Fuego En La Sangre [Toll] (Twc NR)

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Emily y Bill.

La joven mujer rubia caminaba sobre sus tacones negros punteagudos, las blancas y largas piernas se movían de forma elegante. Su vestido rojo brillante resaltaba entre toda la casa blanca, sus caderas moviéndose de forma sensual, su largo y rubio cabello caía sobre su espalda en unas ondas, un sombrero rojo cubría su cabeza. Los guantes del mismo color de los zapatos con un anillo de oro blanco sobre ellos, sosteniendo un bolso de cuero.

Bill la observaba con admiración desde el suelo, sentado sobre una alfombra de colores brillantes, con todos sus juguetes esparcidos en ella. Tenía la boca abierta y los ojos brillando.

-Hey pequeño.- a sus pequeños oídos llegó una melodiosa voz.

Desde ese momento se fijo en sus labios rojos, perfectamente delineados, como siempre estaban.

- Mandé.- sonrió el pequeño, le faltaba un diente en su sonrisa.

-¿Sabés dónde está tu mami?.- sonrió la mujer.

-No lo se, pero no debo hablar contigo, eres una extraña.- dijo el pequeño jugando ahora con sus deditos.

Ese fue el momento donde Emily se llenó de ternura con el niño.

- Pues yo no soy una extraña, soy amiga de tu mami Simone, me llamo Emily.- le tendió su mano en forma amigable.

El niño la estrechó con curiosidad y emoción.

-Yo me llamo Bill ¿Quieres ser mi amiga?

La ternura lleno el corazón de la rubia y asintio.

-yo tengo 7 añitos.- él levantó los dedos correspondientes a la edad.

-Yo 18, no es tanta diferencia.

-Nopi, estás chiquita como yo.

Emily estiró sus brazos hacia Bill y este corrío hacia ella, lo cargo y beso su mejilla dejando la perfecta marca de los labios rojos sobre su mejilla. Bill río y le devolvió el beso.

Desde allí se encapricho con el niño.

(°°°)

-Billy, ven aquí pequeño.

Bill se terminó de amarrar las agujetas de sus tenis y se sento en el regazo de la mujer.

-¿Qué pasó?.- pregunto el azabache enredando sus dedos en el cabello rubio.

-Nada, solo te quiero sentir cerca de mi.

Él sonrió y escondió su cabello en el cuello de Emily aspirando el olor a rosas que desprendía su cuello.

-Me encanta el aroma de tu perfume.- dijo respirando sobre su cuello.

Ella soltó un suspiro tembloroso y sonrió besando su cabeza.

-Es tu favorito, por eso siempre lo uso.- dijo.

-Tambien me encanta la forma en la que delineas tus ojos. Yo también quiero, el negro se ve tan lindo en ti.

Ella río ante el cumplido.- Bill, cuando seas grande podrás hacer lo mismo que yo.

Bill frunció los labios en señal de berrinche.

-Pero ya soy grande, tengo 10 años.- sonrió orgulloso de si mismo.

-Eres un bebé aún, mi pequeño bebé.