𝑡𝑟𝑒𝑠

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Ignis de 22 años paseaba tranquilamente por el parque, estaba saliendo del consultorio de su psicólogo. Luego del accidente qué tuvo el descenso de su madre, lo llevaron a varios centros de salud mental pues habían notado algo anormal en la actividad cerebral del albino.
Cuándo él preguntaba que era aquello que lo tenía de esa manera, les respondían lo mismo bipolaridad

Por lo tanto desde aquel entonces el visitaba a varios especialistas de salud mental el cual se proponían a ayudarlo, sus amigos más cercanos también fueron comunicados sobre esto para que lo pudiesen ayudar con su terapia.

Mientras paseaba por aquel sendero lleno de niños juguetones y parejas tomadas de la mano, pudo ver a la lejanía a su amada.

Aquella pelirroja qué le había sacado el aliento desde pequeño, mientras estaba en brazos de otro. Esa otra persona no era nada más ni nada menos que Letio, su medio hermano.

Cuándo los veía juntos, lo único que podía hacer al respecto era respirar hondo y exhalar para luego continuar con su camino. La primera vez que armo un escándalo había acabado en golpes con su medio hermano lo cual molesto a la pelirroja.
Sin embargo, Ignis no lo hacía por sus propios celos, más bien lo hacía por molestia.

Letio Von Patus, un reconocido playboy de todas las chicas bonitas. Chica que el quiera, chica que el obtenía en sus manos.
Todos en el grupo ya conocían como era él, sin embargo a Selena no le importaba pues siempre estaba con su lema "El va a cambiar" y así continuaba a su lado aun teniendo todo tipo de infidelidades frente suyo.

Aunque sus amigos le digan que estaba mal que siga aferrada a esa relación, Selena solo hacía caso omiso a ello y continuaba todas las noches llorando por su pareja quien nunca respondía los mensajes o las llamadas qué le dejaba preocupada por no haberlo visto en días.
Esto enfermaba a Ignis, pero tampoco quería que Selena lo odiara, por lo tanto lo único que podía hacer es quedarse a su lado siendo el hombro el cual la pelirroja pueda llorar con tranquilidad.

El se sentía como una basura al no poderla ayudar de una mejor manera, pero tampoco se encontraba con la estabilidad suficiente de actuar sin hacerle daño alguno a aquel hijo de puta.

Una tarde nublada Selena llego golpeando a su puerta, ella estaba con los ojos rojos y cristalinos de tanto llorar. Cuando el albino la hizo ingresar ella rompió en llanto en el pecho masculino contándole lo sucedido.

—¡Ya llevamos 2 años juntos, pero el no cambia! —Decía entre lágrimas—Dice que me ama mientras sostiene a otra en sus brazos...

A Ignis le empezó a apretar el pecho, el hijo de puta tenía a la mejor chica amándolo y glorificandolo, pero él, solo sigue en busca de otras pensando que la pelirroja siempre andaría detrás suyo como un perrito domesticado. El decidió abrazarla fuertemente entre sus brazos dándole consuelo.

—Yo lo amo... Sin embargo decidió acostarse con otra mientras yo aun seguía en esa casa...

Pues si, Selena era acuncubinada de Letio. Ella había ido a la casa luego de hacer las compras, pues tenía día libre de estudios. Decidió que prepararía el almuerzo ella misma pensando que a su pareja le gustaría, lo primero que se encontró fue a su novio en el sofá charlando con una chica rubia. Ella era bonita por lo cual Selena se sintió inferior.

Letio le había dicho que solo era una compañera de clases y que solo pasaba a saludar. Selena ingenuamente decidió creerle para luego ir a la cocina y empezar con los preparativos.

Pudo escuchar como la puerta se había abierto para luego ser cerrada, había creído que la chica ya se había ido.
Pero la puerta la cual se había abierto y cerrado no era el de la entrada, era la habitación principal del cual empezaría a escucharse varios sonidos lascivos. La pelirroja al acercarse a esa puerta ya tuvo en mente lo que estaba ocurriendo detras de aquella madera. Ni siquiera se había armado de valor para mover la perilla y encararle su infidelidad a Letio.

❚𝘔𝘪 𝘉𝘦𝘭𝘭𝘢 𝘍𝘭𝘰𝘳 𝘔𝘢𝘳𝘤𝘩𝘪𝘵𝘢.❚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora