The Mortal Instruments Book 7: City of Hidden Memories

Capítulo 5.

Jace llevaba todo el día dándole vueltas a un asunto. Era una cuestión que le perseguía constantemente desde que derrotaron a Sebastian y sus vidas volvieron a la "normalidad". "Normalidad", porque sus vidas nunca habían sido normales, ni lo serían. Venía de serie con ser un cazador de sombras. Arriesgas tu vida por motivos altruistas, vives esperando a la muerte, una muerte que puede llegar en un instante o tardar años, pero que eres consciente de que está ahí, y te persigue. Al fin y al cabo, somos esclavos de nuestras mentes.

La cuestión en sí giraba en torno a Clary. Jace se preguntaba si hubiera sido mejor para Clary no haberle conocido. Le había causado infinidad de problemas, la había apartado de su corriente vida de mundana y adentrado en un mundo totalmente desconocido. Recordó la tristeza reflejada en su cara unos instantes antes de morir él en Idris, esa mirada desesperada, ese llanto desgarrador, le hicieron hacer un esfuerzo para vivir, aunque resultase en vano. Él siempre había pensado que su objetivo en la vida era morir por una causa, pero el motivo que encontró para seguir viviendo fue el amor de Clary. Ella lo había salvado.

Pero, ¿no era eso ser egoísta? Estaba anteponiendo sus sentimientos a los de Clary, aunque aquello resultase algo perjudicial para ella. Su mente daba vueltas, y pensó que acabaría volviéndose loco. El día que Clary perdió la memoria, Jace estaba en fase de autoconvinción, repitiéndose una y otra vez que el destino de Clary estaba premeditado, que él no había tenido nada que ver, que ahora todo estaba bien y por fin podían vivir tranquilos y felices. Pero la vida de un cazador de sombras nunca es tranquila y feliz, y él era perfectamente consciente de ello. Cuando Jocelyn se negó rotundamente a devolverle los recuerdos a su hija, lo primero que pasó por la mente de Jace fue una ira incontrolable. Clary era su razón para luchar, no iba a consentir que le quitasen lo más preciado que tenía en este mundo. Cuando llegó al Instituto, lloró por primera vez en mucho tiempo. Tenía un vacío en el pecho que pensaba que le iría absorbiendo por dentro hasta consumirlo por completo. Lloró, lloró como no había llorado nunca. Amar es destruir, y ser amado es ser destruido. Nunca se había sentido tan identificado con aquella frase. Pero, quizá, lo mejor para Clary era aquello. Apartarse de aquel mundo. Ese no era su mundo, esa no era su guerra, nunca debería haber estado expuesta a tales peligros. Solo pensar la cantidad de ocasiones en las que podría haberla perdido para siempre...

Quizá era lo mejor. Pero para él, era lo peor que podían haberle hecho.