Capítulo XX

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No sé cómo Yannick pudo haber disparado si se veía tan inconsciente a causa del golpe que le dio su madre, a pesar de eso su puntería no fallo y la bala choco contra la entrepierna de Emma, causándole un grito de dolor extremo.
Para nuestra mala suerte aquella pistola no traía silenciador, así que por consiguiente los huéspedes de algunas habitaciones salieron a ver que ocurría, y cuando se percataron de la sangre que comenzaba a inundar la alfombra del pasillo y a una mujer gritando adolorida, se alarmaron e incluso algunos salieron corriendo.
Yannick seguía inconsciente cuando la ambulancia llego, así que se lo llevaron a él y a su madre al hospital...no quiero imaginar que es lo que harán si se llegan a ver las caras por ahí.
Las que justo ahora están lidiando con la policía en la estación somos Blake y yo, porque el idiota de Ryan no sabemos dónde coños se fue a esconder o que es lo que está haciendo, pero simplemente desapareció.

- ¿Ustedes eran dueñas del arma? - pregunta de nuevo el policía con panza enorme- Necesitamos que sean honestas si no quieren que les retiremos su pasaporte.

-Mejor quítanos estas estúpidas esposas, que me están lastimando- contesta Blake en un tono molesto.

-Señorita White- dice el otro policía, pero este es larguchon- Su hermano y su madre justo ahora están en el hospital, y la ley nos obliga a saber exactamente qué es lo que ocurrió.

-Les hemos dicho que no tenemos nada que ver, ni siquiera sabemos de dónde ha salido esa pistola.

El panzón saca un informe de una carpeta amarilla.

-El arma tiene las huellas de su hermano.

-Fue en defensa propia.

Yo no he dicho ni una sola palabra, pues no sé de qué manera los narcotraficantes arreglan sus problemas con la ley.

-Por lo que veo son de buena familia- dice el larguchon- Tienen diferentes negocios, hospitales, constructoras, hoteles, bibliotecas...- mira a Blake- ¿Quiénes son ustedes?, no tenemos demasiados registros.

-Ese es el punto oficial, que no sabe con quién se están metiendo.

Con la barbilla en alto, Blake sonríe, tan sínica como siempre.

- ¿Acaso es una amenaza, señorita White?

-Será mejor que dejen su investigación hasta aquí, señores- se hace presente la voz de Ryan desde la cabina de afuera.

Todos nos enfocamos hacia aquel lugar, y los oficiales se miran entre sí como si quisieran comprender que es lo que está pasando y porque aquel hombre está ocupando el lugar de sus compañeros.

- ¿Y tú eres...?

Ryan sonríe de oreja a oreja, antes de soltar el intercomunicador y dirigirse a la puerta y abrirla, provocando un pequeño chirrido en ella.

-Soy Ryan White- dice de manera confiada y con una sonrisa de lado- A partir de hoy el suelo que pisan, y las paredes que los rodean, le pertenecen a nuestra familia.

¿Qué, que?

- ¿A qué te refieres? - indica el larguchon- Si eres un niño.

-Gracias por el halago... a comparación de mis hermanos soy relativamente joven, pero es exactamente lo que escucho- se acerca a Blake y a mí para posar una mano en el hombro de cada una- Ahora somos dueños de esta estación de policías, así que pueden retirarse y borrar los registros que obtuvieron, si quieren mantener sus empleos.

Lo último que dice, adquiere un tono de voz tan frío, que su mirada indica que es la única opción que tienen los policías. Ellos no dicen nada, solo se largan del cubículo y nos dejan solos.

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⏰ Última actualización: Oct 20, 2023 ⏰

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