Los stands son, básicamente, la representación del alma, un reflejo del yo más profundo y siempre tienen alguna relación con su usuario. Crazy Diamond representaba el deseo de Josuke por que todo estuviera bien, así como el poder ayudar siempre a sus seres queridos. The Hand probablemente representaba el deseo de Okuyasu por borrar las cosas malas y denigrantes de su vida, llevándolas a quién sabe dónde, pero lejos de él.
Que Crazy Diamond no pudiera reparar las cosas que The Hand borraba quizá representaba que algunas cosas no podían ser curadas, solo tratadas. O era una mera coincidencia y ya.
Fuera como fuera, los stands hacen cosas raras cuando no les estás poniendo demasiada atención, o... ¿cuando no les has puesto demasiada atención? Bueno, quién sabe, los stands tienen una lógica algo complicada y a la que no debes prestarle demasiada atención, pues de por sí son bizarros.
Los stands son, básicamente, representaciones del alma. No son más que un reflejo de personas lo suficientemente fuertes y extrañas como para tener un mecanismo de defensa, o ataque. Algunos son usados de manera inconsciente, incluso si ya tienes un buen control de ellos.
Lo que un usuario siente, ¿lo siente también su stand? Si cuando un stand es golpeado, su usuario siente el mismo dolor, ¿cuando un usuario está enamorado, el stand puede tener algún tipo de reacción? ¿Cuando el usuario está triste, el stand muestra alguna expresión en su cara de póker?
¿Los stands pueden interactuar entre sí para más que golpearse? Bueno, tal vez nunca se sabría a ciencia cierta.
Aquella era una de las pocas peleas serias que Josuke y Okuyasu tenían. Normalmente discutían por cosas tontas, como qué postre pedirían, qué juego probarían y a dónde irían luego de clases; cosas pequeñas y por las que no daban más que algunas quejas y gruñidos. En ese momento, sin embargo, cualquiera sabría que estaban discutiendo en serio.
El problema había empezado por un usuario idiota que estaba haciendo estupideces molesta con su stand; no era lo que la sociedad llamaría un peligro inminente nivel vengadores, pero sí un sujeto fastidioso y bravucón que había cometido el estúpido error de meterse con Josuke y Okuyasu. Al inicio, habían tenido que perseguirlo porque Okuyasu era muy impulsivo como para dejarlo ir; y no debería haber sido demasiado problema, pero ese usuario idiota de verdad había cabreado a Okuyasu.
Okuyasu se movía más por instinto que por otra cosa cada que peleaba, así que no se detenía a pensar en cómo podría resultar tras cada movimiento. Su impulsividad y poco cuidado lo llevaban a lastimarse, por lo que Josuke tenía que estar curándolo constantemente. Era algo acostumbrado, una especie de dinámica donde Okuyasu se iba a agarrar a golpes con todo porque, inconscientemente, pensaba en que Josuke se haría cargo de sus heridas. Sin embargo, también intentaba mantener a Josuke a raya cuanto pudiera, pues Josuke no podía curarse a sí mismo.
Pero como Okuyasu estaba siendo tan poco cuidadoso, Josuke tuvo que intervenir más aún, resultando con varias heridas. No eran cosas graves, pero de que estaba sangrando, estaba sangrando. Fue aquello lo que inició la pelea.
Ignorando totalmente el cuerpo inconsciente del usuario idiota, comenzaron a discutir. Okuyasu estaba seriamente alterado por cómo terminó Josuke, y le dijo cosas como que no tenía por qué haberse metido si no se lo había pedido, que ahora estaba todo herido. Claramente eso molestó a Josuke, quien le respondió que, si no fuera un impulsivo que actuaba antes de pensar, nada de eso habría sucedido. Luego empezaron a gritarse, no queriendo escuchar al otro.
Normalmente no discutirían por algo así, pero ahí estaban. A ninguno le gustaba discutir, sobre todo a Josuke, pero las cosas estaban así.
Josuke señaló a Crazy Diamond, quien estaba atendiendo algunas heridas del imbécil que lo empezó todo (puede que sea un tonto, pero tampoco iba a dejarlo morir), mientras The Hand simplemente estaba ahí, atento a cualquier movimiento que el usuario pudiera hacer en caso de que despertara.
—¡Si no fuera por Crazy Diamond, el herido habrías sido tú! —reclamó Josuke—. ¡El enojado aquí debería ser yo! ¡No es la primera vez que tengo que salvar tu trasero!
—¡No lo necesito! ¡Si tienes que quedar así de patético, entonces no quiero que te metas! —respondió Okuyasu—. ¡Tú no puedes curarte con Crazy Diamond!
—¿No lo necesitas? —repitió Josuke, cada vez más molesto—. ¿No lo necesitas? ¡Pues veamos cómo te va sin mí! —gritó, dando media vuelta para irse. No planeaba seguir discutiendo por algo sin sentido, así que se largaba de ahí. Okuyasu hizo el ademán de querer detenerlo, pero se mordió la lengua y no hizo nada.
Antes de que pudiera irse, Josuke tropezó y cayó hacia atrás. Farfulló un par de cosas, cada vez más irritado, pues había sentido que jalaban de él. Claramente ese había sido The Hand, recortando el espacio entre ellos, así que encaró a Okuyasu. Sin embargo, lo que vio no fue a Okuyasu usando a The Hand, sino a su propio stand, Crazy Diamond, aferrándose al de Okuyasu.
¿En serio? ¿Ahora, que quería estar molesto con Okuyasu e irse?
—Crazy Diamond, suéltalo —ordenó Josuke, más su stand no pareció escuchar y simplemente siguió abrazando a The Hand, quien tan solo se encogió en sí mismo y no hizo nada.
Vamos, no podía ser verdad. Aquello ya había pasado un par de veces: Crazy Diamond empezaba a abrazar a The Hand sin aparente motivo. Si bien en un inicio había sido raro, con el tiempo dejó de importarles demasiado. Pero, justo ahora, Josuke no quería que su stand abrazara al de Okuyasu.
Frustrado, Josuke se volvió a Okuyasu, quien miró a otro lado, cruzándose de brazos, con el fin de evitar el contacto visual. Lo tomó del uniforme, obligándolo a mirarlo a los ojos.
—En realidad no quieres irte —murmuró Okuyasu, adelantándose a cualquier palabra de Josuke. Dejó salir un suspiro, tomando a Josuke de las muñecas para que lo soltara.
—Tú no quieres que me vaya —acusó Josuke, porque si The Hand no hacía algo para que Crazy Diamond se fuera, era claramente porque Okuyasu no se lo pidió—. ¿Por qué... Por qué tienes que ser tan...?
Okuyasu frunció el ceño, otra vez a la defensiva.
—¿Tan qué?
—¡Tan terco! ¡Solo me preocupo por ti, no quiero que te pase algo grave otra vez! —respondió Josuke, forcejeando, casi como si quisiera estrangular a Okuyasu—. Si algo así volviera a pasarte, yo...
Antes de que pudiera continuar, Okuyasu suavizó su mirada y lo tomó del rostro, comprendiendo.
El tema de su momentánea muerte no era algo que tocaran a menudo, por lo que nunca supo en realidad lo que Josuke sentía al respecto. Solo recordaba haberlo visto llorar cuando despertó, pero como Kira estaba presente no le tomó la debida importancia; primero acababan con él, luego hablaban. Supuso que el tema sería superado, pero, al parecer, no era así; Josuke aún lo tenía presente.
—Josuke, no fue tu culpa. Y estoy bien ahora, eso no importa.
Josuke negó, ahora tenso. No es que hubiera dejado a Okuyasu morir, sino que no había podido salvarlo, y eso le preocupaba. ¿Y si acababa terriblemente lastimado y él no podía ayudarlo? ¿Y si otra vez moría y esta vez no regresaba? ¿Qué haría entonces?
Antes de que pudiera hablar, se quedó sin respiración. Su rostro enrojeció, al igual que el de Okuyasu, al sentir presión en sus labios. Sin embargo, no se habían besado, y aun así lo sintieron. Un beso, aquella presión había sido un beso, sin lugar a dudas.
Con el calor casi nublando su vista por la vergüenza, Josuke volvió a ver a su propio stand; Crazy Diamond no solo siguió abrazando a The Hand, sino que lo besó de nueva cuenta. Bien, Josuke se habría esperado ser traicionado por un montón de personas, ¡pero nunca pensó que esa persona podría ser él mismo!
Okuyasu lo abrazó y ocultó el rostro en su cuello, sin poder pensar del todo bien.
—Sentí eso, bro.
Josuke lo abrazó también, con fuerza, terriblemente avergonzado.
—Lo sé...
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Loving You [ JosuYasu Week ; 2021 ]
Fanfiction¡La JosuYasu Week 2021 ha llegado! Siete días y siete escritos de este precioso dúo, para llenar el alma con amor y dulzura.