Estaba caminando por el pasillo del instituto, estaba llegando tarde a clases, si no fuera por culpa del despertador hubiese llegado más temprano, y se preguntarán ¿qué hizo el despertador? Sonar, sí el no hubiese sonado yo me hubiese parado temprano, pero ese ruido tan insoportable me hizo estrellarlo en la pared y seguir durmiendo, por lo que es obvio, es culpa del despertador no mía.
Pero, como seguía contando, estaba caminando abstraída en mis pensamientos hasta que alguien me empujo o mejor dicho me estrello hacia una pared, me quede en shock, no puede ser era él, el chico malo del instituto, y me miraba como si me quisiera devorar pero aun así con ternura.
—Quítate —dije en un intento desesperado por quitármelo, pero como no, él era más alto que yo y con unos músculos que madre dios...
Concéntrate
—MÍA —gritó con un rugido ensordecedor.
Y, a este ¿qué le pasa? Yo no soy suya, ni de su propiedad.
Moví me cabeza de forma frenética buscado ayuda, aposho, algo, pero todo el mundo o pasaba de forma normal o sé que me quedaban mirando con ¿envidia? Oye, tú, sí tú la chica con buena pechonalidad delantera, si quieres estar en mi lugar con un tipo que dijo que eres de su propiedad y tiene ¡oh, dios! Y de paso esta oliendo tu cuello como un lunático adelante, tal vez, me haya escuchado, pero se fue corriendo.
Lo empuje otra vez, y por lo concentrado que estaba se movió, y salí corriendo.
—Eres Mía, pequeña mía —dijo de forma tranquila mientras sentía sus ojos en mi espalda.
Después de correr un rato, porque no se me daba bien esto, mire hacia atrás, y técnicamente no había corrido nada, mi profesor de educación física estaría orgulloso de mí *notese el sarcasmo*, siento que me voy a desmayar, camine un poco más hacia un árbol y me senté.
Dios, me siento caliente toda, y no es por la temperatura, es un calor extraño, o tal vez sea que el tipo más peligroso de la escuela y el más buenorro dijo que eras suya, proclamo mi conciencia.
Cállate.
No puedo, porque tu eres yo y yo soy tú.
Lo que me faltaba una pelea con mi conciencia.
Tenía que llamar a alguien para que me fuera a recoger o ayudar, pero tire todo mientras huía, ¿será que si mando un señal de humo alguien me entienda?
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Eres Mía ¡Primera Advertencia!
Lupi mannariEmma Clayton era una simple chica de 17 años con una vida normal hasta que se vio en vuelta en profecía antigua en la siempre terminaba perdiendo a su mate, Tomás y a todos lo que quiere, ahora con el comienzo del despertar los enemigos buscarán mat...