Capítulo 7

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Remus gruñó mientras golpeaba la puerta con agresividad, Cedrella los había encerrado allí toda la tarde y estaban desesperados, desesperados con salir y volver con su omega.

-Cedrella abre la puta puerta- gruñó James perdido en la ira.

-Menos humos mocosos- regaño la mujer mientras entraba en la sala- acabaréis tirando la puerta abajo. Ya podéis iros a casa.

-Sabes que no queremos eso- Sirius encaró a la mujer- ¿por qué nos has alejado de él?

-Porque me equivoqué de habitación- comenzó- porque hace menos de una semana os enzarzasteis en una pelea en frente de mi local, porque el botón de alarma estaba desgarrado y porque estabais medio salvajes, estáis medio salvajes.

-Estamos así porque nos has alejado de nuestro omega- se quejó Remus- danos la llave de la habitación- pidió- volvemos con Severus.

-Como queráis- dijo la mujer mientras se las entregaba- pero me temo que allí no encontraréis a nadie, Severus dejo el lugar hace una hora.

-¿Cómo has podido dejarlo?- Sirius sentía como la razón era inundada por la ira- su celo no ha desaparecido por completo...

-Esta lo suficientemente disminuido como para que no le ocurra nada- la mujer se giró con intención de irse- si queréis un omega como él os lo puedo conseguir, tengo un montón que quieren pasar sus celos con vosotros a pesar de que los dejáis plantados cuando os saciais pero, a él, dejadlo.

-Ninguno es tan sabroso- James estaba resistiendo los impulsos de abalanzarse sobre la mujer.

-Os puedo conseguir uno similar, joder, incluso si queréis os consigo lo necesario para una poción multijugos pero, por Merlín- suplicó- dejadlo en paz.

-Bórralo de tu lista y a nosotros también - aviso Sirius antes de dejar a la mujer sin prestar atención a sus palabras- a partir de ahora ninguno necesitará tus servicios.

Severus corrió a través de los pasillos como si su vida corriera peligro, necesitaba llegar rápido a la sala común y ocultarse en su nido durante lo que quedaba de curso.

-Deja de correr- grito James a sus espaldas- Severus, ven aquí.

-Dejadne en paz- lloriqueo el omega- el celo ya ha pasado, olvidarse de mí.

El omega esquivo con dificultad los brazos de Remus y se interno por el pasillo norte hasta la biblioteca, sin apenas poder respirar se dejó caer en la silla más cercana a la puerta.

Severus no podía entenderlo, creía que, cuando la razón les inundara tras el celo, buscarían olvidar lo ocurrido, tal y como estaba intentando hacer él, en cambio, su acoso había ascendido y, en vez de maleficios, ahora tenía que escapar de besos y manoseos.

Los merodeares se sentaron a su lado, a comparación de él, ellos se encontraban perfectamente tras la carrera.

-La biblioteca es cascarón de huevo- dijo entre bocanadas de aire- aquí no me podéis pillar.

-En verdad una de mis fantasías es hacerlo aquí- bromeó James.

-Porque no mejor desapareceis como aquel día-atacó- enserio, dejadme en paz.

-Ya te hemos dicho que lo de aquella vez fue Cedrella- Sirius gimió lastimeramente- si por nosotro fuera estariamos todavía allí...

-No me amenaces- gruñó Severus.

Un chistido inundó el lugar. El omega miro a la vieja bibliotecaria que les lanzaba dardos con la mirada, puso su mejor sonrisa y, con ojos tímidos, le suplico ayuda.  La mujer asintió levemente y con paso tranquilo se dirigió hacia ellos.

-No jodas Severus- se quejó el de cicatrices-¿en serio?

El joven simplemente sonrió pícaramente, en menos de un minuto el omega se encontraba completamente solo.

Con cuidado saco la carta que llevaba en su túnica, aprovecharía aquellos momentos para contestar a Arthur y agendar su quedada, la sonrisa en su cara se amplió, estaba haciendo un amigo omega.

-¿A quién le escribes con esa sonrisa?- le pregunto Bellatrix mientras se sentaba a su lado, en su mano llevaba un libro de literatura romántica.

-Una nuevo amigo-confesó.

-Yo esperaba que fuera ese omega con el que pasaste tu celo y del que te niegas a hablar.

-Una caballero no desvela sus aventuras- bromeo- es un omega que conocí en Le Tutú, Arthur el hijo de Cedrella.

-Lo conozco, es simpático.

-Y va a ser amigo mio- afirmó alegre.

Bellatrix le miró con cariño, entendía lo que le costaba a Severus hacer amigos y que pudiera tener uno fuera del grupo habitual era motivo de alegría.

-Tendrás que presentármelo entonces.

-Ni de broma- negó- si te lo presento a ti querrá conocerlo también Barty y no quiero perder a un nuevo amigo porque no controle su calentura.

-No exageres, Barty es un amor, seguro que le caerá genial.

-Eso espero.

-Por otro lado, ¿volverás a Le Tutú?- se interesó.

-Salimos de allí hace nada- a su mente volvieron los recuerdos de aquellos días- aunque no niego que la idea es tentadora.

La alfa río fuertemente ganándose una reprimenda de la bibliotecaria.

-Te dije que te gustaría.

-No puedo negarlo, ¿tú qué tal? ¿cómo era el omega?

-Creo que Cedrella no pudo abarcar demasiado bien el cúmulo de gente- confesó- por primera vez me unió a un omega hombre y no, no son mi tipo-explico al ver la mirada que le lanzaba- al principio peleamos por el dominio y cuando me di cuenta estábamos follando como verdaderos animales. Joder Severus ojalá me vuelvan a emparejar con él.

-Preguntale a Cedrella, seguramente no tendrá ningún problema en uniros.

-El problema es él. Los omegas masculinos son muy territoriales y posesivos, tienden a querer tener el control, sobre todo si su pareja es mujer, no se si le habrá hecho mucha gracia nuestro inicio.

-Seguro que le has dejado prendado y es él el que te busca.

-Eso espero Sev, eso espero.

-Vamos al comedor-cambio de tema tras observar como el la oscuridad iba inundando el exterior-es la hora de comer y querrás estar en forma cuando vuelvas a por tu omega- se burló.

Bellatrix rio pero no negó nada, en verdad había caído encandilada por aquel joven.

No Soy Un OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora