El opio era una droga que se había usado desde el principio de los tiempos. Utilizada por primera vez en el mundo antiguo, las maravillas de la adormidera habían sido aclamadas con el paso del tiempo desde Europa hasta el Lejano Oriente. Puesto que la planta crecía bien en los climas cálidos, se había establecido un vasto y creciente comercio a lo largo de los siglos, razón por la que resultaba relativamente fácil conseguirla para todos aquellos que así lo deseaban. La extracción de su jugo era complicada, así que los consumidores sin experiencia solían comerse ciertas partes de las flores o mezclarlas con líquidos para beberías. A principios del siglo XVI, Paracelso, un físico suizo muy poco convencional, denominó «ladanum» a un remedio basado en el opio que más tarde fue llamado láudano: una mezcla líquida compuesta principalmente por opio y alcohol. Fue una cura milagrosa para muchos, algo barato y fácil de obtener. Casi todo el mundo consumía opio de alguna forma, debido a su efecto calmante y a su capacidad para disminuir el dolor. Casi todos excepto Hoseok, que conocía sus propiedades destructivas mejor que la mayoría. Las había visto y experimentado de primera mano durante casi veinte años. Su madre lo había fumado a diario, junto con sus amigos, y se había convertido en una adicta a muy temprana edad. Fumar opio proporcionaba una oleada de placer mucho mayor que consumirlo o beberlo. También generaba un comportamiento mucho más irracional cuando el efecto se disipaba, incluso vómitos y dolor físico en algunos casos, y a la postre una dependencia creciente que su madre había experimentado desde bien pronto. Hoseok había sido testigo de ello. Ése era el motivo principal por el que su madre la había convertido en la víctima de su furia y de sus continuos cambios de humor, en el blanco de su angustia y de la depresión que padeció durante años. Jacques Grenier, que en un principio solo era amigo de su madre y colega en la compañía de actores pero que al final se había convertido en el primer amante de Hoseok cuando él solo tenía quince años, también lo fumaba. Sin embargo, Jacques, a diferencia de su madre, se había controlado. Nunca lo había castigado, ni física ni psíquicamente, tal y como solía hacer su madre cuando se le pasaba el efecto.
Debido a las experiencias padecidas durante su infancia, Hoseok despreciaba cualquier tipo de medicación o producto que entorpeciera las facultades mentales, incluyendo el vino, del que casi nunca tomaba más de un sorbo. Conocía sus límites y sabía reconocer la adicción en cuanto la veía. En esos momentos, sentado en el oscuro y parco salón de lady Claire Childress, miraba a la adicción a los ojos.
La dama se había sentado a la cabecera de la larga mesa de madera de arce, cubierta en esos momentos con un mantel de encaje borgoña y los restos de alimentos que permanecían sobre la exquisita vajilla de porcelana blanca. Taehyung estaba sentado a su derecha, seguido de Hoseok. Le había extrañado en un primer momento estar sentado al lado de Taehyung y no a la izquierda de lady Claire, pero después se dio cuenta de que había sido intencionado. De ese modo, la mujer recibía toda la atención de Taehyung, ya que él no podía hablar con los dos al mismo tiempo, mientras que Hoseok sentado tras él, quedaba emplazado en un lugar de rango inferior. En cierto modo, había sido una manipulación bastante inteligente por parte de la dama, aunque también bastante obvia.
Los inexpresivos criados permanecían de pie en las cercanías para prestar ayuda en cuanto se necesitara, pero aunque había sentido su silenciosa presencia, Hoseok solo había visto o escuchado a tres de ellos. Sin importarle al parecer lo que su servicio pudiera presenciar, lady Claire se emborrachaba y hablaba sin cesar, aunque solo con Taehyung.
La conversación mantenida durante la sorprendente y deliciosa cena, consistente en mousse de salmón, suflé de queso, ensalada fría de maíz y guisantes tiernos, se había centrado sobre todo en la propia lady Claire, en su difunto marido, en su propiedad (que a primera vista resultaba impresionante) y, cómo no, en el empleo de Hoseok en Winter Garden. La dama había mostrado su desaprobación con toda franqueza. Para decirlo de manera suave, había detestado a su invitado doncel desde que le puso los ojos encima, y Hoseok sabía muy bien por qué. Lady Claire estaba bastante encaprichada con Taehyung y no le agradaba que hubiera alguien más en su compañía. Tal y como él había predicho el jueves anterior.
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The Promise
RomantizmAl margen de ser uno de los jóvenes más bellos de la Francia de 1849, la mejor virtud de Jung Hoseok es su inteligencia... que pone al servicio del espionaje británico. Cuando sus servicios son requeridos en el sur de Inglaterra para desmantelar una...