Capítulo 9

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A David no le quedó más remedio que irse solo. No le gustaba la idea pero sabía que no podía hacer nada al respecto. Quedó en ir a por ellos a la hora de cenar y acompañó a Jacob hasta la calle.

Pasó el resto del día en la discográfica, tenía trabajo atrasado pero una vez el reloj marcó las 7 lo dejó todo y cogiendo su propio coche condujo hasta el apartamento de Tom.

— ¿Alguna novedad? —preguntó cuando le abrieron la puerta.

—Ninguna, no recuerdo absolutamente nada—contestó Tom desesperado—Llevo todo el día dando vueltas por la casa y lo único que he sacado en claro es que este mueble no está en su sitio.

David miró el aparador que le señalaba, no viendo nada raro en el.

—Los recuerdos volverán, ya lo veras—trató de animarlo Bill.

—Y esta foto por ejemplo—dijo Tom señalando donde salían él y Rebeca—Sé que la sacamos tras una cena a la que asistimos pero no sé donde se fue...y esta maldita bola de nieve...

Bill y David miraron una de las bolas de nieve que había en la estantería, que Tom cogió en sus manos y se quedó mirando fijamente con la frente arrugada.

— ¿Qué le pasa? —preguntó Bill colocándose a su lado.

—Sé que la compramos en Salzburgo porque lo pone aquí, pero hay algo con ella y no recuerdo el qué—contestó Tom procurando no gritar—Desde que la vi por primera vez no le puedo quitar los ojos de encima, tengo la sensación que algo paso allí, en Salzburgo

— ¿Algo relacionado con Rebeca? —preguntó David.

—No lo sé...creo que si—susurró Tom.

—Hablaré con Jacob, que investigue si hicisteis un viaje los dos juntos—murmuró David.

—No...es mejor dejarlo así—dijo Tom negando con la cabeza—Cuanto más recuerdo de mi vida pasada, de Rebeca...más miedo me da saber la verdad de lo que pasó.

—Será mejor que nos vayamos—propuso Bill—Llevas todo el día aquí encerrado y necesitas descansar.

Tom asintió suspirando y salieron del apartamento. David les dejó en el ático de Bill y tras tomar una ligera cena se fueron a dormir.

Pero Tom no podía conciliar el sueño, ni con Bill plácidamente dormido en sus brazos. Sabía que había algo que no iba bien, le había vuelto a decir a Bill que pasara lo que pasase era a él a quien amaba y quería empezar desde cero a su lado, pero...no podía sacarse de la cabeza el presentimiento de que se les acababa el tiempo...

Suspiró y cansado de no lograr dormir se levantó con cuidado de no despertar a Bill. Fue al salón y se asomó a la terraza. No había nadie por la calle, de vez en cuando pasaba algún coche que otro. La ciudad dormía plácidamente mientras que a él su conciencia se lo impedía.

—Es más de la 1.

Se volvió y sonrió al ver a Bill. Su rostro lucía muy bello a pesar de la ausencia de maquillaje.

—Lo sé, no podía dormir—explicó suspirando— ¿Te he despertado?

Bill negó con la cabeza y acercándosele le abrazó por la espalda, apoyando la barbilla en su hombro suspirando.

—Todo ha terminado ya—susurró tratando de animarle.

—No lo sé...tengo miedo de despertar un día y recordarlo todo, como era antes del accidente y...

Dejó de hablar al sentir a Bill empezar a besarle en el cuello. Cerró los ojos y gimió por lo bajo, tenía que dejar de pensar así, tal y como le había dicho antes de irse a la cama, el pasado ya no importaba. Solo ellos dos.

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