02 - ¡Cara de piedra, te voy a-

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Bien.

A la cuenta de 3 iba a entrar en pánico. 

1...

O en depresión.

2...

— ¡Ya no me amas! — gritó Wei Ying mientras se protegía en el nido que había construido.

— Amo a Wei Ying. — se apresuró en decir. 

— ¡Mentiras! — acusó, llorando y envolviéndose como un rollito de canela en su nido. — Si fuera así me lo demostrarías.

"..."

¿No se notaba cuanto lo amaba?

Wei Ying para el era como su mundo entero, corrección, era su mundo entero. Nunca dudaría en protegerlo y cubrirlo entre su calor para llenarlo de su aroma, eso recordándole la suerte que había tenido de tenerlo en sus brazos.

El amaba a Wei Ying, pero Wei Ying no notaba su amor...

— Déjame, quiero estar solo. 

Estuvo a punto de protestar, pero recordó lo que pasó cuando lo botó del Jingshi. 

Si Wei Ying quería que se vaya, se iría. Respetaría su decisión sobre todas las cosas, le daría su espacio, dejaría que respire y luego volvería a él cuando este más calmado. 

¿Eso estaba bien o no?

No lo sabía.

— Regresaré. — avisó y, se fue.

No escucho respuesta ante lo que dijo, y eso lo hizo sentir mal, a su corazón no le gustaba separarse de su otra mitad. 

Ahora, no podía creer cuantas veces había sido alejado por su propio esposo, ¿esto era un matrimonio desastroso? (si lo vieran así, algunos lo pensarían.) Él no lo creía así, solo quería respetar la palabra de Wei Ying. 

Su Wei Ying estaba sensible, y sabía que esa "pequeña esperanza" ya no funcionaría esta vez.

Quería que alguien lo ayudara.

¿Pero quién podría hacerlo?

— Wangji, ¿sucede algo? — un momento...

— ¿Hermano? — habló dudoso mientras se volteaba. 

¿Oh?, ¿Por qué su hermano estaba ahí?

— Sí. — le sonrió. — Llegué con Wanyin hace unos momentos. — le comentó. — Mi esposo dice que se sentiría más cómodo de dar a luz aquí en Gusu, ahora está con mi madre. 

Más bien su madre había raptado a su esposo, y aunque trato de evitarlo, no pudo. Así que en estos momentos seguramente estaba siendo consentido, nada de que preocuparse realmente.

————————————

— Oh, querido. ¿Ya comiste?  

— De hecho, ya lo-

— No, cariño, no hables. Tienes que reservar energía para cuidarte a ti y a mi querido nieto. — lo interrumpió. — ¡Sue! — una sirvienta entró apresurada. — Tráele a mi yerno un plato con las frutas más frescas, jugosas y deliciosas. 

— No es necesario, estoy bi-

— ¡Y también tráele un poco de nuestra sopa. — Jiang Cheng tragó fuertemente.

¿Cómo ser el mejor esposo para Wei Ying? © Wangxian [T02]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora