Abri los ojos sintiendo un peso encima, unas manos calentita se movían por mi pecho, acariciandome, sonreí al ver a Mauro encima mío, estaba en bóxer y con una remera de Damián, sus ojitos estaban hinchados por dormir y sus labios sonrojados por morderselos.
Movía lentamente la cadera, de adelante hacia atrás, lo agarre por la cadera con ambas manos y lo frene.
— D: ni abri los ojos y ya te tengo encima —sonreí— buen día mi amor
— L: es que me aburría —hizo puchero— ellos están durmiendo también
Baje mis manos a sus muslos dejando q vuelva a moverse, sin embargo no lo hizo, se acostó sobre mi pecho y me abrazo.
— L: se me cansan las piernitas amor —dijo y me reí— uff pero la re siento
Lo di vuelta dejándolo acostado en la cama, por reflejo puso las piernas al rededor de mi cadera, se acomodó y me sonrió.
— D: te tenes que quedar callado —dije acariciando sus muslos— Mati y Dami están durmiendo
Asintió y en ese momento supe que ni siquiera iba a intentar mantenerse callado.
[...]
Ecko.
Me desperté y sonreí al ver los brazos de Damián abrazando mi cintura, me acurruque devuelta para seguir durmiendo pero algo me lo impidió, escuchaba ruidos extraños venir desde la habitación, mi cerebro estaba muy dormido todavía y tardo unos segundos en interpretar, me sonroje al segundo que me di cuenta que eso eran gemidos, lo que antes mi cabeza ignoró ahora no paraba de resonar, cada vez más alto.
Suspire y me acomode, me sentía acalorado y al parecer Damián también los escuchaba aunque este dormido, su erección de formaba lentamente contra mi culo. Me apretó más contra él y solté un jadeo, no se en que momento se despertó pero tardo lo mismo que en asimilar lo que estaba pasando.
— Dam: creo que es el mejor buen día que me dieron —sonrió—
