Ver entrar tan sonrientes a la pareja de periodistas era la paradoja del edificio; ese edificio no habia sido creado para la gente felíz, muchos vivan con la esperanza de salir con una gran sonrisa pero eso jamás iba a suceder. No en ese lugar.
Si el reo habria de resultar un ser extraño, que haya pasado por alto el estado felíz de la pareja confirmaba aún más la teoría, quizás porque se acercaba el final de sus días o tal vez solo tal vez porque le gustaba ver a la gente felíz.
No dijo nada.De inmediato comenzó a relatar sobre sus otras dos víctimas, dos personas en edad productiva, un doctor que se la pasaba recetando medicamentos altamente adictivos únicamente para obtener diversos beneficios junto con una mujer que se gastaba toda su mensualidad en pastillas que no necesitaba.
--- Dos alimañas menos-- declaro sentir por esas victimas, Karin mostró sus dibujos al final de las dos horas pactadas-- Si hasta parece que estoy feliz matando gente, pero... Déjalo así, así me gusta que me recuerden felíz, siempre feliz.
Cuando la pareja cruzo el gran portón de salida, Lee detuvo abruptamente el auto y miro a la pelirroja.
-- Es raro que no haya dicho nada al comenzar. Creo que le gusta la gente que es felíz--- sonrió al terminar la frase.
Karin escuchaba a su compañero pero al mismo tiempo revisaba sus instrumentos de trabajo, de la nada largo un improperio hacías sus lápices.
--Perdón Lee, es que estos lápices son especiales, no se consiguen fácilmente, tengo que volver a la ciudad.--- exclamó arrepentida de sus bruscas palabras .
Rock Lee lejos de enfadarse volvió a sonreír y en ella lanzo brillo inusual.
-+ Iremos a la ciudad, no es problema, y ya que estamos ahí iremos a almorzar a lo de mi sensei.
El viaje no era largo así que después de pasar por la imprenta y comprar sus lápices la pareja se dirigió hacia la casa de Maito Guy.
--¡Cómo llegas sin avisar!, Rock Lee, y con una bella señorita- Guy observo a su alumno detalladamente, lo único que le faltaba era que llegara borracho e hiciera algún que otro papelón, pero al confirmar que no era así se sintió aliviado. Tenten lo mantenía al tanto de su nuevo trabajo, quería que tuviera éxito, no soportaría verlo adjudicándose otra derrota. Al verlo volver más feliz de lo que se fue pudo sonreír y en ella hubo un brillante destello que iluminó el portal de la casa.
- Pasen. Toma dinero Rock Lee, ve a compra algo en el restaurante. Y usted señorita siéntese. Yo pondré la mesa
-- Quiere que ayude en algo-- dijo Karin
--- Ho no! sería un mal anfitrión si dejara que usted haga algo. Ho!! Perdón ¿Cómo se llama? Creo Lee olvidó sus modales y no nos presento....
Karin sonrió, ese hombre era muy amable al igual que Tenten, era seguro que querían mucho a Rock Lee.
Karin se presentó mientras aceptaba tomar un refresco.
Cómo si el viento hubiera corriendo con el chisme Tenten apareció con más comida para compartir con su maestro y sus amigos; Rock Lee no se mostraba muy entusiasmado con la llegada de su amiga, ya que ella había traído a la súperestrella de su novio.
El almuerzo paso de ser una reunión de amigos a una reunión familiar, las risas las anécdotas los temas de conversación, en ella no había tiempos malos. Karin reía y miraba a Rock Lee en esos días lo había visto con varios cambios de humor pero siempre se mostró franco y respetuoso. Ella notaba que todos se querían, que todos se cuidaban, que eran una gran familia.
Rock Lee de a ratos observaba a Karin, había caído bien entre los suyos, era tan distinta a su ex que nunca quería juntarse con ellos, empezó a sentirse cómodo, alegre, seguro y fuerte; hasta se dió una oportunidad de conocer y conversar con el intruso que le quitaba a su amiga, a su hermana. Ya no lo veía de mala manera, la amaba, eso lo noto.
Rock Lee volvió a sentirse cómo antes, se sentía joven otra vez.
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Un amor para Rock Lee
FanfictionTras un desamor la vida de Rock Lee se convirtió en un infierno. Pero con la ayuda de su amiga y sensei junto con un nuevo trabajo traera una segunda oportunidad. ¿Volverá a florecer la juventud en él? Porque habrá fanáticos de Rock Lee. En una h...