Capítulo 3

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Llegada la hora de la cena pidieron un par de pizzas. Para entonces el invitado de Bill se había ya levantado y tras presentarle a Andreas les dejó a solas mientras él se daba una ducha rápida.

—Espero que te gusten las pizzas—dijo Andreas mirando al chico.

El aludido se encogió de hombros, ya lo descubriría cuando las comiera. Se sentó en el cómodo sofá y Andreas le acompañó con el mando de la tele en una mano. La encendió y buscó un canal de videos musicales, al momento dio con uno y tras unos anuncios apareció Bill en la pantalla.

—Bill y yo tenemos un grupo—empezó a explicar Andreas.

—Sí, me lo dijo—murmuró el chico carraspeando.

Andreas asintió y le observó acomodarse en el sofá y escuchar la canción que estaba sonando en ese momento.

—Fue nuestro primer single—siguió explicando Andreas—Monsoon, fue número 1 casi un año entero. Con esa canción nos dimos a conocer y no hay concierto donde no la cantemos.

—Es preciosa—comentó el chico sin apartar la mirada de la pantalla.

—Y Bill canta como los ángeles—dijo Andreas suspirando—Él mismo escribe todas las canciones.

— ¿Si?—preguntó el chico—Pues tiene mucho talento.

—Lleva escribiendo desde los 7 años, cuando sus padres se divorciaron—dijo Andreas en voz baja.

—Creí entender que sus padres seguían casados—murmuró el chico rascándose la cabeza.

—Su madre se volvió a casar y fue su padrastro quien nos animó con la música—explicó Andreas—Él me enseñó a tocar la guitarra y Bill mientras escribía en su libreta. Al principio empezamos él y yo solos, actuábamos en locales los dos hasta que un día nos vieron Georg y Gustav y decidieron unirse al grupo.

—No me digas más, un productor os escuchó cantar y se interesó en vosotros—dijo el chico resoplando—Os dijo que erais un diamante en bruto y que con él os comeríais el mundo, pero habría que hacer algún que otro sacrificio y al estar viajando de arriba abajo lo mejor sería abandonarlo todo, familia incluida.

Andreas se le quedó mirando en silencio, ¿a qué venía eso? Fue David quien los descubrió y quien cuidó y cuidaba de ellos en cada viaje que les salía, y quien se preocupaba de que por ejemplo Bill llamara a su madre todos los días por muy cansado que estuviera o agobiado que se sintiera. Sabía de muchos productores que explotaban a los grupos que tenían al cargo, pero David era el mejor que podían haber encontrado.

El timbre de la puerta le hizo pegar un bote en el sofá y se levantó corriendo a ver quién era, justo cuando Bill salía de su habitación vistiendo un cómodo chándal.

— ¿Las pizzas?—preguntó Bill a Andreas.

—Mucho mejor—contestó Andreas entre risas.

Bill alzó una ceja a la espera de una explicación pero Andreas se mantuvo en silencio hasta que se abrieron las puertas del ascensor.

— ¡Chicos!—exclamó Bill al ver a sus amigos.

Georg Listing y Gustav Schafer sonrieron y entraron en el ático de su amigo a quien saludaron con un abrazo.

—David nos comentó que tenías un invitado y hemos venido a conocerle—dijo Gustav echando un vistazo por encima del hombro de Bill.

Bill resopló y les señaló el salón donde estaba su invitado, aún sentado en el sofá.

—No seáis pesados que acaba de salir del hospital—explicó en voz baja—Le veis, saludáis y os largáis.

Georg y Gustav asintieron. Entraron en el salón y el chico se levantó al verlos.

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