Capítulo 118

18 6 0
                                    


Misuk

El dueño del gimnasio que había sido muy agradable conmigo nos dio un poco de privacidad y se marchó cerrando la puerta tras de si, no sin antes rogarnos no montárnoslo en la mesa.

Le conté a Minjae todo lo que había sucedido, desde la amenaza de su abuela hasta la huida de mis padres, a medida que iba contándole cosas se iba encendiendo un poco mas y terminó encabronadísimo con la situación, mas o menos igual que yo.

- ¿Qué vas a hacer? – me preguntó confundido.

- Tengo que marcharme a España, aquí no voy a estar a salvo de tu abuela rompiendo el contrato que firmé – le dije.

- ¿Tus padres ya se han ido? – inquirió.

- No, pero me consta que no van a a tardar mucho, debemos mantener en secreto que seguimos en contacto hasta que se marchen – expliqué un poco nerviosa.

- Por primera vez en mi vida no se que debemos hacer – reconoció él frustrado y sentándose de golpe en el viejo sofá que había frente a la puerta.

- Yo iba a marcharme sin hablar contigo y después contactarte de alguna forma desde Madrid, pero no podía dejarte aquí así sin mas... - le confesé – quiero a mis padres pese a que no hemos pasado mucho de tiempo juntos, pero no estoy dispuesta a sacrificarte a ti por salvar una reputación y unos años en la cárcel – Minjae me miraba con intensidad sin perderse ni una coma de lo que le estaba diciendo. Sabia que no sonaba como la heroína de la historia, pero es que no podía sacrificar a Minjae por nada ni nadie – Te quiero y no voy a renunciar a esto... pero si entendería que tú... - me estaba doliendo en la lengua tener que decirlo, pero no era ninguna niña idiota. Minjae tenia su vida, su empresa allí – yo... sé que tu tienes aquí tu vida, pero yo no puedo quedarme, tu familia es poderosa, no me seria fácil encontrar trabajo ni vivir feliz a tu lado.

- Lo sé – me dijo pasándose la mano por la cabeza – no quiero nada de mi empresa ni quiero estar aquí si tu no estas, no se si podré convencer a mi abuela y a mi padre algún día, pero no quiero que sufras mientras lo intento – aquello empezó a provocar que me temblaran las piernas... estaba viendo muy cerca la ruptura y de pronto mi corazón casi se me sale por la boca.

- Entiendo que no quieras renunciar a tu vida aquí, yo no te obligaría a hacer algo así – dije con sinceridad.

- Yo voy a hacer que tus padres no tengan porque emigrar y que tu puedas quedarte aquí a mi lado, pero voy a necesitar tiempo para que eso pase – veía a su cabeza trabajar e ir encajando engranajes, tenia un plan y yo me unía fuera cual fuera.

- ¿Llamamos operación chimpancé a ese plan que se esta formando en tu cabeza? – pregunté para quitar un poco de hierro al asunto.

- Qué manía te ha dado con los nombrecitos – se rio él.

- Gracias a ellos has venido... - dije acercándome a él y abrazándolo – Minjae, me voy a España esta noche – le confesé – es lo mejor que puedo hacer ahora.

- No es necesario que te marches – me dijo poniéndose nervioso, esta claro que no me quería en ningún sitio fuera de su alcance.

- Tu abuela tiene ojos en todas partes y yo aquí no puedo estar encerrada en un love hotel mucho tiempo – expliqué molesta.

- ¿Estas quedándote en un sitio de esos? – me preguntó preocupado. Yo no había detectado nada raro en esos hoteles, estaban limpios y tenían de todo.

- Escucha, tu necesitas arreglar las cosas aquí... se que tienes un plan, puedo verlo fabricarse en tu cabeza, pero yo necesito arreglar un poco mi vida y ayudar a mis padres a acomodarse en Madrid – le dije completamente segura de mi decisión.

- No van a necesitar marcharse, creo que si hablo con mi abuela y mi padre... puedo amenazarlos con muchas cosas... yo creo que si renuncio a todo no tendrían motivos... - estaba divagando.

- Sabes que la bruja esa va a soltar la bomba en el momento en el que sepa que seguimos en contacto, mis padres ya tienen asumido que se marchan y la verdad es que no están nada apenados al respecto – JK nos interrumpió para coger su mochila y sus llaves.

- Me marcho, ya no queda nadie, confió en que cierres al salir – le dijo dando un asentimiento de cabeza hacia mi que se lo devolví con una sonrisa.

- Es muy agradable tu amigo – le dije con una sonrisa y de pronto sentí como se ponía absurdamente celoso.

- Esta casado – dijo a la defensiva. No pude evitar reírme y que en el fondo me gustara que un hombre como él también supiera ponerse celoso.

- Lo sé mi querido celoso, le he visto el anillo puesto – esa vez se acercó a mi de nuevo y me besó. Me perdí en ese beso durante minutos que me parecieron horas.

- No te marches... - me suplicó mientras se apartaba un poco de mi.

- Esto es un hasta pronto, mañana  a Madrid, ayudare a mis padres a instalarse y cuando tú me digas que lo tienes todo listo, volveré aquí – le dije con un abrazo. No quería separarme de Minjae, pero era lo mejor por el momento.

- Voy a arreglar esto antes de que llegues a España, para que te tengas que dar la vuelta nada mas llegar – me prometió sin saber que eso iba a ser imposible.

Y al final, Pasó lo impensableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora