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Jimin había seguido el consejo de Tae y llevaba cerca de dos o tres semanas escribiendo sobre sus fantasías. En la oficina trataba de adelantar la mayor cantidad de trabajo para no dejar pendientes que tuviera que llevar a su casa y así podía aprovechar las noches para dejar salir todos sus pensamientos sexuales y transformarlos en palabras que plasmaba a gran velocidad sobre su computadora. La rutina era sencilla, llegaba de la editorial, se ponía ropa cómoda, comía algo y de inmediato se sentaba a escribir totalmente concentrado. 

No tenía que preocuparse por Jungkook pues había estado llegando un poco tarde esos días por culpa del trabajo en el bufete, al parecer tenía un caso especial que le estaba tomando mucho más tiempo del que tenía planeado así que Jimin aprovechaba estos momentos para escribir con tranquilidad, aunque ese día había sido diferente. 

Durante la mañana Jimin se sentía un poco molesto. ¿La razón? No había tenido tiempo con Jungkook, ni para mimos ni para sexo desde hacía varios días y trataba de mostrarse comprensivo con su esposo, pues entendía que llegaba tarde y cansado. Sabía que el trabajo lo estaba consumiendo así que había tomado una postura indulgente con él pero eso no significaba que no lo necesitara encima suyo o por lo menos consintiéndolo. 

– ¿Hoy también llegarás tarde? – Jimin desayunaba sobre la barra de la cocina, tenía su mejilla recargada sobre una de sus manos y con la otra tomaba la cuchara para mover su comida en el plato de un lado al otro, mientras veía a Jungkook caminar apresurado por toda la casa alistándose para ir a la oficina.

– Es probable que sí amor, me reuniré con Yoongi después de las cinco para hablar del caso que trabajamos juntos, fue el único espacio libre que logró coincidirnos – Se acercó al más pequeño y le dió un pico en sus labios – Lo siento, te lo compensaré apenas termine todo esto, que tengas un lindo día.

Jimin solo pudo sonreír mientras Kook le daba un beso en su frente para luego irse apurado. Lo que menos quería era crear alguna situación tensa entre ellos, así que disipó sus pensamientos al respecto y se preparó para ir a la oficina, tenía varios temas de trabajo por los cuales preocuparse así que procuró salir temprano para encargarse de ellos. 

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– ¿Minnie, estás bien? – Taehyung le frotó la espalda suavemente mientras esperaba su respuesta. Se había acercado a él después de ver la inquietud que había mostrado todo el día, no paraba de moverse en su silla como si estuviera ansioso. 

Y sí que lo estaba. El día había transcurrido lento y él solo quería llegar a su casa y escribir para desahogarse un poco. Lo bueno era que estaba muy cerca de poder irse así que solo asintió en respuesta y continuó con su trabajo. Tae suspiró y se sentó en su puesto. 

– ¡Jimin! tengo algo que preguntarte – El mencionado giró su cuerpo hacia donde provenía el llamado y vio a Namjoon acercándose a él. Enseguida miró a Tae en busca de alguna respuesta y este solo fingió trabajar de forma muy diligente. 

– ¿Qué sucede? – Preguntó Jimin con cautela. 

– Alguna vez me habías comentado que Jungkook trabaja en un bufete de abogados ¿verdad? – Jimin asintió y Nam continuó – ¿Puedes pasarme su contacto? necesito solucionar algunos temas legales sobre derechos de autor y necesito un abogado que me asesore –

– Pues Jungkook se especializa en derecho civil y hasta donde sé, no trabaja mucho en esos temas pero estoy seguro de que debe conocer a alguien que te pueda ayudar – Dicho esto le compartió el contacto y Nam se retiró después de agradecerle. 

Apenas terminó de completar sus tareas, Jimin recogió sus cosas, se despidió y se apresuró a salir de la editorial. De camino a su casa, compró algunos ingredientes que necesitaba para el fin de semana y de paso llevó un pequeño tarrito de lubricante de fresa, el cual planeaba usar en la noche. 

Al llegar a su departamento dejó las cosas sobre la mesa y se fue directo a su estudio. A pesar de que tenía como propósito inhibirse de complacerse solo y esperar hasta que pudiera atender sus necesidades con Jungkook, sabía que ese día lo incumpliría sí se sentía muy excitado a la hora de escribir, así que guardó el lubricante en uno de los cajones del escritorio y encendió su computador.

Aunque en este punto parecía un potencial maniaco sexual, toda su situación tenía justificación y es que llevaba años guardando su inconformismo y su tolerancia estaba disminuyendo considerablemente, sobretodo en esos días en los que Jungkook no tenía tiempo para él. Así que comenzó a teclear a tal velocidad, que parecía que sus dedos no podían seguir el ritmo de sus pensamientos.

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Jungkook |

Entre un caso y otro, los últimos días habían sido totalmente agotadores pero por fin había podido salir temprano de la oficina. Yoongi había cancelado la reunión que tenían así que Jungkook se apresuró para llegar a casa y ver a Jimin, sabía que en los últimos días no le había dedicado el tiempo suficiente y extrañaba tenerlo cerca. 

Quería sorprenderlo, por eso no lo llamó al salir y de camino compró un postre de frutos rojos, el favorito de Jimin, para que pudieran comerlo juntos, una velada improvisada sería perfecta para la noche. Al llegar al apartamento se quitó sus zapatos y dejó las bolsas sobre la mesa junto a otras que suponía, había traído Jimin, cosa que le extrañó porque él solía guardar las compras apenas cruzaba la puerta. 

Sin prestar mayor atención a ese detalle ni a la música que sonaba desde algún cuarto, buscó a su esposo procurando hacer el menor ruido posible, quería molestarlo un poco asustándolo pero definitivamente no esperaba que el sorprendido sería él mismo y no Jimin. Tampoco contaba con qué al abrir lentamente la puerta del estudio, lo encontraría sentado sobre la mesa de su escritorio, inclinándose levemente hacia atrás y apoyándose con una de sus manos sobre la superficie de madera. Su ropa estaba desacomodada, su camisa desabotonada y sus pantalones debajo de su cadera, dejando a la vista su otra mano agitándose fervientemente sobre su miembro. Su cabeza estaba inclinada hacia atrás, sus ojos estaban cerrados, sus mejillas sonrojadas y sus labios se movían suavemente para liberar pequeños gemidos agudos y uno que otro balbuceo. Lucia sudoroso y agitado y Jungkook no sabía cómo proceder ante aquella inesperada escena. 


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Un capítulo un poco lento pero necesito crear contextos y tensión. El siguiente será bueno y espero tenerlo pronto, pero por ahora Lulito se va!



PEACHES AND CREAM - KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora