaciones de sorpresa por parte de mis compañeros, se susurraban los unos con los otros y algunos que estaban cerca mío se alejaron rápidamente de mí con expresiones asustadas en sus caras. Idiotas.

Agradecía que la profesora se hubiera retirado segundos antes y que no estuviera presente en estos momentos, pues tenía oportunidad de salvarme. Una idea cruzó por mi mente, así que me acerqué a cerrar la puerta del salón, evitando que algunos de mis compañeros salieran.

No me interesa lo que pensaran de mí, pero debía asegurarme de que esto se quedara aquí y no llegara a manos de los profesores o sucedería lo mismo de siempre, y no quería arriesgarme a ir a un patético internado como me habían dicho mis padres, así que me aclaré la garganta y hablé en voz alta.

— Ese video está fuera de contexto — aclaré, observando como algunos tragaban saliva tratando de evitar mi mirada — No me importa si me creen o no, solo necesito que este video quede entre el curso, ningún maestro ni funcionario puede verlo, por favor — pedí, con voz autoritaria.

El salón se encontraba en un profundo silencio, algunos mirándose los unos a los otros con duda.

— Y queda demás mencionar, que, si descubro a alguno de ustedes mostrándole ese estúpido video a alguien fuera de acá, entonces ustedes se convertirán en mis nuevas Haewon y Jiyu — mencioné el nombre de aquel dúo del infierno mientras los observaba amenazantemente, algunos me miraban con furia, otros agacharon la cabeza asustados.

𝐇𝐈𝐆𝐇 𝐒𝐂𝐇𝐎𝐎𝐋 𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓𝐒 | Yang JungwonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora