[+18]My Little Pony: Friendship is Magic, Norman el enviado de la fertilidad.

Cap 2: Alas de rescate (VF)

La cabeza de Norman daba vueltas y solo podía escuchar un fuerte zumbido ensordecedor. Con dificultad, se levantó del suelo húmedo, quedando de rodillas en medio de la oscuridad. "¿Dónde... dónde... ¡MIERDA!... ¿estoy?", preguntó en voz alta, mientras miraba a su alrededor. Su vista era borrosa y veía todo doble, apenas distinguiendo su entorno gracias a la tenue luz de la luna. Se encontraba cubierto de barro de pies a cabeza y, al agacharse, se dio cuenta de que había aterrizado sobre un lodazal.

Intentó ponerse de pie varias veces, pero sus piernas lo traicionaban cada vez. No recordaba mucho, pero sí sabía que cuando cruzó el portal, era de día al otro lado. "¿Había estado inconsciente un día entero?, ¿Tal vez solo medio día?", pensó. De pronto, un ruido de ramas y de "algo" moviéndose a su alrededor lo sacó de sus cavilaciones, alertándolo.

Tras unos interminables segundos que se sentían como minutos, su visión se recuperó lo suficiente para darse cuenta de que estaba en medio de un bosque lúgubre. Con la ayuda del tronco de un árbol cercano, logró levantarse del suelo. Se sentía como si lo hubieran apaleado, y no lo comprendía. Sin embargo, el lodazal donde aterrizó le había salvado la vida.

"¡Mierda...! Necesito tomar un baño... Y tal vez un kilo de aspirinas...", sin un rumbo claro comenzó a caminar. No sabía a dónde ir, pero entendía que quedarse en medio de la nada no era una opción. No quería acabar como Timothy Treadwell. Sus pasos eran lentos e inseguros, y solo podía escuchar rugidos y gruñidos desconocidos para él a la distancia. El no ver qué era lo que producía tales sonidos lo ponía cada vez más nervioso.

Buscó el origen de esos ruidos, mirando en todas direcciones, solo logrando ver sombras y formas entre las ramas de los árboles siniestros. Incluso en estos últimos se podían ver tenebrosos rostros gracias a la luz de la luna. "¡J-ja!... Justo cuando me dejo el Charmander en casa... o un Pikachu con destello...", su intento de relajarse a sí mismo bromeando parecía ser bastante inútil, pero no lo podía evitar. Era algo que hacía cuando no se sentía cómodo.

"Bien... voy a caminar en línea recta, ¡sí!, hasta encontrar un pueblo... algo de civilización..." Podría considerarse un pensamiento optimista, inusual en él, pero era solo el miedo hablando por él. No tardó mucho tiempo en darse cuenta de que esa idea no era la mejor. El bosque parecía inacabable. Podían haber pasado veinte minutos o dos horas, era difícil saberlo. Su móvil se quedó en sus pantalones, aquellos que la enorme mujer le arrancó de un solo tirón.

El frío que sentía por estar medio desnudo y cubierto en barro le calaba hasta los huesos. Las puntiagudas piedras del suelo le hacían imposible ir muy rápido. ¿Sus zapatos? Salieron volando al caer del cielo. "Bueno... al menos aún tengo mi playera de Metálica...", pensó. En su intento de evitar que esa "diosa de la fertilidad" lo abandonara, había saltado por ese extraño portal sin pensarlo muy bien. Aunque lo más seguro es que, si hubiera aterrizado en medio de un agradable lugar, habría terminado encarcelado por exhibicionismo.

Norman se abrió camino entre los árboles y los arbustos, sin encontrar una salida clara por ningún lado. Sus pies ya no daban para más, pero igual seguía por pura autonomía. Hacía rato que no sabía si seguía yendo en línea recta como tenía planeado o si en algún momento comenzó a caminar en círculos al esquivar los desniveles y lagunas que plagaban aquel pantano. "Voy a morir aquí... ¿verdad?", se quejó mientras apartaba un par de arbustos de su camino. "No voy a llegar a ningún lugar... ¿VERDAD?... Dios... la estupidez que he hecho solo por un coño... Uno perfecto, claro...". Ya no le importaba si las ramas puntiagudas le hacían daño, solo quería salir de ahí.

Para su sorpresa, vio algo nuevo tras esos arbustos: un claro en medio del bosque, con pasto en vez de simple lodo. "Bueno, esto es un 'lugar', supongo...", dijo mientras escaneaba el sitio con sus ojos, en busca de algo útil, pero no vio nada que le sirviera, excepto un tronco caído. "No es mi sofá favorito... pero supongo que servirá...", pensó, mientras arrastraba los pies hasta llegar al tronco seco. Tras sacudir su superficie con una de sus manos, se sentó sobre él, agradecido de poder descansar aunque sea un rato.