Tails, eres todo un galán [Tails x Lectora]

01

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Capitulo 1
!<Chico malo>¡
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—De acuerdo, a la derecha. No, no, no tanto... Ajá, justo así, ahora algunos centímetros más arriba —lleva una mano a su mentón, mirando con expresión despectiva la pancarta, finalmente sonríe—. ¡Sí, justo así! Gracias por tu ayuda, Tails.

—No es nada —el zorro termina de acomodar los lazos que sostienen aquel cartel y desciende con sus dos colas, mantiene una sonrisa nerviosa por la (t/e) que tiene enfrente.

Ella simplemente le sonríe cálidamente y se aleja para seguir revisando las decoraciones en aquel gimnasio, anotando en su portapapeles mientras camina.

—¡Wojo! —un erizo azul corre hacia él y lo zarandea un par de veces—. ¿Avances con tu chica, eh?

—No realmente —agacha la cabeza y suelta un bufido—. Solo la ayude a acomodar ese cartel, pero no parece muy interesada en mí.

—Oh, por, Dios —Rouge, quien iba pasando por ahí, se detiene para mirar con diversión a ambos amigos—. ¿Al zorro le gusta ____?

—¡No, yo-!

—¿Gustarle? ¡Lo trae loco! —afirma Sonic en un tono alegre combinado con burla.

—Adorable —se limita a decir—. Es una lastima que no tengas oportunidad con ella, harían buena pareja.

—¿Por qué lo dices? —el erizo enarca una ceja, ofendido por las palabras hacia su mejor amigo.

—Bueno, ya saben. Tomando en cuenta quien es su ex novio, deben gustarle los chicos rudos, probablemente también los mayores, no por nada Scourge es dos años mayor que ella. Y, bueno... —examina al vulpino de arriba a abajo—. Digamos que este chiquillo no cae exactamente en el mismo saco.

El mencionado agacha las orejas y desvía la mirada, avergonzado y afligido a la vez.

—Ese es un buen punto, de hecho —rascando su nuca, mira de reojo al oji-celeste—. ¡Pero eso no detendrá al amor! ¿Cierto, Tails?

—No lo sé, Sonic. Tal vez no tengo lo necesario para que ella se fije en mí...

—¡Tonterías! —atrae al zorro por un costado, abrazándolo por los hombros—. Haremos que ella caiga a tus pies, ya verás que no se podrá resistir a tus encantos.

—Suerte con eso —la murciélago les guiña un ojo y comienza a alejarse, dispuesta a continuar con sus propios asuntos.

—¿Cómo haremos que se fije en mí? Ya oíste a Rouge, no soy su tipo —objeta con pesar.

—Umm... —el cobalto lo medita por unos segundos, pensando en un plan—. ¡Ah! ¡Ya sé! ____ es la vicepresidenta del concejo estudiantil ¿Cierto?

—Ah, sí —afirma, sin entender que tramaba su amigo azulado.

—Y una de sus tareas es asegurarse de que los estudiantes se mantengan al margen —explica rápidamente—. Por eso, cada dos meses, durante toooda una semana da pláticas y sermones a quienes terminan en detención.

—Sí, eso es correcto —rasca su cabeza, confundido—. ¿Tú cómo sabes todo eso?

—¿Ya olvidaste la vez que me castigaron por insultar al profesor Eggman? Fue justo la semana en la que ____ daba sus pláticas —recuerda, rodando los ojos.

—Oh, cierto...

—En fin, este es el plan; ¡Haremos que vayas a detención y así ____ vera cuan rudo y rebelde puedes ser! Y como bono extra, la verás en tu castigo —propone con felicidad, como si fuera la mejor idea del mundo.