Capítulo Seis

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Ver entrar  tan sonrientes a la pareja de periodistas  era la paradoja del edificio;  ese edificio no  habia sido creado para la gente felíz, muchos vivan con la esperanza  de salir con una gran sonrisa  pero eso  jamás iba a suceder. No en ese lugar.

Si el reo  habria de  resultar  un ser  extraño, que  haya pasado por alto  el estado felíz de la pareja confirmaba aún más la teoría, quizás porque se acercaba el final  de sus días o tal vez solo tal vez porque le gustaba ver a la gente felíz.
No dijo nada.

De  inmediato  comenzó a relatar sobre sus otras dos víctimas, dos personas en edad  productiva, un doctor que se la pasaba recetando medicamentos altamente adictivos únicamente para obtener diversos beneficios  junto con  una mujer que se gastaba toda su mensualidad en pastillas que no necesitaba.

--- Dos alimañas  menos-- declaro sentir por esas  victimas, Karin mostró sus dibujos al final de las dos horas pactadas-- Si hasta parece que estoy feliz matando gente, pero... Déjalo así, así me gusta que me recuerden felíz, siempre feliz.

Cuando la pareja  cruzo el gran portón de salida, Lee detuvo  abruptamente el auto y miro a la pelirroja.

-- Es raro que no haya dicho nada  al comenzar. Creo que le gusta la gente que es felíz--- sonrió al terminar la frase.

Karin  escuchaba  a su compañero pero al mismo tiempo revisaba sus  instrumentos de trabajo, de la nada  largo un improperio hacías sus lápices.

--Perdón Lee, es que estos   lápices son especiales,  no se consiguen fácilmente, tengo que volver a la ciudad.--- exclamó arrepentida  de sus bruscas palabras .

Rock Lee lejos de enfadarse volvió a  sonreír  y en ella lanzo brillo inusual.

-+ Iremos a la ciudad, no es problema, y ya que estamos ahí iremos a almorzar  a lo de mi sensei.
 

El viaje no era largo así que después de pasar por la imprenta y comprar sus lápices la pareja se dirigió hacia la casa de Maito Guy.

--¡Cómo llegas sin avisar!,  Rock Lee, y con una bella señorita- Guy observo a su alumno detalladamente,  lo único que le faltaba era que llegara borracho e hiciera algún que otro papelón, pero al confirmar que no era así se sintió aliviado.  Tenten  lo mantenía al tanto de su nuevo  trabajo,  quería que tuviera éxito, no soportaría verlo adjudicándose otra derrota. Al verlo volver más feliz de lo que se fue pudo  sonreír y en ella hubo un brillante destello que  iluminó el portal de la casa.

-  Pasen.  Toma dinero Rock Lee, ve  a compra algo en el restaurante.  Y usted señorita siéntese. Yo pondré la mesa

-- Quiere que ayude en algo-- dijo Karin

--- Ho no!  sería un mal anfitrión si dejara que usted haga algo. Ho!! Perdón  ¿Cómo se llama? Creo Lee olvidó sus modales y no nos presento....

Karin sonrió, ese hombre era muy amable al igual que Tenten, era seguro que querían mucho a Rock Lee.

Karin se presentó mientras  aceptaba tomar un refresco.

Cómo si el viento  hubiera corriendo con el chisme  Tenten apareció con más comida para compartir con su maestro y sus amigos;  Rock Lee  no se mostraba muy   entusiasmado con la llegada de su amiga,  ya que ella había traído a  la súperestrella de su novio.
El almuerzo paso de ser  una reunión de amigos a una reunión familiar, las risas las anécdotas los temas de conversación, en ella no había tiempos malos. Karin reía y miraba a Rock Lee en esos días lo había visto con  varios  cambios de humor pero siempre se mostró franco y respetuoso.   Ella notaba que todos se querían, que todos se cuidaban,  que eran una gran  familia.
Rock Lee  de a ratos observaba   a Karin, había   caído bien entre los suyos, era tan distinta a su ex que nunca quería juntarse con ellos, empezó a sentirse cómodo, alegre, seguro y fuerte; hasta se dió  una oportunidad de conocer y conversar con el   intruso que le quitaba a su amiga, a su hermana.  Ya no lo veía de mala manera, la amaba, eso lo noto.
Rock Lee volvió a sentirse  cómo antes, se sentía joven otra vez.

Un amor para Rock LeeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora