𝙏𝙚 𝙘𝙝𝙤r𝙚𝙤 𝙚𝙡 𝙘𝙤𝙧𝙖𝙯ó𝙣 -𝙉𝙤𝙧𝙚𝙣𝙢𝙞𝙣 𝙘𝙝𝙞𝙡𝙚𝙣𝙞𝙨

7.- Carrete

Me tomé como el quinto shot de vodka.

¿PORQUE LOS CUICOS AUN NO LLEGABAAAAN?

Estaba terrible sicoseao, todavía no llegaban y ya el carrete se había prendio, ya eran las 11 de la noche y yo seguia sin tener alguna señal de vida por parte de los dos.

Veía como todos jugaban al beer pong, gente se comía, tomaban como locos y bailaban, pero no podia divertirme con ellos por estar sobrepensando.

–Oe Jenito– miré a mi lado donde me llamaba Yang.– ¿Porque tan solito mi rey?

–Na hermano, solo estoy mirando.

–Ya pero ven a jugar po, no parecí que esti disfrutando.

–No hermano, solo que estoy preocupao, aun no llegan los cuicos po.

–Yiaaa, pero weon, hay muchos minos más.

–Si se...pero igual.

–Yao, no pensi en eso, vamos a jugar al beer pong.

Me la pensé un poco pero terminé aceptando, solo esperaba que aparecieran.

Jugamos un rato y tome shots como loco, nos reíamos, webeabamos y tomábamos, la estaba pasando la raja con mis amigos ya que me tenían distraído del pensamiento de los cuicos y veía como la gente también estaba pasándola bien.

Al menos no tendría una mala reputación.

–Oe Jeno– dijo Haechan– Los cuicos van a venir?

–Me tienen terrible ansioso, me dijeron que si venían.

–Talvez se les hizo tarde.

–Hermano no wei, si no vienen me mato.

–Mientras comete con alguien, digo yo pa calentar.– me reí.

–No wons, que paja.

–Yaaa y desde cuando te da paja?

–Esque solo quiero besarme a los cuicos, no a otro.

–No te enamori po Jeno.

–Que hablai aweonao, solo los quiero pal rato.

Sonó la puerta.

Corri a la puerta emocionao y rezando para que fueran los cuicos.

–Hola Jeno– dijo Jaemin al abrir la puerta.

Solté todo el aire que tenia y sonreí.

–Pensé que no iban a venir.

–Perdón la demora, tuvimos unos percances.– dijo Renjun.

–No hay problema, mientras hayan llegado.

Ambos sonrieron y me hice a un lado para que entraran, los cabros vieron y me hicieron señas de felicidad.

Solo tenia que esperar un rato pa que entraran en confianza y lo daba todo.

Me acerqué de nuevo a la mesa del beer pong más relajao y tranquilo al saber que los objetivos ya estaban aquí.

–Tu podi Jeno– me golpeo en el hombro Yuta.

Paso el rato y las horas, yo ya estaba tomao, me reía de puras weas, no pensaba bien y casi ni caminaba derecho.

Vi a los cuicos si estaban bien, los vi hablando con unos compañeros del C, Renjun quito la mirada de ellos y me vio.

Mi watita se apretó al ver como me sonreía.

Corri la mirada y me tomé otra cerveza, me fui a la mesa donde estaba el alcohol y me serví un vaso de pisco, como estaba medio tonto me costó achuntarle al vaso y abrir la botella.