Jael Howe es hija de una General, todo lo que aprendió en su vida se basa en lo mismo: Luchar.
Universos chocan.
Dos guerras, tres bandos, amigos encontrados...
Cuando llegue el momento... ¿Cómo aprendera a vivir?
"la muerte los separó... pero el u...
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Remus observa con expectación a Jael. Ella se encuentra en el borde de su cama, con los brazos cruzados, y su mirada está fija en sus pies. Puede sentir el latido de su corazón y, de alguna manera, percibe cómo su dolor se filtra a través de la ira que le eriza la piel, como si fuera él mismo quien lo experimenta.
—¿Por qué puedo sentir tus sentimientos?
Ella alzó el rostro, y aunque aparentaba calma, Remus podía percibir detrás de esa serenidad una máscara de frialdad, una habilidad desarrollada durante años de convivencia con su novio.
—Somos manadas, aquí y en todos los universos. Porque donde existe un Remus, existe también una Jael —afirmó con convicción.
Remus frunció el ceño, confundido. —Pero eso no me explica...
—Somos lobos, o más bien, hombres lobo —continuó ella, desvelando el misterio poco a poco. Sus ojos brillaban con un deje de emoción contenida—. Estamos conectados por nuestro vínculo mágico. Tu lobo reconoció a Moonshine como su hermana.
Remus se percató del nombre, le pareció divertido, casi irónico. —¿Moonshine?
Ella sonrió como si estuviera recordando algo gracioso. —Si, es un nombre tonto, pero Si..Sirius fue quien se le ocurrio que era buena idea.
—Mi lobo, es Moony.
Ella se carcajeó. —¡Nooo, enserio! Dejame adivinar... fue Siri ¿verdad?
—Debo admitir que es muy creativo.
Ella movió las cejas de manera sugestiva y Remus casi se ahoga con su saliva. —¡No en ese sentido!
—Tu lo dijiste Moony, no yo.
Remus le arrojó la almohada y ella cayó al suelo, aun riendo, en un intento de esquivar.
—Eres horrible Moonshine
El silencio volvió a instalarse entre ambos, no era incómodo, ambos podían escuchar los susurros en la cocina donde Lily tranquiliza a Peter quien entró en pánico luego de que Jael saltara sobre él en un intento injustificado de matarlo.
—Debemos...
—No.
—Jael.
Ella volteó su rostro y lo miró. Sus cicatrices son pequeñas pero era claro que alguien habia pasado sus garras por ella, sus ojos brillan de un color amarillo maldito, casi aterrador.
—El viejo que yo conozco es un maldito tirano. ¿Crees que voy a confiar en él? ¿Que hace creer que por que es su versión alterna sea diferente?
—¡Qué hay de Sirius! Dijiste que es un asesino en tu universo. ¿Por qué es diferente?
Jael no quería hablar, su estómago se retorcía ante la idea de estar bajo la mirada del legeremante. Nadie entraba en su mente, era una misión casi imposible, pero sabía de muy buena fuente (su madre) que el imbécil tenía sus medios para quebrarte.
