14 - trece trece

54 14 20
                                    


No nos escapamos
de las maldiciones
que cargan los brazos:
están tatuadas en el reverso de la piel
son aquellas que pican
escuecen,
arden,
muerden:
no mueren
mientras uno las rasca
tiñéndose las uñas de ellas.

De consuelo nos queda saber
que solos no moriremos
porque no podemos.
Ellas estarán ahí
y estarán en nuestros hijos
y en los hijos de ellos;
Un verano con el sol en su cenit
sus bocas secas,
la piel quemada,
las entrañas vacías:
se preguntarán en qué punto
del pasado
se equivocaron.
Buscarán en cada rama del árbol
el fruto podrido,
la eterna peste,
los insectos malditos,
quizá lo encuentren.

No nos escapamos
de las maldiciones
que heredaremos a nuestros hijos
están tatuadas en el reverso de la piel
algunos volverán en el tiempo
y querrán matarnos.
Bucles viciosos y contentos
estamos condenados.
De consuelo nos queda saber
que solos no moriremos
que ellas estarán ahí
y en nuestros hijos
y en los hijos de ellos
y de ellos sus hijos
y de sus hijos ellos.

De consuelo nos queda saber
que no existe ningún árbol
que pueda ser eterno.

Fideos ramen instantáneos | #PGP 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora