𝔳𝔦𝔦. negación

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Finalmente, la jornada escolar de hoy había acabado, así que me encontraba ordenando rápidamente mis cosas para salir del salón de una vez por todas, pues ya me encontraba harta y solo quería llegar a mi casa para poder descansar un poco.

No sé por qué, pero mis ojos se desviaron hacia cierto castaño de lentes que también se encontraba ordenando sus cosas, estaba con la vista en su mochila, metiendo todos sus cuadernos y después la cerró. No aparté la vista de él hasta que me di cuenta que me había quedado observándolo fijamente, iba a apartarla rápidamente pero ya era tarde, su mirada subió y se encontró con la mía, provocándome nuevamente ese malestar estomacal. 

Y ocurrió, mis ojos no podían apartarse de los suyos, era como si hubiera algo atrayéndolos hacia los suyos, algo que me impedía profundamente apartar mi mirada de él, y para mi sorpresa, él también me seguía observando. Nuestros ojos se observaban mutuamente, y estaba segura de que apenas pestañeábamos. 

Podía apostar que el salón ya se encontraba casi vacío, pero mi vista solo estaba en él, hasta que algo se interpuso entre ambas miradas.

Pestañeé confundida al observar a Sunoo, quien se había acercado y ahora se encontraba frente mío, junto a una amigable sonrisa.

— Hyori, ¿Te parece si caminamos juntos hacia la salida? — preguntó amigablemente.

Observé por el rabillo del ojo, como Jungwon caminaba hacia la salida del salón, con la mirada en el suelo, y unas ganas enormes de querer ir detrás de él me inundaron.

— Yo... eh, discúlpame, pero debo irme rápido, ¡Mañana si quieres nos vamos juntos! Nos vemos — hablé rápidamente mientras agarraba mi mochila y le brindaba una sonrisa de disculpa, que pareció más una mueca.

Comencé a caminar rápidamente, saliendo del salón.

— ¡Claro, nos vemos! — escuché la voz de Sunoo.

Mis ojos en este momento se encontraban buscando como locos a una sola espalda conocida, entre todos los estudiantes quería toparme con él. 

Sabía que no era algo común en mí, pero por primera vez quería dejarme llevar por lo que fuera que pasaba por mi mente en este momento, y eso era: ir tras Jungwon.

Salí de la entrada principal, abriéndome paso ante la pila de estudiantes, tratando de hallarlo, hasta que lo vi. Al parecer se le habían caído algunos libros junto a la vereda antes de cruzar la calle, así que rápidamente me acerqué a él.

Me agaché a su altura y tomé un libro, el cual él también tomó al mismo tiempo, provocando que su mano se posara sobre la mía. 

Jungwon no se había dado cuenta de mi presencia hasta ese momento, por lo que levantó la cabeza, provocando que el espacio personal entre nosotros fuera muy poco. 

Su mano sobre la mía se sentía cálida, y raramente, no me disgustó el contacto.

Sus ojos cafés se abrieron de la sorpresa, junto a un sonrojo apareciendo en sus mejillas. Ahora podía observar con mayor claridad su rostro. Sus ojos cubiertos por esos anteojos negros, sus largas pestañas, sus cejas, su piel, su nariz, su mandíbula y el lunar que tenía en esta y sus...

Labios.

Delgados, pero el inferior más grueso que el superior, rosados, se veían suaves y apeteci-

No. ¿Qué estaba pensando?

Me deshice de su agarre rápidamente, tragando saliva mientras me levantaba con el libro en mis manos. Él se levantó unos segundos después, observando a todas partes menos a mí.

𝐇𝐈𝐆𝐇 𝐒𝐂𝐇𝐎𝐎𝐋 𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓𝐒 | Yang JungwonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora