Guerra

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Recordaba bien el día en el que su amada mujer desapareció de su vida, pare ese momento hacía pocos años que la guerra había acabado y él apoyaba a los anarquistas desde su inicio

ese falso orden que debilitaba a los fuertes y ponía a cargo a personas débiles y cobardes, esas dulces y conformistas personas eran estúpidas dándole a esos incompetentes y cobardes tanto poder solo por qué si

esa cobardía por parte de gobernantes idiotas era la razón por la que el país había sufrido tanto en la guerra, asa debilidad tan repugnante se volvió estúpidamente evidente en la guerra, así como la necesidad de cambiar las cosas

algo debía hacer, aquella situación tan absurdamente ridícula debía terminar y debía terminar ahora, por lo que si nadie hacía nada él mismo lo haría

ese día se reunió con los miembros más importante de Akatsuki, el grupo más peligroso de la rebelión, la reunión apenas empezaba con los líderes, el plan era algo que tomaría tiempo, lo primordial sería destronar a los Uchiha y los Namikase, primero formarían alianzas con los demás hacendarios, sería fácil tener su apoyo si les decía que les daría la fortuna de los Uchiha y Namikase

una vez que acabarán con la ridícula idea de economía que tenían esos idiotas que se creían la gran cosa por tener dinero, dinero que de nada les serviría cuando la verdadera libertad llegase y esas ridículas ideas que solo volvían débiles a las futuras generaciones, ideas ridículas como esa tontería de que los doceles no eran adefesios inhumanos o que los débiles podían mandar

estaban en medio de la planificación cuando uno de los hombres que cuidaban el perímetro dio la voz de alarma, el infierno se desató en cuestión de segundos, al parecer habían descubierto a una persona espiándolos, los cazadores y rastreadores empezaron la persecución y los líderes dieron por terminada la reunión, la orden prioritaria del momento era acabar con quien sea que los hubiese estado espiando

era una amenaza para sus planes

Volvió a casa y fue cuando la pesadilla comenzó

su esposa entró por la puerta de su despacho y lo miraba recelosa, los ojos de su esposa nunca lo miraron de aquella manera, era como ver a una total desconocida y viceversa, por unos momentos ninguno hablo, entonces ella rompió el silencio

-te vi en el bosque, ¡¿cómo puedes hacer esto?!, ¿cómo puedes ayudar a esas horribles personas a hacer esas cosas?, ¡¡escuche perfectamente como hablaban sobre matar a cientos de inocentes como si no fuera nada!!, nunca pensé que pudieras unirte a esas terribles personas- esas últimas palabras las había dicho casi susurradas, como si estuviese herida y alavés defraudada

- no lo entiendes, esto es por el bien de nuestro clan, de nuestras hijas, no pueden crecer atadas como nosotros, la verdadera libertad, nuestro clan está subyugado por ricachones debiluchos que se creen mejores que nosotros solo por tener más dinero, nuestro clan es de guerreros, pero aquí no tienen el más mínimo respeto por nuestra fuerza, esto es necesario, las leyes de este lugar vuelve cada vez más débiles y ordenan que sirvamos a un rey que tomo por reina a uno de esos adefesios antinaturales- dijo eso mirando directamente a su esposa tratando de hacerla entender

- no permitiré que tu visión retorcida acabe por destruir el país que apenas se levanta tras la cruenta guerra, no dejaré que ni tú, ni esos locos acaben con la paz, por favor piensa en tus hijas, Karin es muy pequeña y nos necesita y Sakura te admira como el padre que siempre fuiste para ella, detén este disparate por favor - el ruego de su esposa realmente había logrado hacerlo titubear, pero antes de dar ninguna respuesta a su esposa, que lo miraba con los ojos cristalizados por las lágrimas que se resistían a caer, su esposa callo con la mirada perdida mientras su sangre salpicaba en su dirección manchando su cara y sus manos así como parte de su ropa

el cuerpo de su esposa quedo tendido en el suelo y detrás de ella saliendo de las sombras, observo a Kisame, uno de los miembros de Akatsuki, tenía la espada ensangrentada, manchada con la sangre de su esposa, no pudo ni reaccionar aun cuando Kisame se rio de forma escalofriante

- nada de traiciones, aun si es familia, si interfieren en la misión deben ser eliminados, ¿no lo crees así? - no pudo decir ni responder nada ante las palabras de Kisame

después de eso Kisame tomo el cuerpo de su mujer y él solo pudo hablar para darle la orden de enterrar el cadáver en lo profundo del bosque, cosa que Kisame hizo de inmediato

solo cuando Kisame se fue del lugar con el cadáver de su esposa noto como sus manos comenzaban a temblarse derrumbo en el suelo junto al charco de sangre de su amada esposa y noto un brillo entre la sangre

era su anillo de boda, ese anillo que puso en su dedo jurando ser su fiel compañero de vida, el que la protegería siempre y que cuidaría su espalda cuando ella lo necesitase y aun cuando no, todos sus sueños con ella se habían cumplido de poco en poco y ahora ella ya no estaba, miro sus manos y noto con horror que aquella sangre que manchaba sus manos era la de esa mujer que siempre le sonreía en las mañanas, esa que lo curo desde su juventud cuando terminaba los brutales entrenamientos y lo supo de inmediato

esto era culpa de esos imbéciles y su estupidez de la paz, esos imbéciles que habían convencido a su amada llenándole de esas ridiculeces la cabeza, era su culpa que hubiera perdido a su fiel compañera y ahora lo tenía más claro que nunca, esos cerdos caerían así tuviera que volverse el mayor desalmado del mundo, así tuviera que quemar todo el país los haría pagar

Sakura y Karin solo miraban a su padre apretando los labios con lágrimas en los ojos mientras los Uchiha los miraba

Sasuke y Sai habían llegado durante el relato, ambos estaban cubiertos de sangre, mandaron tanto a Danzo como a Raza a Rasengan para interrogarlos a fondo

definitivamente, aquel hombre era un total lunático, un monstruo que hace tiempo se notaba, había perdido la cabeza y había querido culpar a los demás por sus propios errores, pero a los Uchiha les pareció muy interesante que mencionara a otros líderes, había más idiotas tras ellos con el desquiciado interés de provocar la anarquía total y destruir a sus familias

con esos tres fuera de juego los planes de esos bastardos se habían retrasado y esperaban que fuera lo suficiente para rastrearlos, acorralarlos y eliminarlos, pero no se arriesgarían, maximizarían la seguridad, ya no serían pacientes, esto era una guerra interna ahora y no podían perder, su familia dependía de que ganasen y contaban con muchos aliados, no podían permitirse titubear

lo sé, lo sé, me retrasé un mes, pero les prometo que no vuelve a pasar, les publico a tiempo el próximo mes, aunque me cueste la vida 

el próximo capítulo lo publico el 7 de enero  

lazos de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora