Lluvias como aquella no solían verse en un lugar como Morioh, cuyo clima era más bien cálido y gentil. Claro que tenían sus lluvias y días de frío, pero no eran cosas tan fuertes como las de aquel día.
Mirando por la ventana, Josuke adivinó que la lluvia no pararía por un buen tiempo; es más, posiblemente la lluvia se tornaría peor con el pasar de los minutos. No es que pudiera llegar a un nivel de lluvias torrenciales y vientos que arrancan carteles del suelo, pero sí causarían uno que otro pequeño desastre. Carreteras mojadas y gente resbalando, probablemente.
Inconscientemente imaginó a Rohan resbalando, lo que le causó cierta gracia.
—Deberías quedarte —sugirió Okuyasu, de la nada, sacando a Josuke de sus pensamientos. Josuke le dio una última mirada a la ventana antes de encogerse de hombros.
—No lo sé, Okuyasu. Mi casa no está tan lejos, y creo que sería mejor volver antes de que empeore —respondió Josuke. Okuyasu se acercó para tomarlo del brazo.
—Pero, viejo, mira toda esa lluvia —insistió Okuyasu, zarandeándolo levemente—. Te vas a mojar, quizá hasta te enfermes. ¿Y si te despeinas? Tu cabello será un desastre, no tengo que ser un genio para notarlo.
Josuke se llevó una mano a su perfecto peinado, esta vez dudando seriamente.
Bien, Okuyasu tenía un muy buen punto. ¡Su peinado podría verse en serio afectado! Además, no es que estuviera muy lejos de casa, y su madre conocía a Okuyasu, sabía que era un buen chico. Tampoco es que fuera muy tarde, eran apenas las cinco de la tarde. Quizá la lluvia pararía dentro de unas horas, o al menos disminuiría su intensidad.
Como Okuyasu no tenía paraguas en su casa —el muy descuidado— y él no había traído uno, no tenía excusas. Tendría que quedarse.
—De acuerdo, me quedaré.
—¡Genial!
Josuke sonrió frente a la emoción de Okuyasu. ¿Cómo podía ser ese chico el mismo que caminaba encorvado y actuaba de grosero con todo el mundo? Si más bien parecía un niño por momentos, queriendo probar cualquier juego que veía en las calles o evitando pisar las rayas.
Así era Okuyasu, y ese pensamiento lo hizo suspirar, completamente enamorado. Sonrió, sintiendo el efecto del amor volverlo estúpido y vulnerable.
Okuyasu era tan adorable.
Incluso si no lo parecía, Okuyasu era fanático de las películas, seguramente porque Keicho veía películas con él hace años, antes de meterse en todo el lío de convertir a personas en usuarios de stand para asesinar a su padre, cuando eran más niños. Fuera como fuera, Okuyasu tenía varias películas guardadas, divididas en distintos grupos, dependiendo de la organización que tenía Okuyasu.
En pocos segundos, ya tenía al frente varias películas para elegir. Okuyasu sonrió, señalando toda su colección.
—Escoge una, la que sea. Yo las he visto todas —dijo, con emoción notoria. Josuke paseó la vista por todas las películas que Okuyasu le puso al frente.
Habían varios grupos: acción, misterio, terror, comedia, aventura, ciencia ficción, fantasía, lejano oeste y, el que más le llamó la atención a Josuke, romance. Nunca vio realmente a Okuyasu como alguien de películas románticas, por lo que le sorprendió ver más de una película de ese estilo.
Tomó una al azar; se veía como la típica película que le gusta a las madres. Vestidos como de mil ochocientos y algo, con aire a Francia o Estados Unidos, quizá Inglaterra o Alemania; algún lugar de Europa, seguramente.
—¿Te gustan de estas? —preguntó Josuke, con curiosidad. Okuyasu le arrebató la película de las manos, dejándola en algún lado, lejos del alcance de Josuke.
—No, estas eran de Keicho —se excusó. Josuke sonrió, levantando ambas cejas.
—¿Seguro?
—¡Solo escoge una película!
Josuke rio, pero se decidió por escoger una que no fuese de romance. Sus dedos viajaron inmediatamente a una de vaqueros que había por ahí, con la típica portada del sol ocultándose y unas cuantas personas con armas. Le pareció interesante, así que optó por esa.
Volteó a ver a la ventana, observando que la lluvia seguía cayendo. No tenía idea de qué tanto fuera a durar, pero era sábado, quizá se quedaría a dormir ahí.
* ੈ✩‧₊˚
Era como la segunda película y ambos estaban en el mueble, cubriéndose con una misma frazada, picando del mismo plato hondo. Había tensión en la escena, con una revelación algo cruda. Dos personajes se miraban fijamente, tratando de no hacer movimientos bruscos. El protagonista se veía enfrentado internamente, eligiendo con presión si seguir su moral u obedecer al grito que clamaba por venganza.
Claramente Okuyasu había visto esa escena más de una vez, pero tenía la mirada pegada al televisor, como si hubiera olvidado lo que seguía. Se dejó caer sobre el costado de Josuke, atento a la pantalla.
Otro momento completamente heterosexual entre dos hombres súper machos.
Quizá Okuyasu no lo notaba, o simplemente no lo veía de la misma forma en que Josuke lo hacía, pero a Josuke esos momentos lo ponían de los nervios. Ocasiones de cercanía, simple tacto que le hacía sentir inquieto; su corazón acelerarse y una sensación extrañamente agradable en el estómago.
Incluso si eran mejores amigos, Josuke llegaba a fantasear con la palabra pareja. Porque, las parejas se acurrucaban mientras veían películas, ¿cierto? Sí, estaba seguro de que las parejas hacían eso.
Dios, su relación oscilaba tanto entre amigos muy íntimos y enamorados primerizos.
Josuke dudó al inicio, como casi siempre, pero deslizó su mano hasta llegar a la de Okuyasu, simplemente para tomarla y quedarse así, teniendo contacto físico. Okuyasu podía ser algo despistado, así que no se preocupó demasiado.
Bien, todo normal; solo otra ocasión en la que Josuke tomaba la mano de Okuyasu y no recibía respuesta, ni aceptación ni rechazo, simplemente nada. De acuerdo, todo estaba genial.
Estaba.
Josuke se sobresaltó al sentir que Okuyasu entrelazaba sus dedos, aún muy concentrado en la película y en los diálogos que salían de las bocas de los actores. Apretó su mano y se acurrucó con él, sin dejar de ver el filme de vaqueros.
Oh, no. Oh, no. Oh, no.
Nunca había obtenido una respuesta, ¡mucho menos alguna afirmativa! ¿Qué debía hacer ahora? ¿Y si empezaba a temblar sin querer? ¿¡Y si empezaba a sudar y Okuyasu lo notaba!?
—¡Bro, ¿viste eso?! —preguntó Okuyasu, señalando la pantalla. Algún movimiento genial con la pistola había sido ejecutado por el protagonista, pero con su corazón latiendo con fuerza y las gotas de lluvias golpeando la ventana con insistencia, Josuke no lo había notado.
—Ah, sí, genial —respondió Josuke, sonriendo, tenso. Okuyasu ni siquiera notó la rigidez en los hombros de Josuke, simplemente continuó observando.
Solo otra noche lluviosa con un crush unilateral.
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Loving You [ JosuYasu Week ; 2021 ]
Fanfiction¡La JosuYasu Week 2021 ha llegado! Siete días y siete escritos de este precioso dúo, para llenar el alma con amor y dulzura.