Pablo Gavi
A la mañana siguiente me desperté antes que Pedro. Me dolía un poco la cabeza asi qué me quedé echado a su lado. Era sorprendente que no me hubiese movido ni un centímetro en toda la noche, aún seguía abrazado a él y mi cabeza descansaba sobre su hombro. El brazo del canario estaba rodeando mi cuerpo, como si quisiera que no me alejase de su lado nunca. Deje un beso sobre su mejilla y volvi a apoyar mi cabeza en él, esta vez sobre su pecho.
—Buenos días, enano.— Dijo Pedri, con la voz ronca por haberse despertado recientemente, unos segundos después, haciendo que volviese a mirar hacia él.
—Buenos días, Pedrito.
—¿Recuerdas lo que pasó anoche?— Me preguntó.
—Si, claro que lo recuerdo. Te lanzaste a besarme muy desesperadamente.
—Hala, hala, ¿Que dices?
Ambos nos reimos de mi comentario.
—El que dijo que me estaba empezando a ver con otros ojos fuiste tu eh.— Añadió el segundos después.
—Mientes.
Nos volvimos a reir.
Nos quedamos un rato más echados juntos mientras hablabamos, pero luego nos levantamos para prepararnos e ir a desayunar. Nos pusimos los dos la ropa de la selección y bajamos al comedor. Nos encontramos a varios compañeros por el camino así que bajamos junto a ellos mientras manteniamos una conversación todos. Una vez abajo cada uno se sentó en su sitio. Desayunamos todos juntos, al acabar, algunos nos fuimos a la sala donde estaba la play a esperar que llegara la hora del entrenamiento. Estuvimos hablando sobre la fiesta de anoche.
—¿Por qué os fuisteis tan temprano? No sabeis lo que os perdisteis.— Nos dijo Ansu.
—Estabamos cansados y nos fuimos a dormir.— Le contestó el canario.
—Si, es eso.— Añadí yo.
Aún me dolia un poco la cabeza por lo que pasó la anterior noche, asi que solté un leve quejido a la vez que ponia mi mano sobre mi frente. Se que todos lo notaron, pero ninguno dijo nada, excepto Pedri, que estaba sentado a mi lado. Pasó un brazo por mis hombros y se acercó a mi para susurrarme:
—Antes de ir al entrenamiento vamos a la habitación y te tomas algo.
Asentí como respuesta. El resto del tiempo que estuvimos alli lo pasé con mi cabeza apoyada sobre el hombro de él mientras su brazo seguía rodeándome.
—Haceos novios ya.— Dijo Balde.
Nadie dijo nada, pero todos nos reimos, sobre todo Pedri y yo, que nos mirábamos el uno al otro.
Cuando quedaban unos diez minutos para el comienzo del entrenamiento subimos a nuestra habitación. Pedri me dio una pastilla, yo me la tomé con ayuda de agua.
—Oye, no podemos hacer como que ayer no pasó nada.— Dijo él.
—Yo no hago como si no hubiese pasado nada, pero como no quiero comerte la boca delante de nuestros compañeros pues por eso no he dicho nada.— Le contesté yo.
—Podrias hacerlo.
—Podria, pero como Ansu no se calla y no quiero salir en las noticias pues mejor no lo hago.
Él se acercó a mi y me abrazó por la cintura.
—No exageres, no va a pasar eso.
Ambos nos miramos a los ojos. Pedri se lanzó a besarme, como el dia anterior, yo le correspondí el beso. Una de sus manos viajó de mi cintura a mi nuca, era como si quisiese que no me apartase nunca. Nos separamos después de unos segundos, pero él hizo que me sentase en la cama, la cual estaba detrás de mi. Se agachó y me volvió a besar, está vez era mi mano la que estaba en su nuca.
Ambos nos separamos y miramos a la puerta al escuchar como alguien la abría, anteriormente no estaba cerrada del todo, tan solo arrimada. Vimos allí a Morata, mirándonos con una expresión de sorpresa y sin poder pronunciar una palabra. Pedri y yo también estábamos callados, sin apartar la mirada del futbolista.

ESTÁS LEYENDO
Tu, yo y un mundial
Fanfiction⚠️ No se parece en nada a la realidad ⚠️ Dos mejores amigos compartiendo habitación, ¿Que podria salir mal? Pedri González está hecho para cuidar y proteger a Pablo Gavi, lo ve como una necesidad. Al llegar a la residencia de la universidad que les...