Un Matrimonio Imprevisto | MiTake

• Su motivo •

Algunos minutos antes que Manjirou y Takemichi se encontraran.

La familia Sano, ha sido una de las familias más reconocidas y prestigiosas en todo Japón, incluso en algunas partes del mundo, todo gracias a las empresas que manejan y han mantenido por generaciones.

Toda la sociedad que los conoce, los considera como la mejor familia; educados, portan una buena imágen, con una gran reputación, entre más cosas efectivas para ellos. Pero sobre todo, son una familia muy unida y feliz, y lo son más con los matrimonios de dos de sus cuatro integrantes.

Eso solo son mentiras que han disfrazando a la perfección, porque la realidad es otra con los Sano.

...

Los cuatro hermanos se encontraban reunidos en la casa del mayor; Shinichiro Sano, quien es la cabeza principal de la familia. El segundo es Izana. El siguiente es Manjirou. Y por último, la hermana menor, Emma.

Estaban en una comida familiar, el hermano mayor fue quien los citó.

— Hace mucho que no nos reuníamos de esta manera. — habló Shinichiro

— El trabajo nos ha mantenido ocupado. — comentó el albino — Deberíamos intentar reunirnos más seguidos. — sugirió feliz

— No es una mala idea. — sonrió el mayor — ¿Y cómo te ha ido con Kakucho?. — preguntó

— Lo normal en un matrimonio enamorado. — recalcó, conociendo la situación actual de su hermano mayor. Ha este no le interesó mucho el comentario de su hermano

— Eso me alegra. Sigan así. — pidió. Miró a su segundo hermano, Manjirou — ¿Y a ti cómo te ha ido, Mikey?.

— Mucho trabajo que hacer. Pero bien. — respondió de una manera casi aburrida, manteniendo fijo su mirada hacia el plato de comida

— ¿Y no has pensando en socializar más?, ya sabes, conocer alguna chica.

— No estoy interesado en eso. Y lo sabes muy bien. — le mandó una seria mirada

— Deberías, Mikey. — suspiró — Ya tienes 22 años y aún no has contraído matrimonio. Eso nos da una mala postura ante la sociedad. — comentó decepcionado

— No me importa lo que piense la sociedad. Si me hace feliz estar solo, lo haré. — declaró

— Ahora que estamos tocando el tema sobre los matrimonios, tú eres el único que aún no se ha casado, y creo que deberías pensarlo ya. — divagó la opinión de su hermano — Pronto se llevará acabo el matrimonio de nuestra hermana Emma. Haríamos el ridículo si tú eres el último en casarse. — explicó con disgusto

— ¿Y eso que tiene de malo?. — una vena sobresalía de una mejilla del pelinegro más bajo

— Nosotros como los hombres que somos de la familia, tenemos que estar casados antes que una mujer de nuestra familia. Además, debemos dar el ejemplo a los hermanos menores y más si son mujeres. — aseñaló

— Así que sigues con la estúpida idea de casar a Emma con Haruchiyo, ¿No?. — reprochó. Mikey es el único de la familia que se niega aquel matrimonio. Tienes sus razones para no aprobarlo

— Por supuesto que sí. Ya hablamos con Haruchiyo y toda su familia. En dos o tres meses él regresará de su viaje de negocios, para pedir la mano de Emma.

Mikey volteó a ver a la pelirrubia que estaba sentada a su lado — ¿Y qué opinas tú, Emma?. — interrogó, colocando una mirada afligida

— Y-Yo-