× Capítulo 18 ×

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°Narrador Universal°

Todos estaban reunidos en el Mauri de los Sully, más que todo, enojados y desconcertados.

Ro'ah: ¡ES UN ASESINO! -

Neteyam: ¡Claro que no! ¡El nunca haría algo así! - Defendía a muerte a su pareja.

Lo'ak: Te ama Neteyam, no me sorprendería que matará por ti. - Dijo con arrogancia, echándole carbón al fuego.

Kiri: ¿¡LOAK PODRIAS CALLARTE!? - Grito furiosa y exaltada, la situación la sobrepasaba.

Khalo: Escucha Neteyam, te respeto como guerrero e hijo de Toruk Makto, pero ya de por sí es bastante grave lo que has hecho con el metkayina. Déjalo ir, su castigo será impuesto en tierras omaticayas, y tu regaño ya no será tan grave. -

Neteyam: No lo entienden, el es mi pareja, no dejaré que se lo lleven a su muerte, eso no pasará. El es inocente, lo sé. -

Ro'ah: Neteyam, te quiero como a un hermano, pero no nos dejas más opción que tomar nuestras propias medidas... - Hablo desafiante, acercándose de manera peligrosa al contrario.

Tsireya: ¡ALTO! Están locos si creen que tomarán una decisión así en estás circunstancias y sin la aprobación del Oleyketan y Toruk Makto. - Hablo con voz firme, en su rostro se veían los caminos de lágrimas secas ya. En estos casos, las circunstancias la obligaban a ser fuerte, aunque por dentro se quebrara...- Si se llevan a mi hermano de aquí, sin la autorización del Oleyketan, lo tomaremos como su declaración de guerra. - De forma amenazante soltó las palabras, que hasta los hermanos Omaticayas se estremecieron.

Ro'ah: Bien. Una vez Oleyketan y Toruk Makto retornen, se tomará una decisión y nos llevaremos como prisionero a Aonung, bajo el cargo de la muerte de Ma'viam, próximo Oleyketan del clan omaticaya. - Dijo las últimas palabras con dolor e irá a la vez, dejandola como su última palabra mientras salia del Mauri.










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Unos días antes...

Los días habían pasado, y el pueblo metkayina había llegado a salvo al refugio en las cuevas; no habían señales de los hombres del cielo, erna buenas noticias significaba que no habían vencido al clan omaticaya aún.

Mientras tanto, en pocos minutos para el eclipse, un metkayina, hijo de un líder, esperaba ansioso el regreso de los guerreros en la orilla del mar, y con ellos, a su pareja.

A lo lejos se vio esa esbelta figura azul que tanto le encanta a Aonung, que de solo verla, le hizo acelerar su corazón y sin darse cuenta, una sonrisa había sido plasmada en su rostro.

Apenas el ilu del omaticaya tocó tierra salió corriendo a los brazos de su pareja, el cuál lo recibió alegre y con vueltas, haciendo reír a ambos.

Aonung: No sabes cuánto te extrañé...-

Neteyam: Yo también, mi Big Boy...- Contesto entre risas mientras sus frentes chocaban, aún abrazados.

Sin embargo, con irá y odio, una mirada omaticaya los observaba, mientras esté afilaba una lanza.

Lo'ak: ¿Que hay Ma'viam? ¿Que haces? - Llegó alegre hacia el mencionado, pero al ver a dónde se dirigía su mirada su sonrisa se esfumó.- Ah, ellos... No les metas tanta mente a esos dos Ma'viam, son unos skxáwngs...- Decía con desagrado, llamando la atención de Ma'viam.

Ma'viam: ¿Porque ese enojo hacia tu hermano? - Pregunto curioso.

Lo'ak: Digamos que... Odio a ese pecesito tanto como tu... -

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