Capítulo 3

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Todo el mundo sabía que el gemelo brillante no era precisamente Miya Atsumu, ese título le correspondía a su hermano: Miya Osamu.

Mientras Atsumu era un idiota sin remedio, Osamu era el chico inteligente de mamá. Aunque lo que Osamu definitivamente no tenía era el encanto natural de Atsumu, quien con una sonrisa deslumbraba a todas las personas y con un batir de sus pestañas podía lograr casi cualquier cosa.

¿El problema con eso? Que se terminaba el encanto cuando el rubio abría la boca.

Nunca sabía bien que decir y terminaba jodiendola con un comentario o palabra fuera de lugar, pero después de muchos años consiguió dominar el arte de la manipulación. Si en el voleibol se necesita talento y mucho entrenamiento, lo mismo aplica para manipular a alguien.

Osamu, aunque quisiera, es incapaz de hacer que alguien haga algo por él con una simple sonrisa. A Atsumu le sale natural, casi sin esfuerzo, es por eso que decidió que quien lo ayudaría con su problema sería Kageyama Tobio.

El torpe e inocente Kageyama Tobio, cuyo corazón se había ablandado, era a todas luces lo que uno llamaría "la víctima perfecta", Hinata se lo había servido prácticamente en una bandeja de plata y para Atsumu, quien era un hombre muerto de hambre, Kageyama era un festín que se tragaría entero.

Uno puede argumentar que el alfa era un hombre desesperado que necesitaba ayuda de forma urgente o de lo contrario podría morir, tal fatalismo puede cambiar completamente el juicio de una persona, sin duda, pero Atsumu estaba lo suficientemente cuerdo cuando se le ocurrió tal "brillante idea".

Aunque suene exagerado así es, solo tenía dos opciones, vivir o morir, porque abusar tanto tiempo de los supresores había jodido casi por completo su sistema endocrino y si quería mantener sus niveles hormonales relativamente "normales" debía marcar a una persona con su aroma. A simple vista una solución muy simple, pero no era tan fácil escoger a esa persona, aún menos si eres un jugador profesional de voleibol bastante famoso.

Sin embargo, el médico había sido muy tajante cuando dijo que si continuaba de ese modo no sólo su carrera como atleta profesional se vería perjudicada, sino que el daño podría ser irreversible a tal nivel que terminaría por volverse loco o morir en su defecto. Completamente asustado por ese porvenir, decidió hacerle caso al médico y marcar a alguien, aunque no era conocido por seguir a la autoridad, el miedo de perder la cabeza y que toda su vida se fuese cuesta abajo, era una razón más que suficiente de obedecer al matasanos.

Claramente decirlo era una cosa pero no era tan fácil hacerlo. Al menos no tenía que ser necesariamente un omega, porque de haber sido así sus posibilidades se reducían drasticamente y el riesgo aumentaba considerablemente, podía terminar unido a un omega y marcado, una pesadilla para un alfa como Miya Atsumu.

Es por eso que fue un alivio total darse cuenta que tenía ante sí a la persona perfecta: Kageyama Tobio.

Y con una nueva temporada de juego, Hinata en Brasil y Tobio todavía sintiéndose como un pajarito perdido que recién aprendía a volar... Sería un estúpido si no aprovechaba la grandiosa oportunidad que le estaba dando la vida.

Pero como todo hombre precavido, no le comentó su plan a nadie, ni siquiera a su hermano, porque Osamu seguramente intentaría impedir que utilizara a Kageyama de esa manera y aunque en un principio se sintió culpable de pensar tan mal del pobre chico, lo cierto es que no podría importarle menos.

Verás, Atsumu es un egoísta consumado, siempre piensa en sí mismo y en lo que puede obtener de una persona o situación, el resto no le importa mucho pero es tan bueno fingiendo que podría ser la próxima Teresa de Calcuta. Así que se quitó de encima cualquier indicio de culpabilidad que pudiera cargar y se puso manos a la obra con su plan, Atsumu siempre obtenía lo que quería y si necesitaba a Tobio para marcarlo lo obtendría a como de lugar, incluso si su alfa interno se quejaba en voz alta sobre lo tonto que estaba siendo y lo mucho y muy lindo que era el beta pelinegro.

Dale a un hombre un poco de misericordia »AtsuKageDonde viven las historias. Descúbrelo ahora