• Aparentar •

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Manjirou se encargó de mostrarle toda la casa a Takemichi, desde la cocina hasta el patio trasero. Desde la sala hasta las habitaciones, las cuáles fueron las últimas en enseñarle y dando como finalizado su recorrido.

A pesar que la vivienda no es un castillo, tiene demasiadas áreas. Muy práctico para una pareja.

— No será una mansión, pero me siento muy cómodo así. — comentó Mikey, orgulloso de haber escogido ese espacio como su hogar — Y como te lo había comentado con anterioridad, vivo solo así que no era necesario que consiguiera una enorme casa.

— Eso quiere decir que, ¿No tenías planeado casarte?. — preguntó un poco tímido, esperando que no haya incomodado al ojinegro

— Exacto, no estaba en mis planes casarme. — contestó seguro — Yo tenía otro tipo de ideas acerca de mi vida; trabajar, viajar, recorrer el mundo y olvidar las obligaciones que tengo aquí con mi familia y la opinión pública. Pero si Shinichiro no hubiera insistido en quererme casar, tú estuvieras en tu casa viviendo tu vida de siempre. Y yo forzandome a seguir con mis deberes de "un famoso e importante empresario y multimillonario". — sus palabras salían como reproche, como si no hubiera deseado haber nacido en ese tipo de familia

Cuántas personas anhelan una vida así, llena de lujos y riquezas. Sin embargo, el ojiazul ha notado que la mayor parte de las familias millonarias y conocidas por el medio de los espectáculos, no suelen ser felices; deben mantener una buena postura, prestigio e imágen en la sociedad que los conoce. Se obligan hacerlo solo para tener buenas críticas, aislando las verdaderas personas que son.

Eso debe ser difícil, pero a la vez triste el estar obligados hacer lo que realmente no son.

Disfrazan su realidad a base de mentiras.

— Pero lo hecho está y no podemos darle vuelta a la página. — comentó y Hanagaki estaba de acuerdo en eso — Bien, puedes escoger la habitación que quieras y en la cuál te sientas más cómodo.

— Gracias.

— Mientras te decides, iré por tu equipaje. — propuso. Estaba por retirarse, pero el menor lo detuvo

— No es necesario que lo hagas. Puedo ir yo. — dijo avergonzado

— Iré yo. No me quita nada en ir por el. — aclaró, mientras se dirigía a las escaleras y comenzar a bajarlas

Hanagaki solo veía como se iba el mayor. Hasta desaparecer de su vista.

Un suspiro dejó escapar, mientras caminaba dirección al pasillo de las habitaciones.

Mikey si que es un hombre caballeroso, respetuoso y cortés. Bueno, fue criado con exigencia y una buena educación, así que es lógico que esa sea su manera de ser.

No pensó mucho en cuál recámara elegir; piensa quedarse en la más pequeña, pero acogedora que hay, ya que no está acostumbrado estar en lugares amplios. Además, él no piensa disfrutar de los privilegios que ahora podrá tener, él solo desea no meterse en más problemas y escándalos.

Uno de sus miedos, es que piensen que está con el ojinegro solo por interés. Y probablemente esos rumores ya se estén diciendo en su escuela.
Si supiera como fue que terminó casándose con el mayor.

Intentará mantenerse al margen ante lo que está ocurriendo. Solo debe actuar como la pareja feliz de Manjirou y ya.

No parece complicado, ¿Verdad?.

Solo será por un año, que desea y transcurra lo más rápido posible.

Le inquieta porque si, no lo piensa ocultar, ni evitar. Pero debe relajarse y avanzar con su vida, aunque en algunos aspectos ya sea distinta a la cuál ya tenía una rutina.

Un Matrimonio Imprevisto | MiTake Donde viven las historias. Descúbrelo ahora