Capítulo 8|Concubino.

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Bebió hasta la última gota del cuenco en sus manos, respiró profundo mientras lo dejaba a un lado de los seis cuencos vacíos que estaban sobre la mesa de madera.

Miró nuevamente su reflejo en el espejo, detalló lentamente su apariencia.

Se había ido.

Se sostuvo de la mesa y dió un suspiro, quizás debió haberle contado de eso a su padre, quizás no debió volverlo un secreto. Cada año que crece, le es más difícil ocultarlo y controlarlo.

Un suave toque en la puerta de madera lo sacó de sus reproches por ser un mentiroso y actor de primera.

Se dió vuelta y abrió la puerta, aquellos ojos ámbar lo escanearon con detenimiento, una sonrisa se extendió por sus labios. —Ya no está.

Jungkook asintió. —Gracias por conseguir las infusiones, Félix.

Félix asintió. —Me encargaré de limpiar esto, tú ve a los aposentos del emperador, antes de que se enoje.

El omega pelinegro volvió a asentir, le dió un último vistazo a la habitación a su espalda y comenzó a caminar por el pasillo lentamente. Félix lo vio desaparecer cuando giró a su derecha, giró su rostro para mirar dentro de la habitación completamente destruída, gran parte estaba quemada, mientras que un fuerte aroma a lavanda y naranja permanecía impregnado en cada rincón, tragó saliva, y entró cerrando la puerta tras su espalda.

Sin quererlo había descubierto un secreto.

Jungkook le caía bien, así que decidió guardarlo.

Al menos hasta que lo considerara prudente.

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Jungkook sentía las miradas sobre él, seguido de leves murmullos que podía escuchar a la perfección.

“Escuché que anoche fue tomado por él emperador, ahora es su concubino."

“¿No es desvergonzado aceptar un trato así?"

“¿Qué dices? Es un suertudo de primera, el emperador lo llenará de regalos y estará a su lado, siento envidia."

“Miralo, se ve tan engreído solo por haber dado el culo."

Apretó sus puños y siguió caminando hacia los aposentos del emperador, no le importaba que tanto dijesen, él no se había entregado al emperador, y jamás lo haría.

Al llegar a la gran doble puerta dorada, uno de los guardias lo miró. —Su majestad imperial lo espera dentro. —Le explicó al omega, dió dos toques a la puerta y está se abrió de par en par.

Jungkook tragó duramente saliva y entró en la habitación, las puertas a su espalda se cerraron apenas él estuvo dentro.

No quería verlo al rostro después de anoche, así qué, yendo contra su temperamento y promesa de no inclinarse ante él, Jungkook miró sus propios pies e hizo una reverencia. —Su majestad imperial, ¿Me ha llamado?

Taehyung le daba la espalda, los músculos trabajados se marcaban con firmeza, si bien su cuerpo no era muy grande estaba lo suficientemente trabajado para hacerlo lucir magnífico, un completo deleite a la vista. Estaba usando solo unos pantalones de pijama.

Sus pasos se escucharon firmes por la habitación, el pulso cardíaco de Jungkook comenzaba a acelerarse conforme lo sentía acercarse, empeoró cuando divisó un par de pies frente a los suyos.

The Royals Kim || TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora