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Después de varias horas haciendo una estrategia y planes para el día del ataque acordado, todos se van del lugar, al parecer, mas satisfechos que en un principio.
La sala queda vacía, excepto por mi hermano y yo.

-Interesante la junta de hoy ¿no crees?-comenta mi hermano mientras acomoda los libros en su lugar.
-Más bien estrésante. ¿Enserio somos los únicos que saben hacer planes de guerra, estrategia y a tomar toda guerra a su tiempo?
-Al parecer si-dice riendo en voz baja
-Que estupidez

Doy un pequeño brinco y me siento en la mesa con las piernas colgando

-Recuerda que ya son mas bestias que humanos Dalia. En lo único que piensan es en matar.
-Entonces solo es cuestión de tiempo para que nosotros estemos igual
-Tal vez.

Esto es ridículo. Tal vez odie a los humanos, pero eso no significa que quiera ser solamente una bestia como los demás. Esto es lo que me molesta. Tengo la sabiduría de un humano, pero tengo la astucia y ferocidad de un Licántropo. Es algo estrésante

-¿En qué piensa?- pregunta mi hermano sacándome de mis pensamientos.

Empieza a acercarme a mi ... Despacio. Mmm... Quiere jugar.

-En ti-digo coqueta

El sonríe de medio lado, se para justo en frente de mi y con sus manos separa mis piernas y se coloca entre ellas.

-¿Así? ¿Y qué más?
-En muuchas cosas mas

Acerco mis labios a él, rosándole la comisura de los labios hasta su mejilla. Me separo sonriendo y él hace lo mismo, juguetón.

-Ay hermanita, si no fueras mi hermana, no sabes lo que haría contigo- dice lamiéndose los labios y tomando mi cadera.
-¿Y desde cuando ese concepto es un impedimento para ti?

El me toma la barbilla alzándola, acerca sus labios a los míos y sin siquiera tocarlos dice:

-Desde que me enamore

Me suelta y se aleja

-Ya lo sabia-digo con humor

Así es este juego con Daniel, aveces nos hacemos los deseados, pero nunca pasa nada. Bueno ya no ocurre nada desde hace un año, en que Daniel se enamoro de mi mejor amiga, Lucy.
Desde que ocurrió eso, él y yo dejamos de intimidar y de comportamos como los hermanos que somos.
Aunque eso cambio las reglas del juego, eso no significa que acabaremos con nuestro pequeño juego perverso lleno de seducción.
Aunque debo de admitir que también lo prefiero así, no me gusta ser carne de segundo perro

-¿Nos vamos?
-Vamos

Me bajo de la mesa de un salto y junto a mi hermano salimos de la sala. Damon y Azariel cierran la puerta detrás de nosotros y nos flanquean. Salimos de la basílica y afuera de ella se encuentra el Mercedes de Daniel. Subimos en la parte trasera y los guaruras adelante. Nos conducen a casa, como siempre, en silencio.

Me asomo por la ventana, el cielo está oscuro, no hay nubes, ni estrellas en ella, lo único que hay es la luna nueva, redonda y resplandeciente en todo su entorno.
Las calles están casi completamente vacías, si no fuera por los borrachos deambulando y las prostitutas baratas en cada esquina. Es un caos este mundo.

Poco después llegamos a casa. Grande, color negra y blanco, dos pisos, así es mi casa. Azariel abre la puerta y bajo del automóvil. Daniel abre la puerta y entramos a casa. Es hora de arreglarnos.

El corazon oscuro también lateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora