[Capitulo 9]

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Narradora

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Narradora


____ despertó exaltada. Todo estaba a oscuras y solo podía oír sus jadeos.

Quiso convencerse a sí misma que todo fue culpa de una pesadilla, la muerte de Fuyuki y Kiyomi, el hecho de convivir con una luna, Kyojuro siendo un demonio.

No era así. La tortura era real, el sentimiento no sólo era pasajero.

Un ardor inexplicable se apoderaba en sus extremidades y podía asegurar que estaba vendada de pies a cabeza. Se sintió en un lugar ajeno y las mismas gasas le cubrían la visión; según su tacto estaba sobre una camilla, un piso frío, un lugar silencioso. Se puso de pie, siendo la cama un apoyo hasta que ya no hubo nada más y el miedo la tentó a gritar.

—Ah… —Jadeo, su cabeza parecía pesar diez veces más grande de lo normal y sentía sudor en todo su cuerpo —¿Tanjiro…?

Su garganta seca le impidió seguir hablando.

Se apoyó en los pies de la cama y buscó algo cercano, sin éxito alguno. Trató de quitarse la gasa pero se le hizo imposible.

De pronto escuchó unos pasos y una puerta deslizarse.

—¡¡AH!! —Él chillido de una niña le generó más dudas —¡¡AOI!! ¡¡LA MUJER DE RENGOKU-SAN DESPERTÓ!!

Le echó la culpa a la fiebre pero su cuerpo se había sobrecalentado.

Otros pasos apresurados se oyeron.

—¡¡Señorita Hanabira!! —Dijo una voz —Por favor, acuéstese. No está en condiciones de moverse…

—¿Dónde estoy? —Se apartó de la mano que la había sostenido —¿Quién eres?

—Está en la finca Mariposa —Dijo con seriedad —Soy Aoi, la niña que habló primero es Kiyo.

—Finca Mariposa… —Repitió. Vino un par de veces a visitar a Kyojuro herido por alguna misión. Era propiedad de Shinobu Kochō, compañera de Kyojuro.

Aoi la ayudó a tumbarse en la cama otra vez.

—Shinobu-san se encargó de su alergia —Murmuró la de coletas—Pero deberá permanecer recostada debido a la medicina y también evitar reacciones desfavorables.

—¿Y Kyojuro? —Irrumpió.

Aoi apretó sus labios con duda. Se le ordenó que no diera noticia alguna de lo sucedido, ya que eso causaría más estrés en la Hanabira y afectaría considerablemente su salud.

Estuvo al borde de la muerte.

—Él está bien, no se preocupe —Mintió, pero sonó lo más simpática posible —Tome reposo, pronto regresaré para cambiar sus vendas.

____ suspiró con algo de dificultad. Muchas cosas pasaban por su cabeza.

No tardó en oír cómo las niñas se marchaban y se quedaba a solas otra vez.

FRÁGIL || [KNY.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora