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Cap 6

Algo pasaba.

Leo aún no sabe lo que es, y al principio intentó ignorarlo. Porque a caballo regalado, ¿no? Leo acaba de recibir más de lo que merecía o esperaba, en un paquete con forma de Donnie y relleno de un *caballo consolador*. No iba a hacer preguntas sobre su extraño comportamiento.

Pero...

Después de unos días de jodida felicidad vertiginosa, de miradas al azar que llevaban a Leo a sonrojarse como una colegiala excitada, de andar a escondidas como adolescentes cachondos esquivando a sus padres, noches y momentos robados de llegar a explorar cada centímetro de su gemelo como nunca pensó que llegaría a hacerlo. Era mucho de todo lo que siempre había deseado.

Aun así, no puede quitarse de encima la sensación de que Donnie esconde algo. Leo se sentó en su cama, sólo un poco culpable por haberse fugado del laboratorio de su hermano tan abruptamente, y pensó en todo.

Así que Donnie encontró las otras cintas. Podía usar esto como respuesta. Decirse a sí mismo que algo sólo iba mal porque Donnie ocultaba eso y nada más, seguir disfrutando de esa fruta prohibida y no buscar más.

Se muerde el pulgar y le tiemblan las piernas. Piensa en Donnie colándose en la habitación de Raph el día anterior. Justo después de que Raph le gritara y dejara claro que estaba decepcionado con el liderazgo de Leo. (No le culpa. Debe seguir faltándole, sabe que no se trata de él).

Cómo los dos no habían vuelto a salir durante *horas*. Cómo Donnie salió con heridas remendadas, luego fue a su laboratorio y bailó, en secreto, como si le ardieran los nervios.

Cómo Raph parecía mucho más feliz que antes. Pero evitó a Leo como a la peste cuando intentó disculparse por la pelea de antes.

Cómo Raph no le miraba a los ojos.

Cómo Donnie nunca volvía a casa de April.

Leo se rompió la piel del pulgar.

"¡Tss!" Leo siseó y apartó la mano de un tirón, mirando la sangre que le chorreaba por el dedo. Donnie no le haría daño. Su gemelo es muchas cosas. Amoral, maníaco, maleducado, un gilipollas, siempre buscando superar a Leon. Pero confía en Donatello con cada fibra de sí mismo.

Donnie no es un mentiroso, ese es su trabajo. Y arruinaría a cualquier otro por un simple trozo de uranio enriquecido, pero nunca a su familia. Nunca a Leo.

No es que Leo no se lo merezca.

El deslizador se para un poco con el piloto automático, se acerca a su escritorio para coger el botiquín y vendarse la mano. Sonríe algo apenado en la habitación vacía y se sacude un poco.

Nonono incluso si Leo es un bicho raro y *se merecería* algún tipo de puñetazo para cambiar este nuevo estatus quo. Donnie no se sometería a algo que no quiere sólo para vender la mentira. Es un actor terrible.

Leo se dejó destensar, no se había dado cuenta de lo tensos que tenía los hombros, pero seguía sintiéndose incómodo. Salió del vagón del tren y vagó... por algún sitio. A cualquier sitio. Sólo necesita moverse, necesita una distracción, salir de su propia cabeza de alguna manera.

Sonríe cuando le viene a la mente el tema de su... conversación con su querida gemela. ¡Debería encontrar a Casey! El humano probablemente querrá ser enviado a algún lugar al azar de nuevo hoy, y Leo puede ofrecerse a acompañarlo. Qué mejor manera de distraerse de pensar en un tío bueno que salir con otro tío bueno.

Leo sonrió y se acercó al vagón de Casey, dispuesto a hacer exactamente eso, pero lo encontró vacío. Pero lo encontró vacío. Bueno, no es de extrañar, sinceramente, ya era más de mediodía. Después de comprobar el atrio y la cocina se queda corto. Comprobó el garaje para ver si el humano estaba entrenando con Raph, pero ni siquiera Raph estaba donde Leo anticipó....