Capítulo Cuatro

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Al segundo día, el trabajo en la Correccional era monótono, Kakuzo hablaba sin parar  de varios amigos y como a su forma de ver era traicionado; hasta que sin aviso y sin preguntarlo hablo de sus dos primeras víctimas, un hombre altanero que golpeba a su mujer, y una mocosa que de seguro ni sus padres la extrañaría.

Al hombre le había dado un solo golpe certero, un poco de su medicina, se excuso, y a la mocosa no tuvo piedad con la navaja, la muy, creía que iba por sexo dijo riéndose.

Pero a la pobre de Karin le costaba interpretar esas excusas, para ella, nadie merecía morir, cuando mostró sus dibujos, él reaccionó  muy hostil aconsejando varios cambios.

--Esto no me gusta, hazlo así--dijo agarrando  la mano de Karin con brusquedad. Lee lejos de quedarse quieto y con miedo, reaccionó sigilosamente, sujetó la muñeca del presidiario con tal fuerza, que al soltarlo noto una marca de  moretón, clavó la mirada sobre los ojos verdosos de Kakuzo y con la profundidad de sus ojos negro, Lee, dejó las cosas clara.
Kakuzo sonrió.

- No me he equivocado contigo, tu sí sabes-- Rock Lee no respondió.

Todo el cuerpo de Karin temblaba. Rock Lee aseguro que él mismo verificaría las correcciones, dando asi  por terminada la entrevista.

En la carretera una ligera llovizna dió inicio. El silencio abarcaba todos los espacios del Ford.
Al llegar al hotel, Karin no se detuvo hasta llegar a la habitación, entró al baño y al cerrar la puerta  largo con furia el llanto contenido.
Lee se limitó a seguirla en silencio dejando un espacio entre ambos. Él sabía que ella lo necesitaba.
Al salir del baño, Karin se topo con su compañero, los ojos de ambos se mantuvieron fijos hasta que la pelirroja desvío la mirada y habló.

---Gracias por defenderme.

Lee sonrió.

----Ya sé que nos vendría bien, un poco de brandy. Esto nos relajará--cojio dos vasos y una botella escondida entre la ropa e invito a Karin a centrarse. Al principio la mujer se quiso excusar diciendo que debía corregir los dibujos, pero Lee no aceptaría un no por respuesta.

-- Trae los dibujos, los corregiremos mientras bebemos--la pelirroja pensó que quizás tuviera razón y brindo con él.

Después de vaciar media botella, ambos  podían reírse de sus propios miedos y fracasos

-- Si, así soy yo, a veces hago las cosas tan mal y al intentar una y otra vez hacerlas bien, resulto ser un poco... pesado, si hasta hago pasar vergüenza, pero soy de buen corazón. 

-- No, no das vergüenza, solo tienes que  esperar un tiempo y volver a intentarlo. Caer está bien, solo,  si después  de un respiro te vuelves a levantar.

Volver a levantarse. Rock Lee brindo por eso...

Un amor para Rock LeeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora