Capítulo 7

4 1 0
                                    

Los nacidos de luna, así se le llaman a los hombres o mujeres lobo que nacen de uno, al parecer Jael es hija de uno por eso tiene mejor control de su cuerpo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los nacidos de luna, así se le llaman a los hombres o mujeres lobo que nacen de uno, al parecer Jael es hija de uno por eso tiene mejor control de su cuerpo. Los convertidos de luna son quienes son mordidos por uno. Como si ya no hubiera suficiente descontrol algunos andan por ahí mordiendo gente. Expresó Jael en un bufido.

Ella, hija de una mujer lobo y un mago, aprendió a lidiar con el instinto lobuno que reina en su interior y que le nubla los sentidos. Por ello crearon junto a su madre esos guantes de plata, que se hacen invisibles a los ojos de los demás e imperceptibles al tacto, como si no estuviera allí. Controla el instinto animal y evita transformarse, lo que es un avance porque no limita la fuerza ni el proceso de curación que viene con ser lobo.

—Los primeros prototipos eran una mierda, según mi madre, nos volvían humanos. —suspiro mirando la pulsera. —¿De qué sirve ser un lobo en una guerra si van a limitar tus ventajas?

Remus le dio la razón, pero aun así le cuestiono porque no encontrar la cura y ser normal.

Ella explotó, como si eso realmente le pareciera una abominación. —Ser mitad lobo es una bendición de la luna, por qué querría matar a mi lobo. No se que mierda te dijeron Remus, pero deberias considerar que tal vez si no fuera por Moony no estarías vivo.

Remus se sintió culpable de inmediato, jamás en su vida se cuestionó ello. —Todo tiene un propósito y si Fenrir Greyback te convirtió en uno es porque el jodido destino no quería que te mueras de algún cáncer o cualquier mierda que no afecta a los mitad lobos.

Y Remus dejó de intervenir si no quería que Jael lo hechizara, por que se mostró muy indignada por las preguntas de él.

Lily apoyó a la castaña, porque realmente tenía un punto. —Crecí en una manada de la resistencia. —Comenzó a relatar horas entrada la madrugada mientras miraba el techo con nostalgia. —Todos nosotros éramos lobos, siempre es más fácil en manada, por ello tengo pocas cicatrices, nos cuidamos como hermanos y éramos capaces de todo con tal de que nadie nos dañe. Era como vivir en un mundo aparte ¿sabes? Pero luego el consejo decidió que era hora de entrenarnos, porque éramos importantes. Walburga siempre resaltaba que éramos especiales por nuestra sangre, que éramos mejores.

Y Lily tuvo que intervenir. —En algun puto mundo Walburga Black es una persona decente. No puedo ni comenzar a asimilarlo

Jael no se molestó ante el comentario, tenía claro que era todo diferente. —Fue un cachorro perdido que se metió con un escurridizo plan para una broma que ingresó al piso donde entrenamos. —Remus casi podía ver venir lo que continuaba. —Los descubrí intentando escapar. Claro que siempre fui muy leal a la manada y los entregue a una furiosa mamá Hope, que aún no consideraba mamá en ese entonces, claro que fue muy divertido ver como reprenden a las sabandijas que se filtraron a nuestra área.

—¿Podías abandonar esa ala? —Lily preguntó, realmente esperaba que no estuvieran recluidos.

—No éramos prisioneros, Evans, solo preferíamos estar juntos. Claro que comencé a pensar que era más divertido escapar con dos lunáticos en lugar de pasar tanto tiempo allí. Entonces conocí a mi verdadera manada, no soy un alfa pero se volvieron parte de mi. —Ella se detuvo, Remus pudo ver las lágrimas acumulándose en sus ojos. —Remus. mi Remus y Sirius me arrastraron a un mundo lleno de bromas donde yo simplemente deje de ser la hija de la luna y comencé a ser Jael. Éramos el terror de la resistencia, pero éramos muy cool, incluso secuestramos a una ninfa para que cantara cuando Regulus le pidió a Lily que se casaran.

Ella no los miraba, Lily y Remus no sabían por que ella prefiere hablar de ello sin verlos, pero ante las últimas palabras supieron que no los miraba por que era mas fácil contar esas historias sin ver a sus amigos, que en su universo estaban muertos. Lily se ahogó con su chocolate cuando Jael reveló aquel dato, jamas pensó que existiera un universo donde ella saliera con el menor de los Black.

Remus estaba un tanto agradecido de que Pete, Sirius y James no estuvieran allí, porque realmente no tenía ganas de que planearan secuestrar a una ninfa, más con la propuesta de James tan cerca. —Cuando Sirius se fue, nos destruyó.

—¡¿Qué?! —Fue una reacción en conjunto. Remus estaba en shock, con los ojos abiertos de par en par, y su rostro palideciendo a medida que la noticia lo golpeaba como un martillo. Sus cejas se elevaron, mostrando su incredulidad, y su mandíbula se tensó mientras procesaba la impactante revelación. No podía imagina un universo donde Sirius abandona a sus amigos

—Si, él pensó que era más bonito el mundo lejos de la resistencia. Maldita porqueria. Medio año después se unió al enemigo.

Un silencio se acomodó entre los tres, casi doloroso.

—Él mató a mi Remus.

Lily reaccionó con una violencia de sorpresa que la dejó momentáneamente sin aliento. Sus ojos se abrieron de par en par, como si hubiera sido golpeado por un shock eléctrico, y sus labios temblaron ligeramente antes de que un sonido ahogado se escapara de su garganta. Sus dedos se movieron rápidamente hacia su boca, como si instintivamente intentara sofocar el grito que amenazaba con escapar. Su expresión de asombro se mezcló con una profunda perturbación.

—Pero.. ¿que..¿por qué?

—Él lo amaba demasiado, pero ese hombre no es el mismo Sirius que ustedes tienen. El suyo nunca se corrompió como el nuestro. Su Sirius es lo que el nuestro debía ser, pero nunca fuimos suficiente para él.

Remus sintió una agonía profunda, como si un cuchillo gigante le hubiera abierto el pecho y arrancado su corazón. No podía entender completamente lo que estaba sintiendo, pero las lágrimas corrieron por sus mejillas sin que se diera cuenta. Desesperadamente, abrazó a Jael, quien pronto sollozó en sus brazos. Ella temblaba de dolor, y Remus podía sentir la tormenta en su mente, una tormenta de recuerdos dolorosos y palabras no dichas.

Lily rodeó a ambos, igualmente atónita. Aunque no podía sentir la intensidad del dolor como ellos, sabía cuánto les estaba afectando. El sufrimiento en la habitación era palpable, una mezcla de añoranza y tristeza. Era un dolor que cortaba como una cuchilla afilada, dejando cicatrices invisibles en sus almas.

La puerta se abrió y todos se voltearon. Todo pasó en cámara lenta. Primero; Remus vio a Pete entrando y saludando tranquilamente y segundo; Jael se escapó de sus brazos y miró furiosa a Pete.

—¡Ruega morir maldito traidor!

Tercero; tenía una chica joven intentando matar a uno de sus amigos.

Tercero; tenía una chica joven intentando matar a uno de sus amigos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
EsenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora