𝐼𝑛𝑡𝑟𝑜𝑑𝑢𝑐𝑐𝑖𝑜́𝑛

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—Ya no volvamos a discutirnos Selena... Disculpame por todo... Soy la peor persona del mundo...

Decía Ignis entre lagrimas mientras abrazaba fuertemente a la pelirroja, ella también estaba a punto de romper en llanto. Ambos se encontraban sentados en el suelo junto a las escaleras pues habían tenido una fuerte discusión.

Ignis y Selena llevaban 3 meses de relación, él estaba encantado con ella, tanto que todos los días le daba obsequios en celebración de tener 90 días de novios. A la fémina le parecía siempre tierno esto pues en todos los ámbitos el albino trataba de destacarse como un buen partido romántico para ella, sin embargo había un problema que otro.

Ignis sufría de bipolaridad, sus cambios de humor eran tan fuertes que solía perder el control. La única persona que solía calmarlo era ella.

Hace unos momentos atrás, sin querer su gato que tienen como mascota había echado el florero favorito de Dalia haciendo enojar a Ignis. Selena al ver esto trato de calmarlo pero él golpeo tan fuerte la pared en un modo de calmar su ira que no contó que asustaría a su pareja. Al darse cuenta de eso se sintió asquerosamente mal, su corazón le apretaba diciéndole que era un monstruo por hacer tal acción frente a ella. La pelirroja le decía con voz titubeante qué se calmara, el le había gritado qué se largará del lugar y que lo deje en paz, esto le había dolido bastante hasta el punto de hacerla llorar.

Fue en ese momento que decidió abrazarla, se sentía como una persona asquerosa. Por lo tanto juro que cambiaría para bien, por ella y por su futuro juntos.

—Perdoname por todo mi cielo... —Decía el albino entre lagrimas. —No te merezco...

—Ya, ya... Shh... —La pelirroja solo acomodo su cabeza en su pecho mientras acariciaba su largo cabello blanquecino. Ella sabía sobre sus cambios de humor, por lo tanto estaba empeñada a quedarse a su lado para ayudarlo.— No digas esas cosas mi amor... Dejame ayudarte ¿Si?

El albino solo lloraba en su pecho, se sentía cómodo por lo tanto se dejó mimar.

La chica miraba con lastima a su pareja, él era el que estaba sufriendo más. Su condición no era un juego que debía tomarse a la ligera pues incluso con medicación y varias terapias llegaba a un punto en el que no quería más nada y se encerraba en su habitación por miedo a descontrolarse.

La primera vez que paso eso estuvo encerrado durante tres días sin siquiera salir a comer. Con varios intentos logró sacarlo de su cueva para invitarlo a comer algo, su rostro estaba totalmente demacrado. Parecía un muerto viviente.

Entonces decidió desde ese día estar junto a él y no abandonarlo sin importar que.

Entonces decidió desde ese día estar junto a él y no abandonarlo sin importar que

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Era medianoche, ambos estaban tomando café juntos, uno al lado del otro. El clima era bastante agradable, por lo tanto se encontraban en el patio trasero observando las estrellas juntos.
Ignis adoraba esta clase de momentos, únicos momentos que desearía que durarán para siempre.

❚𝘔𝘪 𝘉𝘦𝘭𝘭𝘢 𝘍𝘭𝘰𝘳 𝘔𝘢𝘳𝘤𝘩𝘪𝘵𝘢.❚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora