I

393 39 2
                                    

Nuestra historia comienza donde muchas lo hacen... En un hospital de Musutafu.

Izuku Midoriya quien con 4 años de edad quería saber su don e Inko Midoriya, su madre quien estaba alegre de ver a su hijo emocionado.

Tras escuchar un "pase" un doctor de apariencia corpulenta les esperaba con sus resultados, sin duda alguna la impaciencia carcomía al pequeño.

Doctor: Deberías rendirte.

Inko: ¿Por qué lo dice doctor?

Doctor: Lo digo debido a que su hijo no tiene ningún don.

Inko: Pero... Eso es imposible doctor, mi esposo tenía el don de escupir fuego y yo puedo atraer objetos pequeños con telequinesis.

Doctor: Tristemente el chico no pudo heredar ninguno de esos dos, como puede ver (muestra una radiografía) su hijo tiene dos uniones cuando no debería tener ninguna, claro, es inusual pero eso no quiere decir que por ello desarrolle un don, lo lamento señora midoriya... Lo lamento chico.

Inko: Está... Bien doctor, nos vemos...

Doctor: Nos vemos.

La madre del peliverde se lo llevaba a casa pues este mismo seguía en shock, más tarde se encontraría con que su hijo estaría viendo el vídeo del debut de All Might y con ojos llorosos le preguntaría a su madre...

Izuku: Mamá... ¿Yo también puedo ser un héroe como All Might?

Inko solo soltaría unas lagrimas y lloraría mientras abrazaba a Izuku.

Inko: Lo siento... Lo siento Izuku...

Pasaron los días y los "amigos" de Izuku se enteraron de que él era quirkless, sin embargo el que estaba más afectado pero por su orgullo no lo mostraba era un rubio cenizo con don explosivo, este sin pensarlo le llamó Deku, haciéndolo ver como un inútil... Eso hirió demasiado al peliverde quien comenzó a recibir bullying por parte del explosivo y su séquito.

El tiempo pasó y ahora nos situamos en la secundaria Orudera, nuestro protagonista era molestado por uno de sus compañeros al igual que en cada línea temporal, como si fuera un evento canónico.

Bakugo: Entiende Deku, tú jamás serías un héroe sin un don... Acepta la realidad de una vez o muérete en el intento.

Izuku: E-eso no es heroico de tu parte, K-Katchan...

Bakugo: ¿Y? Me importa una mierda tu opinión, si quieres mi consejo, sube a la azotea y tírate, a ver si en otra vida obtienes un don.

Tras eso, el joven de cabello picudo se marchó entre risas junto a sus secuaces, mientras que el pobre chico pecoso se levantaba como podía del suelo.

Su mirada de temor se relajó y ese brillante color esmeralda pasó a un verde opaco, suspiró y sacudió su uniforme.

Izuku: Otro día más, a este paso se hace difícil ocultarle a mamá las explosiones en la piel...

El pecoso tomó su mochila y salió del aula con dirección al lugar donde cayó su libreta de apuntes, una vez allá, este la sacudió con un poco de fuerza y la tiró a un bote de basura.

Izuku caminaba por las calles de Japón cabizbajo, realmente la realidad lo pisoteaba cada que podía y aún faltaba más.

¿?: Perfecto, un disfraz adecuado...

Antes de que el pecoso volteara, una enorme baba lo atrapó, intentando meterse en su nariz y boca.

Izuku: (pensando) Maldición, su cuerpo líquido hace imposible que yo me libere... Mamá perdón... Perdón...

Poder AbsolutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora