O8: Dejame

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Hinata lo llevo a un parque de diversiones

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Hinata lo llevo a un parque de diversiones. Allí lo llevo de puesto en puesto con una sonrisa, ganaron dos llaveros: uno era un pato amarillo y el otro una ballena rosa.

Takemichi tenía que admitir que se estaba divirtiendo a pesar de que fue algo imprevisto. Ahora sí que sus monedas estrella estaban totalmente agotadas, llegando casi a números negativos por los pequeños gustos que se dieron en los puestos de comida.

Cuando oscureció, Hinata le dijo que fueran a la rueda de la fortuna con urgencia, como si fuera a cambiar de opinión a menos de que sea a hora mismo, o más bien, no tendría el valor para pedirlo después de mucho.

Takemichi sospechó que tal vez esto era lo que Hinata le quería mostrar en vez de la feria, así que acepto. Así  llegaron a un cabina en la que estaban uno frente al otro.

Hinata parecía nerviosa, inquieta, como cuando estaban en la azotea del colegio y se le declaró.  Takemichi estaba casi en el mismo estado, solo que tímido por la ambigüedad en el aire entre los dos.

──Hina-

En lo más alto con una vista panorámica de la ciudad Hinata lo miro con determinación, una que le agitó el corazón. Hinata se levantó y se acercó a él con las manos detrás de la espalda, y con una velocidad impresionante se inclino dandole un ligero beso sobre los labios.

¿Por qué esto era tan clishe?

Takemichi se quedó estático viendo a Hinata sin saber cómo reaccionar mientras su rostro subía tonos en rojo.

──Queria darte un regalo antes de que apruebes el examen y te vayas ──dijo Hinata en un suspiro bajo, sin atreverse a verle a los ojos ── Te estoy dando mi primer beso…y tal vez no sea el último.

En realidad, ese también era su primer beso. Y antes de que pudiera soltar si quiera un tartamudeo llegaron al final. Los dos se bajaron de la mano, su relación parecía más íntima que antes.

Está vez cuando tenían que volver no caminaron contando divertidas anécdotas separados por dos pasos, sino que tomados de la mano en un silencio íntimo los dos caminaron uno al lado del otro.

──No me dijiste si te gusto mi regalo…──dijo Hinata cuando estaban a unos pasos de su casa, sin mirarle la cara a Takemichi.

Takemichi apretó la mano de Hinata en silencio, hasta que en frente de la casa de Hinata susurro:

──Me encantó.

Takemichi regreso a la casa de acogida feliz y con un nuevo llavero en su celular. Eran aproximadamente las siete y media cuando llegó, naturalmente la mayoría estaría en sus habitaciones o en la sala despues de bañarse.

Apenas entró quiso ir a su habitación a descargar su emoción revolcándose en la cama como colegiala, encontrándose en el camino a su abuela que le dió una mirada pícara desde la sala donde estaba con algunos niños.

¡BOOM! Takemichi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora