SATORU.
La veía entrar y salir de su habitación con prisa, tenía un aspecto cansado, no había tocado si quiera su comida debido a lo ocupada que estaba.
Tal parece que una plaga se había desarrollado por todo el pequeño pueblo de los sirvientes dejándola a ella con la incesante tarea de buscar una cura.
No solo estaba afectando a la servidumbre, varios miembros de la familia también se vieron en vueltos en ella.
Suspiré pesado, estaba aburrido y verla sudada y con la cara demacrada no me ayudaba a bajar el extraño mal humor que tenía desde esta mañana.
Tres días, en solo tres días desde esa mañana en que marque su cuerpo con mí aroma para borrar el espantoso olor de mí primo de ella hab hecho que se me devuelva la cabeza y eso que no soy una persona de pensar constantemente sobre algo que no sea yo.
Está parte de la casa se dividía en su espacio y el mío, había habitaciones vacías y un contado número de sirvientes, lo conveniente para mí puesto que odio a los entrometidos.
Su habitación y la mía no quedaba tan lejos, pero aún así, en ocasiones cuando se filtraba el aire su dulce aroma a cerezas llegaba a mí habitación despertando al lobo en mí interior.
Llegué a la habitación que había convertido en su laboratorio mirando el desastre de plantas, papeles regados y uno que otro toque de tierra.
—Te vez fatal —hable, estaba recostado en el marco de la puerta viéndola hacer más pruebas.
_______ no me dio ni una mirada dándome a entender el poco o casi nulo sueño que ha tenido. Suspiré, me acerque utilizando mis feromonas volviéndola dócil dejando lo que estaba haciendo para cubrirse la nariz.
—P-Para —susurro.
Se giro ahora si posando sus ojos en mí con gruesas lágrimas queriendo salir con sus mejillas sonrojadas, inconcientemente su aroma también salió sacándome un gruñido. Fue entonces que paré, la maldecía una y otra vez por tener un aroma tan exquisito que estaba comenzando aprovocarme a comerme su cuerpo entero.
Al estar degastada por no dormir, al querer resistirse a mí cayó desmayada. Por supuesto la atrapé en mis brazos, jamás pobre decir que es poco atractiva, parecía un ángel todo dulce e inocente que vino a purificar la misma tierra con su presencia. Todo lo contrario a su temperamento retador y autoritario cuando me tenía cerca.
La cargue estilo nupcial embriagandome más con su aroma llevándola a mí habitación donde la recosté sobre mí cama dejándola ahí.
No me gusta ayudar a otros a menos que reciba algo a cambio, pero el lobo dentro de mí me amenazaba constantemente que si no hacía algo pronto ella podría morir por desgaste.
Así que, llame a Suguru este no tardó en llegar sorprendiéndose al verme mirando los planos, leyendo las notas y haciendo pruebas.
—Esto si que no te lo puedo creer —se mofo.
— ¿Vas a ayudar o te quedarás ahí parado viéndome como si fueras un tarado?
—Por supuesto que te ayudaré, idiota, no tienes que decirlo dos veces.
Pasamos la mayor parte de la tarde terminando las pruebas, ella ya tenía todo listo, solo que en un orden incorrecto. La dejé en vigilancia con una de mis sirvientas por si despertaba le dieran todo lo que ella quisiera pedir.
Me sentía extraño, no solía hacer este tipo de cosas a menos que fuera sacar un benefició propio. Para que no se me notará que lo hice por buena voluntad, le hablaré sobre las clausulas del matrimonio, se lo pondré como pago del favor que le acabo de hacer.
ESTÁS LEYENDO
Matrimonio Arreglado
FanfictionA Satoru su padre le pide que tenga esposa e hijos al ser la próxima cabeza del clan y que ya estaba cansado de que su hijo fuera un rebelde sin remedio. Al ser un alfa cotizado, Soichiro Gojo no iba a permitir que su hijo escogiera a quien le dé la...