Las últimas cinco noches habían jugado al ajedrez antes de salir hacia la propiedad del barón. La primera de ellas Taehyung le había dejado ganar, y él lo sabía; pero las noches siguientes había jugado sin concesiones y Hoseok había estado a punto de derrotarlo.
El doncel no estaba en forma, pero se le daba muy bien. Basaba su juego en la evaluación cuidadosa y en el pensamiento lógico, algo que había aprendido y perfeccionado durante los años que llevaba al servicio de Inglaterra en su profesión.
Estaba relajado en el sofá, frente al sillón en el que él se sentaba, y llevaba puesto su vestido de mañana, ya que Beth Barkley se había llevado el vestido de tarde para lavarlo cuando se había marchado un rato antes. Solo el tenue resplandor de la lámpara y el resplandeciente brillo del fuego iluminaban los brillantes mechones castaño de su cabello y las diminutas arrugas de su frente mientras se concentraba en el tablero de ajedrez que había entre ellos.Taehyung sabía, y era probable que Hoseok lo hubiera averiguado a simple vista, que le estaba costando muchísimo apartar los ojos de su hermosa silueta. Eso lo hizo sonreír para sus adentros. Dejaría que el doncel sacara sus propias conclusiones sobre el escrutinio al que lo estaba sometiendo, sobre la profundidad de su atracción. Tenía la intención de dar un nuevo paso en su relación muy pronto; con un poco de suerte, esa misma noche lo besaría de nuevo.
-No he dejado de pensar en esos faroles, Taehyung -comentó él de repente.
Ésa era una de las razones por las que admiraba su inteligencia. Podía concentrarse en el juego mientras desentrañaba las complicaciones relacionadas con su trabajo. Era de lo más meticuloso.
Movió el alfil cinco casillas hacia la izquierda para atacar su dama.
-¿Ya estás pensando de nuevo, doncel?
-¿Tú no has pensado en ello? -preguntó él con un leve matiz de entusiasmo en su voz serena-. En esa casa ocurre algo extraño, y Desdémona Winsett sabe más de lo que me ha contado.
Taehyung respiró hondo y asintió muy despacio.
-Es probable. Aunque no se trata de fantasmas, ni de ninguna de esas tonterías.
Hoseok bajó la mirada hasta el tablero y movió un peón para bloquear la trayectoria del alfil.
-Ese hombre es el contrabandista.
-Es probable.
-Seguro que sí -enfatizó -, y aunque podría ser una operación organizada, no está siendo muy cuidadoso.
-¿Has deducido todo eso por los faroles que vimos durante treinta segundos hace dos noches? -bromeó él al tiempo que le comía el peón.
-Y por otras cosas -replicó, tratando de ocultar una sonrisa mientras observaba el tablero.
-Sí, claro, esas otras cosas... -dijo Taehyung fingiendo recordarlo. Acto seguido añadió-. ¿Qué otras cosas?
Él se encogió de hombros, pero no lo miró.
-La intuición, por ejemplo.
-Trabajo muchas veces siguiendo mi intuición -admitió Taehyung al instante.
-En ese caso, estarás de acuerdo conmigo.
Él sacudió la cabeza.
-No exactamente. Lo que necesitamos son pruebas definitivas. El problema de la intuición es que puede cambiar nuestros puntos de mira sin hechos constatados.
Hoseok recorrió la mano por su cabello.
-Explícame eso.
Taehyung hizo una pausa para aclararse las ideas mientras observaba sus movimientos. Estaba hipnotizado, pero no se permitiría lucir tan obvio.
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The Promise
RomantikAl margen de ser uno de los jóvenes más bellos de la Francia de 1849, la mejor virtud de Jung Hoseok es su inteligencia... que pone al servicio del espionaje británico. Cuando sus servicios son requeridos en el sur de Inglaterra para desmantelar una...