014 (MARATÓN)

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Pov Caleb

Dos semanas habían pasado desde aquel incidente.

Dos semanas donde no había visto a aquel enmascarado que me había tenido cautivo sin que nadie lo supiese.

Era extraño, parecía como si inconscientemente necesitara verlo.

Sabía que estaba bien porque lo vi antes de ir al hospital. A simple vista lucía totalmente bien. Quitando, obviamente, la sangre de sus víctimas.

Me había quedado unos días con unos compañeros del trabajo. Habían insistido en que no querían dejarme sólo y tuve que ceder para no preocuparlos.

Hace apenas un par de días había vuelto a mi casa, el cual se hallaba hecho un desastre y lleno de suciedad. Se notaba a leguas que no había estado por un tiempo. El sheriff de igual manera se aseguró en revisar el perímetro y dejar unos policías vigilando durante algunas noches. Además de eso, me comentó que para mayor seguridad del pueblo solicitado pedido el cambio de cerraduras en las casas y habían puesto un toque de queda.

Por mi parte, comencé a realizar los arreglos pertinentes en mi casa para evitar que me cuestionasen más de lo que habían hecho cuando revisaron mi casa.

"¿Por que las ventanas están tapadas?" fue lo que me cuestionó un oficial cuando registraron mi hogar.

"Quise asegurarme para Halloween" respondí aun nervioso por la situación.

Era consciente que aún seguía débil por lo que pasé (alimentación casi nula y una puñalada) pero de igual manera había pedido mi reingreso en el escuadrón lo antes posible. Quería mantener mi cabeza distraída o volvería a pensar en él.

Volviendo a la actualidad, me había dedicado a cumplir con las reparaciones de mi casa, lo que conllevaba limpieza, restauración de muebles, arreglos de los cuartos, entre otras tareas que me ayudaban a mantenerme ocupado.

Incluso había comprado nuevas decoraciones y cambiado el suelo de mi cuarto.

No tenía ni idea como los oficiales no habían notado el rastro de sangre seca que había dejado cuando Michael me descubrió intentando escapar.

O quizás si lo notaron.

Sacudí mi cabeza intentando deshacerme de aquellos pensamientos y seguí ordenando.

Sacudí mi cabeza intentando deshacerme de aquellos pensamientos y seguí ordenando

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1 mes había pasado.

Michael seguía sin dar aparición alguna en el pueblo.

De igual manera, las personas seguían tomando las medidas necesarias para que sus casas no quedaran desprotegidas. La mayoría de los hogares con ventanas con seguros y puertas con cadenas y doble llave.

Inclusive, algunos pueblerinos habían decidido establecerse en otras zonas, casi huyendo de Haddonfield. Las calles que habían estado alguna vez llenas de vida y risas, ahora yacían vacías y silenciosas.

Por otro lado, yo había retomado mi trabajo. Pero la sensación de incertidumbre y malestar persistían en el ambiente.

El toque de queda había sido retirado, pero igualmente la comunidad siguió cumpliendo con la misma, a excepción de los más jóvenes.

"¿Como mierda estos mocosos queman un bus abandonado en medio de la noche?" habló una de mis compañeras con la que corría en dirección a las mangueras para extinguir un incendio iniciado por unos chicos en un bus abandonado en medio del bosque que se había propagado por algunos árboles.

"Ni idea, parece que son los únicos que quieren encontrarse con el boogeyman" comentó mi otro compañero mientras soltaba una risa pero de igual manera se podía notar cierto miedo en sus palabras.

"Ustedes por la izquierda, yo me encargo de la derecha" hablé llevando una de las mangueras entre mis manos mientras mis compañeros me seguían el paso pero en dirección al lado opuesto.

Nos tardamos unos 20 minutos en extinguir el fuego, siendo el bus lo más difícil de apagar.

Ya era pasada la media noche y era hora de volver a la estación. Ahora sólo quedaba en el ambiente el ruido de los árboles y el viento.

Mis compañeros se adelantaron y comenzaron a ordenar el equipo, mientras que yo me acercaba al vehículo para revisar cual había sido el motivo del incendio. Tomé impulso y me adentré a través de una de las ventanas porque las puertas estaban trabadas.

Revisé el pasillo del mismo, hallándome casi al final restos de botellas con trapos mojados. Era evidencia clara de bombas caseras lanzadas al interior del vehículo. Tomé los harapos y los coloqué en mi chaqueta, preparándome para escapar por la ventana. Sin embargo, al tener ya una pierna fuera, mis oídos se agudizaron.

Podía percibir la respiración pesada de alguien chocando con algo. Era casi similar a un jadeo acelerado, como si hubiese estado corriendo. Por inercia me voltee buscando el origen de esta, pero no había nadie que se pudiese distinguir a simple viste.

"¿Hola?" balbuceé con duda volviendo a entrar mi pierna al bus y avanzando hacia al lado opuesto de mis compañeros. Mi voz parecía desvanecerse en el abismo oscuro del bosque.

Nuevamente mi mirada viajó a lo largo del profundo bosque, aún escuchando la respiración pero siendo esta vez más errática que antes, como si no tuviese control de su propio sistema. Tomé la linterna de mi chaqueta y apunté al bosque señalando entre la maleza y los árboles, persiguiendo el origen del sonido. La ansiedad se apoderó de mí al no encontrar a la persona responsable del ruido. Era como si no existiese o como si se estuviese escondiendo apropósito.

"¡Chicos, si fueron los mismos que quemaron el bus, necesito que salgan! Los llevaremos a sus casas" Solté creyendo ilusamente que podría ser alguno de estos. Sorpresa para mi fue que nadie respondió y solo podía escuchar el viento, las hojas de los árboles meciéndose y la respiración de la persona, pero poco a poco, desvaneciéndose hasta convertirse en un eco lejano, hasta ya no existir en el ambiente.

"¡Cal! Nos tenemos que ir ¿Qué haces?" La voz de mi compañero me sacó de mi trance provocando que la linterna se deslizara de mis manos por el tono exasperado que había usado.

"Mierda" musité con fastidio, saliendo en dirección a la que anteriormente estaba buscando el origen de la respiración "¡Voy!" anuncié cuando volví a tener la linterna en mis manos y me dispuse a rodear el vehículo para encontrarme con mis compañeros.

Cuanto estuve en la esquina del auto, casi llegando al borde de este para girar y encontrarme con ellos, me detuve en seco al sentir nuevamente la respiración, esta vez más cerca. Provenía de los árboles a mi lado.

Con mi corazón a mil, giré mi cabeza a esa dirección y apunté con mi linterna el origen del ruido.

Nada.

Y nuevamente, la respiración se desvaneció como si el viento se lo hubiese llevado.

Apresuré mi paso y finalmente había llegado al camión donde se encontraban mis colegas.

"A la próxima te dejamos sólo" soltó molesto mi compañero, haciendo que soltara una risa.

"Llegas sin mi a la estación y te sepultan idiota" respondí intentando evitar sacar mi mirada hacia el exterior pese a sentir una mirada sobre mi.

PARANOIA -  𝙈𝙞𝙘𝙝𝙖𝙚𝙡 𝙈𝙮𝙚𝙧𝙨 𝙭 𝙢𝙖𝙡𝙚 𝙤𝙘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora