𝑑𝑜𝑠

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Ignis quien observaba detrás de la puerta semicerrada, dentro de la habitación se encontraba Selena llorando mientras sostenía su teléfono en mano. Sus mejillas estaban rojas mientras que caían encima de estas aquellas lagrimas qué venían en gran cantidad, el albino quería ir junto a ella a consolarla, pero en parte se sentía culpable por lo ocurrido; por ello decidió simplemente cerrar la puerta.

Volviendo a la actualidad, el albino tenía la cabeza llena de recuerdos fugaces qué aparecían momentáneamente cada que estaba a solas. Selena ahora mismo estaba duchandose tranquilamente sin preocupaciones.

Sin embargo la mente del albino venían aquellos recuerdo que quería olvidar a toda costa, el se encontraba en el jardín trasero sobre la hamaca de madera. Aquella hamaca fue un regalo para los gemelos Evan por parte de todo el grupo.

Suspiró de manera larga y concisa decidiendo volver a cerrar los ojos proyectando así otro viejo recuerdo que vino a su mente.

Era aquella época de colación, el grupo de amigos a parte de ser también compañeros de curso habían culminado con éxitos sus estudios, estaban a un solo paso de convertirse en verdaderos adultos. El festejo privado qué decidieron tener como despedida lo organizaron en aquella cabaña.

-¡Por eso iré a la academia policial! -Exclamaba con seguridad Sherine.

El grupo de amigos se encontraban al rededor de una fogata junto al lago. Aunque demuestren felicidad por acabar la etapa dura del estudiante básico, estaban tristes por dentro al saber que dentro de poco estos encuentros en este lugar dejaran de ser seguidos ya que la mayoría se centrará en cosas más importantes.

—Entonces yo seré un narcotraficante—Dijo Berr—Así siempre seremos enemigos y nos veremos a menudo.

El de ojos verdes le daba varios golpes en la espalda a la pelirosa quien la miraba con rabia, sin dudas ellos eran el verdadero par amorodio qué existían en el grupo. Los demás solo reían al ver como Sherine saltaba sobre él para golpearlo.

—Y tú, Celestine ¿En que vas a trabajar?

Preguntó Letio iniciando de nuevo la conversación.

—Ah, pues no lo tengo muy decidido, supongo que solo estaré al lado de mi hermana durante toda la eternidad.

—Qué horror. —Respondió Selena.

El grupo empezó a reír al respecto. Con eso llego Simón a unirse a ellos diciendo que era momento de entrar dentro a darse una ducha, sin embargo el albino había detenido a la pelirroja en el proceso.

—Aún no has dicho sobre tu futuro Selena... —Dijo con timidez Ignis, pues desde pequeño siempre sintió una atracción amorosa hacía ella.

—Hm... Supongo que me gustaría ver crecer a mi hermano nada más, no tengo bien planeado mi futuro.

Y así Selena ingreso dentro de la cabaña dejando atrás al albino, este solo pensó en algo. Ella quería ver crecer a su hermano, ¿Y si mejor ve crecer algo más?.

Con eso en mente ingresó también dentro ideando su plan.
Ya era de madrugada, apenas salía el sol. Selena aun estaba durmiendo plácidamente junto a Sherine pues Simón tenía la estricta regla de que cada quien duerme con su mismo género, Ignis había entrado en aquella habitación donde estaba descansando la pelirroja para ir a despertarla.

—¿Uh?

—Rápido Selena, antes que despierten todos.

Y así Ignis jalaba de la mano a la pelirroja mientras la llevaba al jardín trasero. El padre de Selena tenía un vivero de flores en gran variedad, por lo tanto al albino se le había ocurrido algo especial.
Ya al estar un poco más alejados del lago la pelirroja pudo apreciar como una maceta y una regadera con agua estaban a la vista, estaba confundida.

❚𝘔𝘪 𝘉𝘦𝘭𝘭𝘢 𝘍𝘭𝘰𝘳 𝘔𝘢𝘳𝘤𝘩𝘪𝘵𝘢.❚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora