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ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ sɪᴇᴛᴇ | it drives me crazy
CONTRACT


Ahora su boca estaba tan entretenida con mi cuello, se siente tan bien las succiones suaves y húmedas sobre este. Se quita el saco, dejándolo sobre la silla más cercana, su mano ingresa aún más, remolinando mi vestido, mientras que la otra se estruja con fuerza y desesperación una de mis nalgas. Siento cada vez más caliente el ambiente.

Creo que su paciencia se había terminado, sus manos de forma algo agresiva subieron mi vestido hasta mi cintura logrando que mi trasero quedara descubierto, el peso de su cuerpo me obligaba a quedar tendida poco a poco sobre su escritorio.

Coloco mis manos sobre su pecho para detenerlo, pero era inútil, solo aumenta su fuerza. Mi corazón late demasiado rápido, me siento muy indefensa acostada sobre este duro y frío escritorio, mis jadeos se escuchan muy fuertes cuando toma mis muñecas, y las atrapa sobre mi cabeza mientras su cuerpo me apresa. Nuevamente esos movimientos agresivos que solo conseguían que le temiera.

Su mano derecha viajaba por mi abdomen hasta toparse con uno de mis pechos, aprovechando para amasarlos por encima del vestido, dando fuertes apretones que sólo lograban que me removiera aún más asustada debajo de él.

Un fuerte quejido escapa de mis labios cuando siento ese fuerte mordisqueo sobre la piel fina de mi cuello. Sus acciones eran, demasiado asfixiantes, no estaba controlando la fuerza que ejercía sobre mí.

Tenía muchas ganas salir corriendo ahora mismo, apenas podía respirar, el peso de su pecho contra el mío me estaba dificultado mucho el trabajo de respirar. Jamás podría contra la fuerza de un hombre como él.

Deseo tanto en estos momentos saber dónde demonios está mi bolso, para poder usar lo que había traído conmigo, y escapar de una vez por todas. A solo unos segundos de darme por vencida y apagar todas las fuerzas de mi cuerpo, alguien toca la puerta. Al fin los movimientos bruscos fueron cesando.

permanece jadeando sobre mi cuello, intenta guardar silencio, para que aquella persona dejara de insistir, pero no lo hizo, en su lugar tocaba más fuerte.

Quien quiera que seas, te doy infinitas gracias.

—Señor Kaulitz... ¿Está ahí? -se escucha la voz de una mujer insistiendo-. Soy Laura, es importante. Es un recado de su padre.

Gruñe de frustración y se aleja de mí en cuestión de segundos. Me incorporo con una mano sobre mi pecho, tratando de controlar el temblor de mis piernas, bajo de su escritorio, acomodo mi vestido y quedo estática ahí frente a él.

—Un momento indica, hablando lo suficientemente alto para ser escuchado por la persona fuera de la habitación.

Carraspea algo nervioso, mientras tomaba su saco para colocárselo, arreglar su corbata, y también su camisa.

—Creo que continuaremos otro día Rosse...

Asiento de inmediato con timidez, algo confundida todavía, masajeando mis muñecas que aún dolían por la fuerza con la que las había sujetado. No era capaz de articular palabras.

—Los días que he encontrado convenientes para vernos serán... los viernes, sábados y domingos.

Era una regla que debía seguir obviamente, pero qué con toda seguridad, no podría cumplir por completo. Las prácticas en el hospital pueden cambiar de horarios, y en ese caso tendré que decidir entre mi carrera o el estúpido contrato. Y mi prioridad siempre será mi carrera.

Intento tomar valor para poder contradecir sus indicaciones.

—Señor Kaulitz, respecto a los días que menciona, no estoy segura de lograr cumplir con todos. Yo... estudio medicina, y las prácticas en el hospital suelen cambiar de horarios de forma repentina y...

𝗖𝗼𝗻𝘁𝗿𝗮𝗰𝘁; 𝘛𝘰𝘮 𝘒𝘢𝘶𝘭𝘪𝘵𝘻 +¹⁸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora